Frutos de la Iglesia Bergogliana. Por Alejandra Mesén (Con acceso a vídeo)
Me pregunto: ¿esa orden vendrá directamente de Bergoglio? Como católica duele ver estas actitudes departe de nuestros pastores.

Por Alejandra Mesén
Corresponsal en Costa Rica
El pasado jueves 5 de enero,
se llevó a cabo en la Catedral Metropolitana en San José – Costa Rica, Misa en memoria de nuestro amado Papa Benedicto XVI, presidida por el Nuncio Apostólico Mons Bruno Musarò y donde estuvieron presentes sacerdotes, Obispos y canónigos. La Catedral llena de fieles que llegaron a rezar por el eterno descanso del Papa.
Dolorosamente algunos insisten en el sacrilegio. Cómo buenos traidores, haciendo lo que no debiera ser en el altar.
Obispos dando la Comunión en la mano.
El Nuncio, como lo muestra el vídeo, por arrodillarse a comulgar para recibir a Jesús, a una fiel, no solo la obliga a levantarse, sino bruscamente baja sus manos y le entrega la Santa Hostia en la mano. O sea se la negó recibirla en la boca.
Vimos la misma actitud de un sacerdote en la Misa del funeral celebrado en el Vaticano
Me pregunto: ¿esa orden vendrá directamente de Bergoglio?
La Beata Ana Catalina Emmerick en una visión lo escribió:
“Vi muy a menudo a Jesús mismo cruelmente inmolado sobre el altar por la celebración indigna y criminal de los santos misterios.
Vi ante los sacerdotes sacrílegos la santa Hostia reposar sobre un altar como un Niño Jesús vivo que ellos cortaban en trozos con la patena y que martirizaban horriblemente”.
Como católica duele ver estas actitudes departe de nuestros pastores.
Nuestro muy amado Papa Benedicto XVI nos dejó un Testamento Espiritual, de todo su legado. Entre éste, quiero compartirles unas palabras que nos animen a seguir firmes en la fe:
“Arrodillarse ante la Eucaristía es una profesión de libertad. Quien se inclina ante Jesús, no puede y no debe postrarse ante ningún poder terreno, por más fuerte que sea. Los cristianos solo nos arrodillados ante Dios; ante el Santísimo Sacramento”.
“Hasta el Cielo no paramos”
“Santos o nada”
¡Viva Cristo Rey!
¿Quién como Dios? ¡Nadie como Dios!
¡Avanti con María!