Bergoglio, la abuelita, los protestantes y el padre Julio Meinvielle. POR DON ANTONIO CAPONNETTO
Nos envía el gran Don Antonio Caponnetto, gloria viva de la Argentina, esta delicia; que publicamos con gozo. ¡Santa lectura! Vicente Montesinos

Por DON ANTONIO CAPONNETTO
Para Adoración y Liberación
En una entrevista realizada a Bergoglio por la indeseable carantoñera Elisabetta Piqué –y que dio a conocer en espaciosas páginas La Nación en su edición sabatina del 11 de marzo del corriente- llegado a uno de los tantos momentos envilecedores y ruines de la vatiparla, el entrevistado hace la siguiente reflexión:
Compara la conducta iluminadora (“me abrió la puerta a revaluar lo que se decía entonces”) de su abuelita, que le enseñó a admirar y a respetar a los protestantes (en especial y nada menos que a los de la espantosa secta masónico-británica “Ejército de Salvación”) con la de “aquél párroco de Versailles, en Buenos Aires, que les quemaba las carpas a los evangelistas porque eran herejes”.
Ese párroco preclaro y glorioso, obviamente, como lo sabe absolutamente todo el mundo medianamente informado, y quienes vivimos los hechos, fue el padre Julio Meinvielle, a cargo de Nuestra Señora de la Salud, precisamente en el barrio porteño de Versailles.
Será esquemática mi respuesta.
-Dios se haya apiadado de la nona de Bergoglio, la cual –según este relato que ahora reflota su nieto- en toda comparación que se haga con el lobo que simulaba ser la abuela de Caperucita, sale gananciosa en simulacros, engañifas, asnadas turbias, ardides malos e ignorancias culposas.
-Además de todo cuanto de grave se ha dicho sobre Bergoglio, y que cubre desde el Iscariotismo hasta la Apostasía, desde la blasfemia hasta la idolatría, según lo hemos probado ya en múltiples escritos, habrá que agregar ante esta indigna y cobarde ofensa al Padre Julio Meinvielle, que estamos
ante una mala persona, humanamente tartufo, hipócrita, farisaico, acomodaticio y fayuto. Me explico:
-El 2 de agosto de 1998, a las 11 de la mañana, y con ocasión de cumplirse 25 años de la muerte del padre Julio, ofició la Santa Misa en su memoria, el entonces Arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, monseñor Jorge Mario Bergoglio. Estoy tomando la noticia de dos Boletines de AICA, uno del 22/7/98 y otro del 3/8/98. Estuve en esa celebración Eucarística –que coronó una semana de homenaje al insigne difunto, con la presencia de varios obispos- y todos cubrieron de elogios la obra y la personalidad del antiguo párroco. Se ve que entonces la abuelita de Bergoglio no le impidió honrar al valeroso incendiario del basural protestante.
-Pero hay más. Al término de la Santa Misa, los presentes, en su mayoría emocionados y veteranos scoutistas católicos y admiradores, discípulos, camaradas y amigos del Padre Meinvielle, nos dirigimos ante la tumba que está en el atrio de la parroquia. Se dieron vítores a Dios, a la Patria, a Cristo Rey, al homenajeado; y se repartió un volante que decía: “El Padre Julio está presente. Mueran los herejes”. Lo tengo en mis manos. En el medio de esos briosos católicos y meinvielleanos, si se nos permite el adjetivo, exactamente ubicado en uno de los ángulos de la lápida, estaba Jorge Mario Bergoglio, como un adherente más.
-Se fueron retirando todos, y cuando me quise acordar, ganado por el luto y los recuerdos, creí que estaba solo ante la lápida. Pero no. El que permanecía de pie, callado, orante, era Bergoglio. Se me acercó y se limitó a leerme, a modo de consuelo, el epitafio que todavía corona sus restos: “Amó la Verdad”. Nos despedimos y cada quien a lo suyo.
25 años después, Bergoglio es un tránsfuga de la peor catadura. Aprendió bien la lección del lobo-abuela. Y se hizo lobo de esos que el Evangelio condena,excecra y maldice. 25 años después, nosotros, aquí, como siempre. Preparándonos para celebrar el medio siglo del paso a la inmortalidad del inolvidable e invicto combatiente de la Iglesia Católica.
Padre Julio Meinvielle: ¡PRESENTE!
Nota del Director: Yo de ustedes no perdería la oportunidad de adquirir estos libros de Don Antonio Caponnetto. ¡Les ayudará a entender tantas cosas! sobre el indeseable que ocupa (con k) el trono petrino ¡A un clic!
Ahora ya se sabe que Bergoglio ni fue sacerdote ni obispo ni es Papa. Sólo es un impostor y usurpador del Trono Petrino puesto allí por la Masonería Eclesiástica.
Por cierto, alguién podría explicarme cómo un obispo llegó a participar en marzo de 2013 en un cónclave dónde se supone que sólo pueden cardenales votar a otros cardenales para elegir un sucesor a Pedro? Qué pintaba allí ese Obispo sin haber sido nombrado cardenal? Acaso ser el Superior de los Jesuitas le daba derecho a participar en aquel cónclave?