Roma, los carteles piden a Bergoglio la misa antigua. Pero el problema es otro. Por Andrea Cionci

Por Andrea Cionci
Para Adoración y Liberación
Traducción autorizada Maria Luisa Perez Gherlone
28 de marzo 2023
Esta mañana, en Roma, han aparecido en la zona del Vaticano una serie de carteles en defensa de la liturgia tradicional. El comité promotor pide al “Santo Padre” que mire también a aquellas “periferias litúrgicas” que desde hace tiempo “ya no se sienten acogidas en la Iglesia”.
La liturgia latina tradicional, teocéntrica, es de hecho la única que garantiza plenamente la catolicidad, ya que es la celebración que se ha desarrollado armonicamente desde el tiempo de los Apóstoles. Por el contrario, la misa postconciliar antropocéntrica de Pablo VI fue elaborada junto con los protestantes.
Dudamos que el presunto “Santo Padre” pueda tener en cuenta un caso semejante, dado que su obstinación por la misa en latín, hecha pasar humorísticamente por un “deseo de preservar la tradición y evitar la contradicción” (estamos en la Noche de San Bartolomé para el vetus ordo) tiene una función espiritual precisa: la de eliminar definitivamente la identidad católica para favorecer el derrocamiento de su doctrina en una nueva religión gnóstica, de la que hemos hablado .
Ahora, sin embargo, hay dos cuestiones fundamentales que el Comité de promoción debería investigar.
La primera: ¿en comunión con quién se celebraría la Misa tradicional? Recordemos que el Card. Ratzinger escribió en 1977
que: “Nosotros tenemos a Cristo sólo si lo tenemos junto con otros. Puesto que la Eucaristía sólo tiene que ver con Cristo, es el Sacramento de la Iglesia. Y por esta misma razón sólo puede ser abordada en unidad con toda la Iglesia y su Autoridad. Por eso la oración por el Papa forma parte del canon eucharístico, de la celebración eucarística. La comunión con el Papa es comunión con el todo, sin la cual no hay comunión con Cristo”.
Y San Cipriano: “Quien se adhiere a un false Papa está absolutamente fuera de la Iglesia católica”. Pero es sobre todo Santo Tomás de Aquino, quien responde con extrema precisión en la Suma Teológica “Sobre la importancia vital de estar en unión con la Jurisdicción Papal para recibir la gracia sobrenatural”.
En primer lugar, hemos establecido de forma concluyente que, viviendo Benedicto XVI, el obispo Gaenswein dejó inequívocamente claro que celebraba la misa en comunión con “él mismo un indigno servidor” y no en comunión con “papa Francisco”.
En una llamada telefónica con un sacerdote bergogliano, Monseñor Gaenswein, respondiendo a la fatídica pregunta, utilizó un giro perfecto: “El Papa Benedicto nunca mencionó ningún otro nombre en el canon de la misa y nunca mencionó su propio nombre”.
De hecho, en la fórmula “en comunión conmigo, Tu indigno servidor”, utilizada por el Papa, no se menciona ningún nombre. Pero el asunto quedó cerrado cuando el arzobispo Gaenswein, a propósito de la falsa carta en su nombre dirigida al padre Minutella y escrita con licencia de palabra a nombre del presbítero Ariel S. Levi de Gualdo, afirmó que se trataba de “una falsificación y una mentira, pura fake news”.
La carta afirmaba que el Papa Benedicto celebraba en comunión con Francisco, por lo que si la carta era “mentira y pura fake news“, sólo queda la opción “conmigo Tu indigno servidor”.
En su libro “Nada más que la verdad”, el arzobispo Gaenswein dio marcha atrás, diciendo que Benedicto siempre celebraba en comunión con Francisco, pero el libro NO FUE AUTORIZADO POR EL PAPA BENEDETTO, ya fallecido, y ha sido refutado/corregido por el Prof. Ettore Gotti Tedeschi (ex presidente del IOR), el Prof. Luciano Canfora en Corriere, y cuestionado por el dean de los vaticanistas Marco Tosatti.
En nuestra opinión, el libro del arzobispo Gaenswein no era más que una piedra en el estanque para provocar aún más debate. Y tuvo éxito, porque desde su publicación, en estas páginas, hemos llegado a algunas ideas definitivas sobre el sistema canónico anti usurpación puesto en práctica por el Papa Benedicto, el llamado “anillo canónico de Ratzinger”.
