Negacionistas Negativos. Por F. L. Mirones
“Nos van a…”¡cuidado, las palabras son importantes!

Por Fernando López Mirones
No nos van a hacer nada que no permitamos.
En esta guerra nosotros también jugamos, y somos muchos más. Lo que el NOM pretenda no es un destino inexorable, son engaños que desaparecen cuando no los creemos.
Observo a una gran parte de la disidencia colaborando sin querer, haciendo de altavoz de amenazas e intenciones del NOM sin animar jamás ni dar soluciones.
No “nos van a…” nada si no nos da la gana. Tienen un miedo cerval a la opinión pública ¿pero no os dais cuenta de que por eso tratan de engañarnos constantemente?
Si nuestra opinión no fuera letal para ellos, lo ejecutarían todo de golpe sin intentar despistarnos.
Gastan tanto en publicidad porque necesitan la complicidad o la ignorancia de al menos la mitad de la población mundial.
Por eso compran a los ambiciosos, intimidan a los tibios y censuran a los bravos.
Si fueran todopoderosos no perderían el tiempo en convencer a nadie.
Esto que parece tan sencillo de entender no lo tienen interiorizado muchos negacionistas, que se muestran tristes, pesimistas y cansados.
Son negativistas más que negacionistas.
No ayuda esa constante letanía de que todo el mundo es borrego, que es imposible convencer a nadie, que no escuchan… ¡No es verdad! ¿Pero cómo es posible que no vean que ya no se inocula casi nadie?
La duda razonada se extiende sin cesar, estos tristes son un lastre para esta lucha, más les vale descansar y dejar actuar a los que tengan fuerza. Retrocedan a recuperarse y regresen cuando estén listos para tirar del carro de nuevo en lugar de subirse a él.
No, no nos “van a” nada de nada. Los que creemos en Dios lo sabemos, y los que no, pensad en la lógica aplastante de lo que os he argumentado: quien se esfuerza en engañarte es porque no te puede vencer si no colaboras.
Ni con todo el oro del mundo pueden entrar en tu alma si tú no cedes. Manipularán tus peores pasiones, usarán tu codicia, tu ansia, tu ira, tu miedo, tu pereza…
¡Cuidado con la pereza! Quieren que pensemos que es un defecto de segunda fila, pero es uno de los más potentes en nuestra vida diaria. Por nuestra pereza nos vencen a menudo.
¡Qué pereza discutir! ¡Qué pereza pedir una cita con el director del colegio! ¡Qué pereza cambiar de supermercado! ¡Qué pereza sacar efectivo! ¡Qué pereza negarme a ponerme la mascarilla!…
Nos vencen por nuestra pereza.
Cuando la perdemos, somos una fuerza formidable.
Así que deje de leer a los tristes porque se contagia. Una cosa es informar y otra colaborar.
Fíjense en la cantidad de asuntos en los que NO me habrán leído opinar en absoluto; o a lo sumo con alguna conclusión transversal.
Muchos canales parece que se han convertirse en pequeñas TV con la obligación autoimpuesta de opinar sobre todo de forma inmediata, sin dar tiempo a considerar las pruebas y contrastar los hechos. En cuanto pasa algo en el mundo corren al teclado o a la cámara para ser los primeros en decir algo, lo que sea.
Los servicios de inteligencia se han dado cuenta de esta reacción hace años, y les sueltan pistas falsas e informaciones cruzadas para que cada uno de ellos regrese a su sesgo político PRE plandémico, arrastrando a sus seguidores a volver a ser negacionistas de izquierdas, negacionista de derechas, negacionistas católicos, negacionistas esotéricos, etc, lo cual nos hace perder nuestro mayor poder, que no es otro que la transversalidad. Nos desactivan.
No hace falta convertir estos canales en telediarios de chichinabo cuya redacción tiene un solo “periodista” y además sin formación.
Al que opine de todo con contundencia y total seguridad agresiva, abandónenlo, se lo inventa sin criterio, copia, o lo que es peor, es dirigido con o sin su consentimiento.
Estos agoracionistas mantienen a la disidencia antigua permanentemente enfadada, a la vez que espantan a la nueva. Parecen sectas cerradas de fanáticos de verbo afilado pero sin profundidad.
Demostremos que somos diferentes siendo tolerantes entre nosotros. No perdamos el norte.
No, no “nos van a…” si sabes decir las palabras mágicas: NO ME DA LA GANA.
Salgan ahí fuera a luchar sin pereza un día más. Estamos ganando.
Un aullido.