La iluminación de la conciencia y la Iglesia purificada. Por Abraham García.

He tardado bastante en tomar una decisión sobre algo que me sucedió a inicios del verano, y es la de contar o no contar lo que finalmente me he decidido a contar, valga la redundancia.

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Abraham García González

Corresponsal de AyL en España

 

 

 

 

He tardado bastante en tomar una decisión sobre algo que me sucedió a inicios del verano, y es la de contar o no contar lo que finalmente me he decidido a contar, valga la redundancia. Esto es porque dada la forma en que me sucedió, aunque prácticamente desde el principio tuve el convencimiento de que es una verdadera señal, he tenido dudas para decidirme a hacerlo ya que es sobre un tema que considero que hay que tomar con cautela porque tiene que ver con una fecha y eso es algo con lo que muchos pueden caer en la obsesión —lo cual no es de Dios— descuidando ser buenos católicos para tener el alma preparada.

Sin embargo, tras haberle dado bastantes vueltas, como tiene que ver con un evento compatible con la sana doctrina en el que creo firmemente y que además creo por los signos de los tiempos que se va a dar muy pronto, me parece que sirve como exhortación para tener las lámparas siempre encendidas, suceda o no suceda. Además, sobre dicho evento la Virgen nos dejó unas pistas para acotar una fecha. Por supuesto, también es verdad que cada uno es libre de creerlo o no creerlo y quiero que quede claro que lo único que pretendo es dar testimonio de unas vivencias personales porque éstas no dejan de resultar llamativas.

 

Llamativas coincidencias numéricas que he ido experimentando a lo largo del verano e inicios del otoño de este año 2023 sumadas a los acontecimientos que por desgracia estamos viviendo en este mes de octubre —principalmente el diabólico sínodo hereje de cuyo nombre no quiero acordarme y la guerra en Tierra Santa— son las que han propiciado que tome la decisión de hacerlo, y he interpretado algunas como una advertencia personal para que esté espiritualmente preparado y otras como una exhortación a dar testimonio de ello, pero claro, no dejan de ser interpretaciones mías, que pueden ser erróneas, y no quiero que nadie se las tome como si yo fuera un profeta.

 

Como firme creyente en las apariciones de la Virgen Santísima en San Sebastián de Garabandal —y en mayor medida desde que viajé allí de momento por primera y única vez en la primavera del año pasado—, creo desde hace bastante tiempo que en un momento dado se producirá el llamado “Gran aviso” (*1) del que la Virgen avisó a las niñas —también llamado “Iluminación de la conciencia”—. Además, creo que queda muy poco tiempo para ello, y me baso en la asombrosa experiencia matemática que tuve el 2 de julio de 2022, la cual relaté en el artículo “Datos inesperados sobre la abolición del sacrificio perpetuo” que recomiendo leer para estar en contexto a quien no lo haya leído porque en él expongo detalles sobre los mensajes más importantes que dio la Virgen allí y los relaciono con la profecía de las 70 semanas de Daniel (*2).

 

La Virgen dijo que después del “Gran aviso” —con no más de un año de diferencia— se produciría un “Gran Milagro” (*3), y dio unas pistas para acotar las posibles fechas en las que acontecería, siendo la próxima en el calendario el jueves 11 de abril de 2024, y que de ser así, la principal vidente, Conchita, lo anunciará con 8 días de antelación, es decir, el 3 de abril de 2024, que curiosamente me he dado cuenta de que es el aniversario de la fecha en la que S.S. el papa Pablo VI aprobó el misal “Novus Ordo” en 1969.

 

Antes de comenzar a relatar lo sucedido, diré que hoy mismo, 21 de octubre del año del Señor de 2023, escribiendo este artículo, he comprobado algo precioso que he asociado a la descripción que conocemos acerca del “Gran milagro” de Garabandal, que será tan grandioso que no lo podemos ni imaginar pero sabemos gracias a la Virgen que permanecerá hasta el final de los tiempos en los pinos de tan bello lugar, no será tangible, se podrá mostrar por televisión y precede a los eventos finales que terminarán con el triunfo del Inmaculado Corazón de María junto con la venida de Nuestro Señor Jesucristo en gloria y majestad. Si consideramos 11/4, por ser hipotéticamente el día 11 del mes 4 —abril— y nos vamos a Apocalipsis 4:11, nos encontramos con un hermosísimo versículo de alabanza a Dios Creador del Universo que he asociado a dicho evento.

