LOS TIEMPOS DEL ANTICRISTO (VI). ¿Qué supone para nosotros la Destrucción de Jerusalén, la Ciudad Santa? (Por Daniel Ponce Alegre)

Los Tiempos del Anticristo (VI)
Daniel Ponce Alegre,
Teólogo – Pontificio Instituto Bíblico y Oriental
Aunque sea arriesgado intentar una interpretación o exégesis de las profecías relativas a la Destrucción de la Ciudad Santa, Jerusalén, e incluso algunos puedan considerarlo una osadía, vamos, desde Adoración y Liberación, y yo personalmente, a abordar este acontecimiento histórico y de profundo sentido teológico y escatológico para este Tiempo del Fin, con la Ayuda de Nuestro Señor Jesucristo, la Sabiduría, y de Su Madre, María Inmaculada, Sede Sapientiæ:
– El fin de Jerusalén tipifica, o representa simbólicamente, el asedio promovido por los enemigos de Jesucristo contra Él mismo e, igualmente, contra Su Esposa, la Iglesia.
Este asedio se ha producido a lo largo de la Historia y muy especialmente en este Fin de los Tiempos.
– Durante algún tiempo, el enemigo dará la impresión de alcanzar la victoria y triunfar, y su triunfo será cruel y humillante.
– Como Jesucristo al pender de la Cruz, la Iglesia sufrirá.
Como Jesucristo pareció derrotado a manos de esos anticristos que eran los pérfidos escribas y fariseos, también la Iglesia, que pende de la Cruz por las persecuciones de las que es objeto, será derrotada en apariencia.
– La derrota de Jesucristo es transitoria pues el Maestro Resucitó y también la Iglesia resucitó en el pasado y Resucitará finalmente para la Vida, como Su Esposo.
– La agonía que le infligieron sus enemigos declarados y larvados, opositores internos e hijos traidores, es un instrumento de victoria pues por medio de ella se realiza la Redención, la Liberación del Pecado y el acceso al la Vida Eterna:
”Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras vidas”.
– El Señor no fija la fecha para los acontecimientos del Fin, sino que previene contra todos aquellos que pretenden hacerlo: ”No llegará enseguida, pero llegará como ladrón en la noche”.
– El Anticristo tiene carácter de falso profeta que se presenta como Mesías y del cual Jesús nos advierte:
”Mirad, no os dejéis engañar. No les sigáis”.
– Es preciso añadir que los acontecimientos sombríos que el Señor menciona no representan, de forma alguna, una invitación a la desesperación:
”Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza porque se acerca vuestra liberación”.
– Mientras que en el Orden de la Ley de Israel las cosas terminaron en humo y sangre, en el Opus Ecclesiæ de la Nueva Alianza todo crece en el Silencio y termina en el Espíritu de Resurrección y Vida.
Como conclusión, recordar que las Palabras de Jesús tienen la solidez de la Roca:
”Esta Generación no pasará sin que sucedan estas cosas”.
No olvidemos sus palabras finales:
”Guardáos de que no se hagan pesados vuestros corazones por el libertinaje, la embriaguez y por las preocupaciones de la vida, y venga aquel Día de improviso sobre vosotros, como un lazo; porque vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de la tierra. Estad en vela, orando en todo momento para que tengáis fuerza y escapéis a todo lo que ha de venir, y podáis estar en pie delante del Hijo del Hombre”.
Sin Él no podemos lograrlo:
Qué nos dé Luz.