El uso de preservativos es un ejercicio de “caridad” para el destructor de la fe de Francisco
Fernández destroza así la Humanae Vitae de Pablo VI, la cual condena la anticoncepción como intrínsecamente mala.

AyL Agencias
Fuente en.news
El arzobispo Víctor Fernández cree que evitar la anticoncepción artificial puede, en ciertos casos, “contradecir la jerarquía cristiana de valores coronada por la caridad”.
Cuando era vicerrector de la Universidad “Católica” Argentina “fabricó” el caso de una esposa “creyente” y su marido “incrédulo” en un artículo publicado en abril de 2006 en la Revista de Teología, una publicación trimestral de la Facultad de Teología. Ambos no quieren tener hijos, pero el marido insiste en mantener relaciones sexuales con su esposa cuando ésta es fértil.
Según Fernández, en este sería mejor que permitirle a la esposa el uso de preservativos, ya que negarse a mantener relaciones sexuales “pondría en peligro la estabilidad de la familia”. En este sentido, afirma que “un rechazo inflexible a cualquier uso de preservativos haría primar el cumplimiento de una norma externa por sobre la obligación grave de cuidar la comunión amorosa y la estabilidad conyugal que exige más directamente la caridad”.
La mujer es fértil durante siete días al mes. Aparte de la mentalidad anticonсeptiva de ambos, Fernández no repara en que tal marido es un pervertido sexual cuyo deseo de sexo es más importante que el respeto a su esposa.
Este es un caso de manual para la “ética situacional” inmoral, que cree que cada crimen puede convertirse en algo “bueno” a través de la interpretación.
Fernández destroza así la Humanae Vitae de Pablo VI, la cual condena la anticoncepción como intrínsecamente mala.
