Como se lee, no hace falta ninguna declaración eclesiástica para declarar que Bergoglio no es el Papa: basta comprobar el canon 332.2 y la Declaratio de Benedicto. El primero pide la renuncia al munus petrino, el segundo la renuncia al ministerium.

Fin de la discusión. Bergoglio no es el Papa y cualquiera puede decirlo en voz alta.

Y de nuevo, respecto a la Misa en comunión con el Papa, la encíclica Ecclesia de Eucharistia (2003) afirma en su artículo 39: “La comunión eclesial de la asamblea eucarística es comunión con el propio Obispo y con el Romano Pontífice. […] la comunión con él (el Pontífice) es una exigencia intrínseca de la celebración del Sacrificio Eucarístico”. […] : “Toda celebración válida de la Eucaristía expresa esta comunión universal con Pedro y con toda la Iglesia… “.

Por lo tanto, al igual que ocurrió en 1790 con la Constitución Civil del Clero, cuando los católicos franceses rechazaron los sacramentos del clero que había jurado a la Revolución, para aceptarlos sólo del clero “refractario” fiel al Papa de Roma, también aquí Ratzinger-Wojtyla han preparado la contrarrevolución del pueblo católico. Han dado a los creyentes el poder de repudiar al antipapa y coagularse en torno al nuevo “clero refractario” que antes de 2023 celebraba los sacramentos en unión con el Papa Benedicto y ahora los celebra en sede vacante, con la fórmula “En unión con la Iglesia”.

Hoy, el clero refractario está visiblemente formado sobre todo por la Sodalidad Sacerdotal Mariana del P. Minutella, que reunió a miles de fieles en la Feria de Bolonia el 7 de octubre a las 14 horas.

 

Por supuesto, la notificación ha quedado completamente oculta en los medios de comunicación dominantes, quizá debido a la aportación de alguna persona influyente residente en Bolonia.

Pero todo se está desmoronando muy rápido.

 

Conferencias en Italia por el Dr. Andrea Cionci