 

No recuerdo a qué hora fue exactamente, pero el pasado 30 de junio de 2023 —Stos. Protomártires de Roma en el santoral Novus Ordo— estando con el PC en el estudio de mi casa, en un momento dado oré pidiendo literalmente la gracia del martirio. Anteriormente no lo pedía con esas palabras, sino pidiendo al Cielo ayuda para ser capaces de dar la vida por Cristo si las circunstancias lo requiriesen. La cuestión es que al pedir dicha gracia yo no sabía qué santo se celebra cada 30 de junio ya que no me sé el santoral, y lo vi porque me levanté de la silla y me moví a la izquierda ubicándome frente a un precioso calendario de pared de la Virgen de Fátima.

 

Tenía el flexo encendido, y giré la cabeza de tal manera que vi el reflejo del mismo sobre el metacrilato que cubre un poster enmarcado que tenemos para decorar la instancia. Sobre el metacrilato —que hay que limpiarlo con bastante frecuencia— se acumula cada poco tiempo una pátina de polvillo de forma aleatoria (no uniforme) a medida que pasan los días, probablemente a consecuencia de la electricidad estática que a veces acumulan estos plásticos, o tal vez debido a la regulación de la humedad ambiental con un humidificador que tenemos, pero en esta ocasión el reflejo de la bombilla me hizo ver algo que llamó enormemente mi atención; en la pátina vi que se formaba lo que a mi me pareció un 11 y un 2 —un 112 al juntarlos—. Digo “me pareció“ porque los trazos eran muy difusos y podrían formar perfectamente una pareidolia (*4)—. La cuestión es que me quedé asombrado, sentí que algo podría significar y fuera o no fuera un 11 y un 2, la cuestión es que yo creí ver esos números con bastante claridad.

 

Me dio por interpretar el número como 11 de febrero (11/2) y como 2 de noviembre (2/11). Vi que el 11 de febrero es el día de la Virgen de Lourdes (bastante significativo), y por otro lado, que el 2 de noviembre es el día de los fieles difuntos. Dadas las fechas en las que estamos y teniendo en cuenta que basándome en mis vivencias relatadas en “Datos inesperados sobre la abolición del sacrificio perpetuo” y que teóricamente debería suceder el “Gran Milagro” de Garabandal el 11 de abril de 2024, se me ocurrió calcular cuántos días había entre el 2 de noviembre y dicha fecha, y obtuve 161 días, que es un número capicua. Tras eso, hice una búsqueda en Duck Duck Go a ver si encontraba algún significado bíblico sobre ese número. Me salió una página bastante simple en inglés con un listado de significados numéricos bíblicos y me sorprendió muchísimo ver que según dicha página, 161 significa “Iglesia purificada” (!), lo cuál tiene un enorme sentido en estos tiempos de “Gran tribulación”. No sé el porqué de ese significado para dicho número porque en dicha página no aparecían explicaciones al respecto ni sobre ese ni sobre ningún otro de los que salen en la lista, pero sinceramente me pareció providencial encontrarlo a modo de señal inesperada. Obviamente estoy agradecido al autor, que creo que es un laico, pero he decidido no indicar la fuente porque no veo que la página sea católica, sino más bien protestante o evangélica, aunque no queda claro y tampoco me entretuve demasiado a examinarla. También aprovecho este momento para transmitir algo importantísimo que con absoluto acierto dicho autor remarca en la portada de su página: “Los números de la Biblia se aplican a las cosas que Dios ha hecho (Creación) y cosas que Dios ha dicho (Escritura). Los números de la Biblia no se aplican a las cosas hechas por el hombre: cuidado con la superstición.”. Esto lo digo porque Internet está infestada de páginas “New Age” de numerología que resultan realmente repulsivas las cuales asocian los números a ángeles, a signos zodiacales y demás cosas todas ellas con un enfoque pagano y supersticioso abominable a los ojos de Dios, lo que hace que sea prácticamente imposible encontrar información seria, coherente y útil de exégetas bíblicos que investiguen con los números y hablen sobre su significado.

