Biodictadura. (Por F.R. Mirones)
Engañan a los voluntarios jóvenes que trabajan gratis por una causa romántica hasta que se dan cuenta y se van o se incorporan a la élite verde para vivir de constante celebración.

Por F.L Mirones
En el Foro de Davos están cumpliendo punto por punto lo que describo en mi libro. El sistema de control de “carbonitos” con puntos limitados que someterán a los ciudadanos a una esclavitud climática como un sistema de crédito vinculado a nuestro dinero y actividades.
Desde hace años les cuento que los ecologistas ideológicos son supremacistas y PELIGROSOS, pues están convencidos de una superioridad moral que les confiere una línea potencialmente agresiva.
Hemos permitido que crecieran con nuestras simpatías y acaparando miles de millones en subvenciones buenistas para “salvar el planeta”.
Hemos creado una casta de parásitos ambientales que en han suplantado a los biólogos e ingenieros brillantes alojándose en el sistema para nutrirse de él, y ahora esperan el momento de tomar su venganza climática sobre una población a la que desprecian profundamente.
Son una secta totémica, los conozco bien pues llevo toda mi vida con ellos. Soy consciente de que esta afirmación es dolorosa porque se han creado un aura de pureza que estaba planificada. No son sin ánimo de lucro, todos viven de ello, cobran cada mes, eso es lucro.
Engañan a los voluntarios jóvenes que trabajan gratis por una causa romántica hasta que se dan cuenta y se van o se incorporan a la élite verde para vivir de constante celebración.
Casi cada día hay algo que celebrar… el Día de la Tierra, el Día de los Mares, el Día del Clima, el Día del Medio Ambiente, el Día del Chorlitejo Patiblanco…
Lo peor fue cuando las empresas y gobiernos decidieron contratarlos para efectuar el lavado verde (green washing), que consiste en darles ingentes cantidades de dinero a cambio de que no molesten demasiado en los temas más importantes y mareen la perdiz atacando a las pajitas y causas improductivas mientras hacen la vista gorda con los problemas medioambientales realmente graves.
Llevan así décadas, los primeros parásitos ya disfrutan de su jubilación, y han entrado jóvenes nuevos dispuestos a darse la vida padre sin tener que ser los mejores de la clase, basta decir lo mismo siempre, repetir los contenidos que el globalismo dicte.
Los primeros parásitos empezaron a dar envidia a los biólogos de campo y actuaron con ellos como los visitadores médicos en el sistema sanitario. Empezaron a confraternizar y los biólogos aceptaron formar parte del pastel, bailarles el agua, mejorar su situación económica y reputacional haciendo una simbiosis que daba contenido al ecologismo ideológico.
Atrás quedó la Ecología como ciencia cuando empezó a seguir las pautas del ecologismo como creencia.
Todo mensaje “científico” quedó contaminado, si iba a favor de los intereses globalicistas progresaba, si iba en contra sus autores eran apartados y nadie los invitaba a los actos del Día de la Tierra donde circula el mejor jamón del reino.
Décadas así han creado una trama de intereses en todo ese mundillo que tanto gusta al público, entonces, aparte crecen los “divulgadores científicos” del ámbito pseudo periodístico, premiados por sus servicios en Newtral, Maldita y los medios afines, y que son los nuevos Félix Cousteau de marca blanca y chichinabo, expertos de Google que escriben y hablan sobre cualquier cosa siempre culpando a la población de lo que ocurra. Sea cual sea el desastre, es culpa de usted señora.
Con esta base ideológica asentada desde el siglo pasado es con la que nos van a esclavizar en pocos meses.
No, no eran inocentes y nobles adoradores de ballenas, no eran nobles guerreros de los salvaje, eran fuego amigo, disidencia verde controlada, parásitos esperando su momento, ese que ha llegado ahora.
Un aullido