Caso Orlandi: la defensa a ultranza de Bergoglio desacredita a Ratzinger y Wojtyla. Por Andrea Cionci
Por Andrea Cionci
Para Adoración y Liberación
Traducción autorizada Maria Luisa Perez Gherlone
Vaya, qué raro, se reabre el caso Orlandi: florecen las series del acorazado globalista Netflix, los programas de televisión, las pseudo investigaciones, los testimonios aleatorios, las declaraciones de choque y los misteriosos y sombríos silencios del Vaticano.
Hace poco, el Vaticano decidió abrir un expediente cuarenta años después de la desaparición de la ciudadana vaticana en Roma, el 22 de junio de 1983. El hermano de Emanuela, Pietro Orlandi, acaba de ser oído como “persona informada de los hechos”, es decir, como testigo, en el marco de la nueva investigación.
CASUALMENTE, es el Papa Juan Pablo II quien sale fuertemente desacreditado y atacado son cardenales ancianos como Giovanni Battista Re.
Quién sabe por que? ¿ah?
Un excelente artículo de Nico Spuntoni en La Nuova Bussola Quotidiana nos recuerda: “En la Roma de nuestros abuelos, se transmitía una leyenda urbana, pegada a cada Pontífice de vez en cuando. Llena de algunos detalles diferentes según quién fuera el protagonista, la historia era más o menos siempre ésta: “por la noche, el Papa solía salir del Vaticano o de Castel Gandolfo vestido con ropas burguesas e ir a emborracharse a las tabernas de los Castelli Romani”.
Ahora, sin embargo, el hermano de Emanuela, Pietro Orlandi, sostiene que Juan Pablo II “a veces salía por la noche con dos monseñores polacos y ciertamente no iba a bendecir casas…”.
Fuertes declaraciones que no son desmentidas por el Vaticano, hasta el punto de que Nico Spuntoni se pregunta: “¿Y qué hace la Santa Sede? Hasta ahora no se ha tomado ninguna postura en defensa del santo polaco, a pesar de que las palabras emitidas por La7 han recorrido los medios de comunicación, provocando también tristes comentarios entre quienes -con razón- simpatizan con la causa de la búsqueda de la verdad sobre el caso Orlandi”.
Sí. ¿Cómo es que la Santa Sede se encierra en un sombrío silencio?
COMO ES POSIBLE?
Hasta un niño comprende que Bergoglio está poniendo en marcha una banal estrategia defensiva desde que resultó no ser el verdadero Papa, ya que Benedicto XVI nunca abdicó, sino que, obligado a quitarse de en medio, se hizo colocar por los cardenales en la “sede totalmente impedida”.
Bergoglio pende de un hilo. Basta que un cardenal pida la verificación canónica de la Declaratio de Benedicto XVI y …puff: combustión escatológica.
El objetivo evidente de la operación es desacreditar la memoria de varios papas, Juan Pablo II y Benedicto XVI, intimidar a los verdaderos cardenales de nombramiento anterior a 2013 para defenderse a sí mismo y a su propia línea sucesoria antipapal. Ya está Zuppi calentando motores: ayer se le vio almorzando en el restaurante “Da Cesare” con un conocido cardenal conservador. Es probable que ya se planea el cónclave-embrollo.
Desde que fue descubierto antipapa, es decir, hace unos dos años, Bergoglio sólo ha actuado en el frente mediático. Después de todo, considerando que desde el punto de vista canónico está desahuciado (de hecho ha renunciado a crear una jurisprudencia sobre el papa emérito, que es además el papa impedido), lo único que le queda es buscar la legitimación por aclamación popular. Así que ha llamado al servicio a los altavoces globalistas, como Disney y Netflix, y, mientras empuja una propaganda exaltada sobre sí mismo, también ha desplegado una estrategia de desacreditación muy dura de los verdaderos papas . Fracasado el ataque alemán contra Ratzinger en el frente de la pederastia (fue absuelto con fórmula completa), sólo queda escarbar en la papelera de los thrillers de más fácil atractivo mediático, véase el caso Orlandi.
La receta demagógica es muy sencilla: vendo misericordia barata al pueblo + liquidación de vicios para tener contento al 80% del clero; luego me pongo el delantal de pizzero, me hago fotografiar paseando por las tiendas como un ciudadano de a pie y, por otro lado, obligo a los “cardenalones avaros” (como los percibe la opinión pública) a pagar un alquiler (mientras confisco todos los bienes eclesiásticos) y creo la narrativa de crimen – misterio sobre papas auténticos para destrozar su imagen
Así, si los cardenales de verdad se rebelan, podré decir que lo hacen para defender su dinero y sus fechorías pasadas.
Una estrategia elemental e infantil, pero que funciona. Además, no haría falta: el clero auténticamente católico (salvo la Sodalidad Mariana de Don Minutella) está paralizado por el miedo; monseñor Viganò está empantanado con el mantra “todo es culpa del Concilio modernista-Ratzinger” y se ha metido en un gueto en la “zona muerta” mediática del no-vax-pro-Putin; los periodistas cato conservadores se masacran entre ellos y así con el pueblo borrego se gana sobradamente.
Esto podría cubrir su retirada: una buena jugada sería “dimitir” en breve para eliminar con la Magna Quaestio. Mientras el frente una cum se relaja, haciéndose ilusiones de que algún moderado (antipapa) saldrá del sombrero de un nuevo falso cónclave, antes de que los católicos se den cuenta de que con Zuppi es mucho peor, el nuevo antipapa Juan XXIV habrá asestado los últimos golpes mortales al catolicismo romano.
Bergoglio está en enormes dificultades, pero tiene dos cualidades tácticas de primer orden: es rápido y reactivo, completamente despreocupado por mantener una línea de coherencia con el pasado. “Solvet et coagula” es el lema de los masones y se adapta con liquidez a cada situación. Puede hacerse hospitalizar indiferentemente para revisiones periódicas, obstrucción intestinal, bronquitis, infarto, dolor de estómago y de nuevo bronquitis. De todos modos, los medios de comunicación se lo creen todo. Primero dice que “Emanuela Orlandi está en el cielo”, y luego abre una investigación.
Se vuelve sólido, líquido o gaseoso según la necesidad, mientras los católicos proceden muy lentamente y enrolados como ejércitos napoleónicos. Sobre todo, él tiene la ventaja de saber que no es el Papa; los verdaderos católicos aún no lo han comprendido del todo.
¿La solución? Remitirse urgentemente a la Universi Dominici Gregis: ahí está la última fase del dispositivo canónico del papa Benedicto.
O se dan prisa o serán acabados.