 

Dado lo significativo de la fecha, y dado que el Gran Aviso profetizado en Garabandal tiene que producirse antes del “Gran Milagro”, pensé, “¿Pudiera ser el Gran Aviso el 2 de noviembre?”. Tal y como están las cosas, y teniendo en cuenta estos datos tan sorprendentes, pienso que es bastante posible porque además quienes conocemos suficientemente los mensajes que dio la Virgen en Garabandal sabemos que se daría tras la celebración de un sínodo, aunque sólo Dios lo sabe.

 

Pero aún hay más. Tal y como expliqué en el relato que he mencionado antes, se sabe según algunas revelaciones que hay 45 días en los que se “detendrá” el cronómetro y Satanás no tendrá ningún poder sobre la Tierra, para que a todo el mundo le dé tiempo a posicionarse, convertirse, confesarse, prepararse,… antes de que comience el tiempo de justicia. Como también comenté, esos 45 días de diferencia aparecen haciendo una cuenta con dos cifras distintas de la profecía de Daniel, que es el número de días que hay entre los 1.290 y los 1.335 que menciona el profeta.

 

Dicho esto, también me dio por sumar días después 45 días a la fecha del 2 de noviembre, y obtuve el 17 de diciembre (!), lo cuál me impactó mucho porque es la fecha del cumpleaños del falso profeta, Bergoglio, que nacío en 1936, el mismo día en el que santa Faustina Kowalska vivió según su diario el mayor dolor espiritual de su vida, comparable al de Jesús en el Huerto de los Olivos sufriendo por todos los pecados pasados, presentes y futuros de la humanidad.

 

Por otra parte, al día siguiente de ver ese 11 y el 2 me encontré en el canal de Telegram de Adoración y Liberación con un nuevo vídeo de la inauguración de la asociación recién fundada por Viganó en Roma para ayudar a los sacerdotes víctimas de las purgas bergoglianas. Se me pasó por la cabeza la idea de que si hay un nuevo papa posterior al katejon, el que tal vez podría encajar con el misterioso lema Pedro el Romano, que está añadido como un párrafo extra a la lista de 111 papas de la célebre profecía de los papas de San Malaquías de Armagh, podría ser Viganò, y si esto fuera así, sería el papa 112 de esa lista. También me encontré otro vídeo ese mismo día titulado 112 que no era más que una denuncia sobre el abominable tema de la ideología de género.

 

El 19 de julio de 2023 quedé en dar una vuelta por el Parque del Buen Retiro con un muy querido amigo mío con una gran cultura histórica, amante de la riqueza del vocabulario de la lengua española y gran conocedor del mundo de las aves a quien hace mucho tiempo que no veía. Pasamos una extraordinaria tarde recorriéndolo, hablando entre otras cosas de Historia, de Salud y de Religión, y le conté con bastante detalle algunas de las cosas extraordinarias naturalmente inexplicables que me han sucedido últimamente desde finales de enero del pasado año 2022.

Brian Snelson from United Kingdom, CC BY 2.0, via Wikimedia Commons

 

Durante el paseo se dieron varias coincidencias que nos asombraron, por ejemplo al pararme sin yo saberlo justo bajo un pino muy especial y concreto para mi amigo en donde había un buho que aparece en un precioso y excelente libro fotográfico con reseñas históricas sobre ese histórico parque en el que él es coautor junto a un fotógrafo de pareidolias asombrosas en el mundo natural (*4). Las coincidencias fueron bastantes y tal vez asombraron más a mi amigo que a mi, tras las cuales creo que está la influencia del Espíritu Santo. Fueron momentos sorprendentes que nos hicieron sentir bien, siendo de los últimos que recuerdo el haberle mencionado a Santa Mónica, ya fuera del parque, en la calle, cerca de una boca de Metro a la que me acompañó, y a los pocos minutos aparecer subiendo por las escaleras mecánicas un hombre con una camiseta en la que ponía “Santa Mónica” —la madre de San Agustín, el santo de referencia del katejon Benedicto XVI, en cuyo escudo papal está la concha asociada a dicho santo—. También una significativa coincidencia el hecho de que este amigo mío sea coautor de un libro con fotos de pareidolias en el Retiro, lo cual conecta con mi forma de ver el 11 y el 2 mediante una pareidolia al trasluz.

