¿Por qué no leen unas líneas sobre “Monseñor Joseph Marie Bonnemain”, y salen todos de allí?

En el comportamiento de la Falsa Iglesia Bergogliana es imposible no encontrar la demostración más absoluta y obscena de corrupción.
Monseñor Joseph Marie Bonnemain, obispo de Chur, ultraprogresista y miembro del Opus Dei, parece estar más atento a su forma física que a la salvación de su alma; no oculta su total subordinación a la ideología LGBTQ+ y dice que está a favor de la pornografía.
¿Quién mejor que él para investigar las denuncias de graves escándalos sexuales cometidos por miembros del episcopado suizo?
Como enviar a Herodes a investigar la masacre de los inocentes.
El patrón es siempre el mismo: la persona designada por Bergoglio para un puesto de responsabilidad debe ser la más corrupta e inadecuada para ese papel, la que causará el daño más devastador, la que tendrá el conflicto de intereses más escandaloso.
Nos lo dicen en la cara: “Hacemos lo que queremos”.
La “Iglesia sinodal” de Bergoglio se muestra con arrogancia en toda su naturaleza depravada y tiránica.