Demos gracias a Dios
Hagamos un esfuerzo por ser agradecidos, por hacer el bien, por dar las debidas bendiciones por todo lo que poseemos ya sea malo o bueno.

Por el Pequeño Cireneo,
Las Sagradas escrituras nos muestran la importancia de dar gracias a Dios en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con nosotros en Jesucristo.
Tanto en los salmos, como en las cartas de San Pablo o en los Evangelios , se nos anima a dar gracias a Dios en todo, sin cesar para que no apaguemos el espíritu.
El salmo 34 nos dice:
“Bendeciré al Señor en todo tiempo continuamente estará su alabanza en mi boca.”
En Daniel 6-10:
“Cuando Daniel supo que había sido firmado el documento ,entro en su casa en su aposento superior tenía ventanas abiertas en dirección a Jerusalén y como lo solía hacer antes continúo arrodillándose tres veces al día orando y dando gracias delante de su Dios.”
En efesios 5-20:
“Dando siempre gracias por todo en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo a Dios el Padre.”
En Filipenses 4-6:
“Por nada esteis afanosos, antes bien en todo mediante oración y suplica con acción de gracias sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios”.
En colosenses 3-17:
“Y todo lo que hacéis, de palabra o de hecho ,hacerlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias por medio de él a Dios el Padre”.
En Job 1-21:
Y dijo: desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré allá. El Señor dió y el señor quitó ,bendito sea el nombre del Señor”.
Hebreos 13-15:
“Por tanto, ofrezcamos continuamente mediante El, sacrificio de alabanza a Dios, es decir, el fruto de los labios que confiesan su nombre”
Igualmente, “el prefacio” es una oración qué introduce el canon de la misa, oración de acción de gracias y se pronuncia todos los días del año, con esta oración la Iglesia da gracias al Padre por su Hijo Jesucristo en el Espíritu Santo, por todas sus obras, por la creación la redención y la santificación.
Así toda la asamblea se une a la alabanza incesante que la Iglesia celestial los ángeles y los santos cantan a Dios el tres veces Santo.
¿Realmente damos gracias a Dios por TODO?
Dar gracias, es una de las cosas más hermosas y nobles que el hombre puede hacer , porque con ello reconoce que hay cosas buenas en la vida que Dios le regala.
Si realmente amamos a Dios seremos agradecidos, ya que recibimos mucho más de lo que merecemos , pues hemos sido salvados y redimidos por Nuestro Señor Jesucristo y eso es algo grandioso que jamás debemos olvidar, sin duda que es un maravilloso y extraordinario regalo de Dios.
Debemos agradecer y bendecir siempre, pues cada día podemos ver aún en medio de los problemas dolores y dificultades la mano de Dios en nuestras vidas.
Y la gratitud debe ir acompañada por la alabanza salida del corazón del ser humano, ya que Él y sólo Él es digno de ello.
Y El Padre la recibe y le honra que así sea.
Hagamos un esfuerzo por ser agradecidos, por hacer el bien, por dar las debidas bendiciones por todo lo que poseemos ya sea malo o bueno.
Para que así se instale en nuestros corazones la paz de Nuestro Señor y que todo sea hecho en nombre de Dios y por medio de Él.
Esta es la única manera de que la vida sea distinta, rica y plena, porque así se hacen las cosas para gloria de Dios.
No dejemos que pase un solo día de dar gracias a Dios, tanto en la mañana y en la noche antes de ir a dormir y durante el día ,porque son muchas las bendiciones que El nos concede.
Oremos con confianza y gratitud y podremos ver cómo se fortalece la fe y llega la sanación de las heridas.
No permitamos que el ajetreo de la vida diaria nos aparte de este tesoro inigualable que es la gratitud y la bendición.
“Entren por sus puertas con acción de gracias, vengan a sus atrios con himnos de alabanza, denle gracias alaben su nombre”
(Salmo 100)
¡¡Aprende a dar gracias a Dios por todo , que Dios te bendiga en abundancia!!
Para poder dar gracias a Dios son necesarias dos cosas previas: la primera es contemplar la realidad.
Podemos dar gracias del bien y del mal mientras reconozcamos qué es lo bueno y qué es lo malo y que lo bueno debe ser aprobado y lo malo, si se trata del mal moral, debe ser reprobado y corregido, y si se trata de otros males, soportado por la gracia de Dios.
Previo a dar gracias a Dios y alabarlo debemos contemplar la realidad para descubrir en ella la verdad, el bien, lo justo, lo bello y y contemplar a Dios.
La alabanza y la acción de gracias no se puede realizar desde la ignorancia, el error o la mentira. El otro requisito para la alabanza y acción de gracias a Dios es que necesitamos de las virtudes teologales de la fe, esperanza y caridad y del organismo sobrenatural de la gracia para que la acción de gracias y alabanza de Dios sea correcta y meritoria y, para ello, no debemos estar en pecado mortal.
Aún en pecado mortal podemos dar gracias a Dios y alabarlo pero esas acciones no serán meritorias a los fines de la salvación pero podrán, como la fe informe y la esperanza informe que permanecen en los católicos que han caído en pecados mortales, ayudarnos a arrepentirnos, enmendarnos, recibir los sacramentos adecuados y volver a la comunidad con Dios.