 

Mi amigo me dio como idea, tras contarle tantas cosas asombrosas con los números que he ido descubriendo en el código ASCII desde el año pasado, el comprobar si el PIN de mi móvil tenía alguna significación especial —el cual escogí yo en su momento hace muchos años para utilizarlo en uno de mis primeros teléfonos— . Al día siguiente, 20 de julio de 2023, lo comprobé, en código ASCII, sumando el valor de cada uno de los cuatro caracteres numéricos que conforman el pin —que naturalmente no voy a decir cuál es por motivos lógicos—, y obtuve el 211 el 112 al revés—. ¡No salía de mi asombro!

 

Esto me llevó a comprobar lo que dice Apocalipsis 2:11 y le encontré mucho sentido como una advertencia teniendo en cuenta las circunstancias de gran apostasía y la celebración de este diabólico sínodo cuyo nombre oficial prefiero no mencionar.

 

Entre el 19 y 20 de agosto vi con mi mujer la película Nefarious —una película muy aconsejable de sana doctrina católica—, que aún no la había visto, y quedé impactado con lo que escuché. Volví a vivir coincidencias numéricas de tal manera que esto me hace creer aún más en que Dios predispone todo para que se den y llamar nuestra atención por algún motivo. El preso protagonista poseso es ejecutado en la película el 2 de noviembre a las 11:02. Quedé asombrado y lo he llegado a interpretar como que tras el “Gran aviso” el maligno es neutralizado durante 45 días. Además, se desarrolla en Oklahoma, el estado de EE.UU. en el que se encuentra ubicado uno de los 3 lugares de cancelación de la Santa Misa Tridentina el 30 de abril de 2023 según expliqué recientemente en el relato “Datos inesperados sobre el katejon retirado, el sacrificio cancelado, la marca de la bestia y el misterio de iniquidad” publicado en el sitio web de Adoración y Liberación.

 

Otra cosa que no sé explicar el motivo por el que se me ocurrió recientemente hacer una comprobación, pero la hice, y es que sorprendentemente se me pasó por la cabeza comprobar la suma en código ASCII (*A) de los caracteres del nombre “Dan”, y lo hice en mayúsculas —”DAN”—. La sorpresa fue mayúscula porque de nuevo obtuve 211. Investigando un poco sobre el nombre de este patriarca quinto hijo de Jacob resulta que he aprendido que dicho nombre en hebreo significa “juzgar”, lo cuál encaja con la naturaleza del “Gran aviso”, que es como el juicio particular por el que todos los seres humanos tenemos que pasar al dejar este mundo.

 

El pasado 18 de septiembre, en respuesta a un mensaje de un hermano en la fe en un chat de la aplicación de mensajería Telegram, me dio por utilizar un precioso sticker basado en la “Medalla Milagrosa” (*5) y al verlo en grande en pantalla llamó mi atención que indicaba un par de versículos y uno de ellos era San Juan 2:11.

 

Lo mejor de todo es que al comprobar lo que dice San Juan 2:11 en la Biblia me encontré con algo maravilloso, y es el versículo que indica que Jesús dio comienzo a sus señales en Caná de Galilea (!) —que una y otra vez recordamos todos aquellos que rezamos los jueves los misterios luminosos del Santo Rosario—.

 

Esto me recordó a algo que se dice, y es que posiblemente el “Gran Aviso” o “Iluminación de la conciencia” —en el cual toda la humanidad tendrá un encuentro místico en solitario con el Señor— podría corresponderse con el Nuevo Pentecostés en el que muchos se llenarán del Espíritu Santo y tendrán la valentía necesaria de perseverar hasta el final siendo capaces de dar la vida por Cristo.

 

Y por último, otra cosa más, realmente asombrosa, es que hace no mucho, grabando un mensaje de audio privado a través de Telegram dirigido a una amiga muy querida en el que dije que creo que el “Gran aviso” podría suponer nuestra confirmación en la fe a lo grande —Nuevo Pentecostés— , resulta que sin querer, cuando alejé el micrófono de la boca, vi que la duración del mensaje era de 2’ 11”, lo cuál no es la primera vez que me pasa, ya que me ha pasado más veces —una sorprendente fue enviando un mensaje a otra amiga en el que le hablé sobre la “Gran tribulación”, mencionando los 1.335 días de los que habla el libro de Daniel, y resulta que cuando alejé el micrófono de mi boca y envié el mensaje, éste duraba 13’ 35”—.