Por lo tanto, la segunda cuestión fundamental es entender si Bergoglio es el verdadero Papa o si la sede está vacante, después de haber sido impedida durante nueve años. De lo contrario – a menos que estemos completamente inconscientes (Supplet Ecclesia) la liturgia tradicional en comunión con el falso papa sirve ¿para qué? Sólo para mantener el statu quo que conducirá a la destrucción de la Iglesia canónica visible. De hecho, si el próximo cónclave incluyera también a los falsos cardenales de nombramiento bergogliano, surgiría otro antipapa.
En estos dos breves documentales de un cuarto de hora cada uno, se ha resumido la investigación de tres años, mostrando cómo la Iglesia estará en sede vacante a partir del 31 de diciembre de 2022.
“Dies Irae”: en este (17 minutos) se muestra la perfección de la dinámica canónica por la que el Papa Benedicto se hizo colocar por los cardenales en una “sede totalmente impedida” para seguir siendo el verdadero Papa y cismar así desde el principio al cardenal Bergoglio.
“Intelligenti pauca”: en el segundo documental, (16 minutos), se muestra cómo el Papa Benedicto, a lo largo de nueve años de impedimento, nos hizo comprender la situación canónica con una serie de mensajes inequívocos.
Para quienes deseen profundizar, he aquí algunos artículos indispensables sobre las cuestiones planteadas en los documentales:
“Carta a los católico-conservadores: cómo el latín del Papa Ratzinger puso en su lugar a Bergoglio”: aquí se ilustra cómo, gracias a la lengua latina, el Papa Benedicto pudo aplicar su sistema anti usurpación.
“Benedicto XVI y los ‘1000 años’: resolviendo el enigma final sobre la renuncia de Ratzinger”: el extraordinario mensaje con el que el Papa Benedicto explica que nunca abdicó, refiriéndose al Papa Benedicto VIII que, en 1013, exactamente 1000 años antes, declaró algo muy parecido.
“¿Insomnio? Con la “hora vigésima” romana Benedicto XVI marca la sede impedida”: un artículo fundamental que explica cómo el uso del horario romano en la Declaratio lleva la hora efectiva de la renuncia al ministerium a las 13 horas del 1⁰ de marzo.
“El ‘anillo Ratzinger’: el modelo antiusurpación perfecto de Benedicto XVI”: resumen del sistema canónico “circular” aplicado por el Papa Benedicto.
Entre otras cosas, el Papa Juan Pablo II en Universi Dominici Gregis, en el Artículo 3, sancionó precisamente cómo esta investigación es responsabilidad de los Cardenales: “Decreto que el Colegio Cardenalicio no puede disponer en modo alguno de los derechos de la Sede Apostólica y de la Iglesia Romana, y menos aún permitir que nada recaiga, directa o indirectamente, sobre ellos, aunque sea con el fin de dirimir controversias…”.
“La Sede impedida de Benedicto XVI: ¿qué hacer? Todo ya resuelto por Juan Pablo II”
Tenemos razones para suponer que algunos círculos tradicionalistas han comprendido la cuestión, pero pretenden utilizarla como “elemento disuasorio” hacia los cardenales de nominación bergogliana para presentar su propio candidato en un próximo cónclave falso, incluyendo a los 81 cardenales inválidos nominados por el antipapa Francisco. Esto podría parecer una astuta maniobra diplomática, pero sería un gravísimo error (y un pecado mortal) porque seguiría eligiendo a un antipapa, carente del Munus y, por tanto, de la asistencia del Espíritu Santo. Esto no sería lo que ordenó el último Vicario de Cristo, el Papa Benedicto XVI.
“Ratzinger-Bergoglio, el ‘síndrome Denethor’: la última tentación del Una cum”.
En este contexto, cabe situar las iniciativas falsamente tradicionalistas encaminadas a reivindicar una liturgia antigua pero con absoluta indiferencia hacia la legitimidad del papa con el que se celebran en comunión.
Como si tener o no tener la investidura de Dios, el munus, y con ella la asistencia del Espíritu Santo, la gracia de estado, fuera una insignificante cuestión incidental.