Cardenal Cañizares: «Las palabras de Macron sobre el aborto son un camino abierto hacia el infierno»
En ese sentido, el cardenal Cañizares ha subrayado que la ley del Gobierno español que sanciona con prisión “a los que informan o rezan a favor de la vida” en las inmediaciones de las clínicas abortistas es “una barbaridad de gravísimas consecuencias”.

AyL Redacción
Agencias / Universidad Católica Valencia
La Universidad Católica de Valencia (UCV) ha conmemorado la festividad de santo Tomás de Aquino -patrono de las escuelas católicas, de las universidades y de la educación- en el Campus de Valencia-Santa Úrsula con una misa y un acto académico presididos por el cardenal arzobispo de Valencia Antonio Cañizares, gran canciller de la UCV.
El cardenal Cañizares ha afirmado en su homilía que “la sociedad laica que se presenta hoy es, en realidad, laicista y conlleva un pensamiento único, que considera imposición moral la defensa de la vida humana en todas las fases de su existencia, sea cual sea su tamaño o el número de células que la componen”.
“La razón por sí sola se vuelve fría y pierde sus criterios. Se hace cruel porque no hay nada sobre ella. La limitada comprensión del hombre decide ahora por sí sola cómo se debe seguir actuando con la creación, quién debe vivir y quién debe ser apartado de la mesa de la vida. La ciencia sin conciencia se vuelve contra el hombre y lo destruye. Vemos entonces que el camino hacia el infierno está abierto. ¿Las palabras del presidente francés sobre el aborto no son un camino abierto hacia el infierno?”, ha expuesto
En ese sentido, el cardenal Cañizares ha subrayado que la ley del Gobierno español que sanciona con prisión “a los que informan o rezan a favor de la vida” en las inmediaciones de las clínicas abortistas es “una barbaridad de gravísimas consecuencias”.
Propuestas como la de Macron o la del Gobierno español se derivan, en opinión del gran canciller de la UCV, de la “crisis de la cultura occidental” fundada “en el intento del ser humano de volar sólo con el ala de la razón, y olvidar el ala de la fe”, siguiendo la metáfora que empleara hace años el papa Juan Pablo II: “Las consecuencias de esto son trágicas. En ausencia de Dios se gesta una sociedad en franca quiebra moral y humana, que ha perdido sus referentes y sus valores morales, su conocimiento del bien y del mal”.
“La historia reciente demuestra que no puede haber una sociedad libre, solidaria, próspera y en progreso al margen de Dios. Su olvido quiebra el profundo sentido de las aspiraciones del ser humano y socava las bases del respeto a la dignidad humana. Quien olvida a Dios destruye la humanidad del hombre. Este es el gran problema de nuestro tiempo: la carencia de una antropología que no se construya al margen de Dios”, ha remarcado.
Recuérdenle a Cañizares que la solidaridad y el progreso no figuran en el Nuevo Testamento en lugar alguno. No son virtudes teologales ni cardinales, ni fueron enseñadas por Jesucristo Nuestro Señor ni por sus apóstoles transmitiendo la Palabra por inspiración del Espíritu Santo. La Caridad sí, la prosperidad también, pero NO la solidaridad y el progreso, eso de lo que tanto hablan los más encarnizados enemigos mundanos de Dios Nuestro Señor, los materialistas ateos cerriles políticos de cualquier signo. Si Cañizares no quiere llevar a confusión, que empiece a llevar a los fieles al lenguaje de Nuestro Señor, no al del mundo. El mismo Cristo nos enseña sobre cómo ha de ser nuestro lenguaje, aunque hoy se haya olvidado por intereses ajenos al apostolado.
Por otra parte, con respecto al genocida francés POLÍTICO demócrata anticristo (al estilo de las Epístolas católicas de San Juan y por haber suspendido el culto católico en Francia, con intimidación y terror policial incluidos) y ególatra MACRÓN (lo de ególatra es por lo de querer “joder” a los no marcados, o bien con la marca de la bestia, o con un veneno propio de partidarios de la eutanasia, o con un brebaje hecho a partir de niños abortados triturados tras aspiración recomendado por los más embusteros y mentirosos hechiceros autodenominados “científicos” de la tierra, ¿hijos de quién?. ¡Cómo no van a querer “joder” a la criatura de Dios!).
Macrón era el recurso al que aquella monja mitinera de Cataluña apelaba para someter a chantaje espiritual a los creyentes que preferían confiar en el Sacratísimo Corazón de Jesús a hacerlo en ese ídolo fracasado estrepitosamente que llamamos “ciencia”, con sus inoculaciones mortales y dañinas cada vez más. A ver si el obispo amonesta y llama a retractarse a esa monja mediática sin contemplaciones “ni pan pintado”.