 

Nadie puede asegurar que esto vaya a suceder ni el 2 de noviembre ni el 11 de febrero, pero en cualquier caso, como ya he dicho otras veces lo más importante es estar en vela pidiéndole al Cielo fortaleza para que no perder el tiempo con cosas vanas ya que no sabemos cuál es la fecha que está prefijada en el calendario para cada uno de nosotros para vivir nuestro juicio particular ante Nuestro Señor Jesucristo.

 

¡A la Santísima Virgen María le pido estar entre esos muchos llenos de Espíritu Santo capaces de dar la vida por el Señor en una Iglesia purificada para transformar el mundo!

_____________________

 

(*A) ASCII (acrónimo inglés de American Standard Code for Information Interchange —Código Estándar estadounidense para el Intercambio de Información—) es un código universal de caracteres utilizado por las computadoras basado en el alfabeto latino y creado en 1963 por el Comité Estadounidense de Estándares (ANSI) como una evolución de los conjuntos de códigos utilizados en aquel entonces en telegrafía. Como las computadoras únicamente entienden números, el código ASCII es un método de traducción de letras y símbolos a números como ‘a=97’, ‘B=66’ o ‘/=47’, de tal manera que todos los dispositivos electrónicos utilicen los mismos códigos y se puedan entender entre sí. En casi cualquier libro de informática y en multitud de páginas web es común encontrar la tabla ASCII para consultarla de tal manera que los usuarios puedan utilizar los códigos numéricos para poder escribir con el teclado de un ordenador determinados símbolos que no están directamente disponibles en las teclas. Por ejemplo, en la web codigoascii.org se puede consultar la tabla, en la que se puede comprobar que la letra ñ minúscula se puede escribir con el código 164 (para lo cuál hay que pulsar la tecla ALT y los números 1, 6 y 4 en el teclado del ordenador), lo cuál es especialmente útil en un teclado británico que no tiene ninguna tecla con dicha letra.

 

(*1) El «Gran aviso» también conocido como «Iluminación de las conciencias» será un fenómeno de caracter sobrenatural donde se producirá un encuentro personal místico con Cristo que vivirán simultáneamente durante alrededor de 15 minutos todos los seres humanos mayores de 7 años, sean creyentes o ateos, pertenezcan a la raza, cultura o religión que pertenezcan, sin distinción, en el mundo entero. Será muy duro porque cada ser humano verá su alma tal como lo ve Dios las buenas obras y los pecados y nadie sufrirá ningún daño ni será condenado, pero cada uno sabrá dónde iría si muriese en ese momento. Es un regalo de la misericordia divina, para que todo el mundo tenga la certeza de que Dios existe y la humanidad tenga la oportunidad de pedir perdón y convertirse. Se producirá tras un cataclismo cósmico que hará que se forme una gran cruz en el cielo. Este fenómeno fue profetizado por la Virgen en Garabandal, pero en realidad se puede encontrar en la Biblia nombrado de otras maneras según estudios de exégetas. Este acontecimiento precede al «Gran milagro».

 

(*2) Al profeta Daniel se le apareció el arcángel San Gabriel para darle la profecía en la que Dios da una cronología resumida de su plan salvífico, dirigida primeramente al pueblo escogido, Israel, y luego, tras la crucifixión de Cristo y la apostasía del pueblo judío, a la Nueva Israel, es decir, a la cristiandad. San Gabriel le dijo a Daniel que transcurrirían 70 semanas de años, es decir, 490 años (70 x 7), para acabar con la iniquidad y traer la justicia eterna, es decir, para que venga a nosotros el Reino de Cristo —como pedimos cada vez que rezamos la oración del Padre Nuestro— con los nuevos Cielos y la nueva Tierra, que no tendrá fin —como dice el Credo de Nicea—. Así se daba por finalizada la visión profética sobre las dos venidas de Cristo para instaurar su Reino en la Tierra tras la Parusía o Segunda Venida.

 

El primer día del cómputo de esos 490 años se corresponde con el edicto del rey Artajerjes en el año vigésimo de su reinado a Nehemías, dándole permiso para volver a Jerusalén a reedificar la ciudad (en el 444 a.C.) y desde entonces comienzan a transcurrir los siguientes 3 segmentos de tiempo bien diferenciados por su distinto significado:

 

  • 7 semanas en las que se reconstruyen las murallas y plazas de Jerusalén.
  • 62 semanas hasta que sea crucificado Jesús, el Mesías, y quitado de en medio su pueblo, Israel.
  • 1 semana en la que se manifiesta el anticristo, que suprime la Eucaristía a la mitad de la misma, y una vez finaliza, se produce la Parusía o Segunda Venida de Jesús.

 

El último de estos segmentos comienza después de detenerse el cronómetro tras la crucifixión durante casi 2.000 años, dado que el pacto era con el pueblo judío, y tal como resuelve en San Mateo 24:32-34 al mencionar la señal de la higuera, que los exégetas explican que se refiere al resurgimiento de Israel como nación en 1948, pasaría desde ese momento una generación —es decir, entre 70 y 80 años— antes de que comenzase la semana final.

 

(*3) El «Gran milagro» es el principal hecho profetizado en las apariciones de Garabandal. Gracias a las declaraciones de las niñas videntes, se saben algunos datos sobre él pero ningún detalle de cómo será. Se sabe que será el mayor milagro de la historia después de la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo y su propósito es el de propiciar que la humanidad se convierta. La Santísima Virgen María es quien pidió a Dios el «Gran milagro» como último remedio para evitar o suavizar un posterior «Castigo». Quien lo presencie directamente en Garabandal —y probablemente en otros muchos santuarios marianos en los que tal vez también suceda— creerá y se convertirá. Además, el Papa lo verá sea cual sea el lugar en el que se encuentre, los enfermos sanarán, se podrá emitir por televisión y quedará una señal permanente que se podrá ver y filmar pero no tocar. La vidente Conchita conoce la fecha exacta, que no puede decir hasta 8 días antes, la hora local en que se producirá será hacia las 20:30, durará alrededor de 15 minutos y coincidirá con la celebración de un acontecimiento único y feliz para la Iglesia —¿Tal vez la esperada proclamación del 5º Dogma Mariano, es decir, el de María Corredentora?—. Si finalmente la humanidad no se convierte, se producirá el «Castigo», vendrá directamente de Dios, será de proporciones desconocidas en la historia y es por ello que el “Gran milagro” será realmente grandioso. Durante uno de los extasis las niñas vieron el «Castigo» y sus gritos fueron tan impresionantes que aterrorizaron a todos los asistentes, que después se confesaron. Durante el éxtasis ellas imploraron que los niños pequeños mueran y que la gente se pueda confesar antes de que se produzca.

 

(*4) La “pareidolia” es un fenómeno asociado a la percepción del individuo que puede hacer que interprete imágenes aleatorias o combinaciones de luces y sombras como formas reconocibles sin serlo realmente. Existen verdaderos profesionales que son capaces de sacar fotos desde determinadas posiciones y con determinadas combinaciones de luces y sombras de manera que parezca que hay una cara o determinada figura en las ramas de un árbol, en unas piedras o en las nubes, por poner varios ejemplos.

 

(*5) La Medalla Milagrosa es un conocido e importante sacramental con un diseño basado en las apariciones de la Virgen María en 1830 a santa Catalina Labouré en París (Francia), una hija de la caridad (monja de la «Compañía de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl», fundada en 1633 con el fin de dedicarse al servicio corporal y espiritual de los pobres enfermos). En una de las apariciones la Virgen se apareció dentro de un marco con forma de elipse, de pie sobre un globo terráqueo y pisando una serpiente. Ella portaba numerosos anillos adornados con gemas irradiando algunas de ellas rayos que alcanzaban el globo sobre el que se hallaba. La imagen luego rotó y mostraba un círculo de doce estrellas con una gran letra M bajo una cruz y el Sagrado Corazón de Jesús rodeado de espinas junto al Inmaculado Corazón de María atravesado por una espada. La Virgen encomendó a Catalina llevar las imágenes a su padre confesor diciéndole que debían ser impresas en medallas declarando «Todo aquel que las lleve recibirá grandes gracias». Tras esta experiencia las primeras medallas fueron elaboradas en 1832, las utilizan millones de personas en todo el mundo y se le atribuyen numerosas curaciones y conversiones que llevaron a la gente a llamar Medalla Milagrosa al sacramental. Tras una investigación por parte de las autoridades de la Iglesia finalmente fue declarado el origen sobrenatural de la medalla en 1836. Se dice que si una persona atea acepta una Medalla Milagrosa como regalo y uno reza por él, tarde o temprano se termina convirtiendo.

 

 

 

 


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