Las señales de Dios. Por Don Minutella
Ya no estamos acostumbrados, pero los padres de la Iglesia y la literatura clásica ya afirman que la naturaleza y el cosmos participan en los acontecimientos humanos y en los pasajes de las épocas de la historia.

Por Don Minutella
Ya no estamos acostumbrados, pero los padres de la Iglesia y la literatura clásica ya afirman que la naturaleza y el cosmos participan en los acontecimientos humanos y en los pasajes de las épocas de la historia.
Se trata, como dice san Gregorio Magno, de signos con los que Dios nos advierte y nos habla.
Los signos cósmicos obviamente no tienen el mismo peso que la Revelación Bíblica, sin embargo siempre se han considerado importantes.
Por ejemplo, en Fátima en 1917, la Santísima Virgen anunció que habría una gran señal cósmica enviada por Dios para anunciar la inminencia de una gran guerra:
“cuando veáis una noche iluminada por una luz desconocida, sabed que es la gran señal que Dios os da de que se dispone a castigar al mundo por sus crímenes, mediante la guerra, el hambre y las persecuciones a la Iglesia y al Santo Padre”.
Es la aurora boreal del 25 de enero de 1938, y no solo eso.
La Segunda Guerra Mundial (1939-1945) estalló el 1 de septiembre de 1939 con la invasión de Polonia por parte de la Alemania Nacionalsocialista de Adolf Hitler (1889-1945).
Ahora bien, nos hace pensar mucho que hoy, en el funeral de Benedicto XVI, presidido por un falso Papa, la niebla envolvió la cúpula de San Pedro, la misma cúpula sobre la que, el 11 de febrero de 2013, día de su presunto resignación, cayó un rayo…
Señales enviadas por Dios, pero todos son ciegos…
No estoy muy de acuerdo con el Padre Alessandro (don Minutella) pues Su Santidad está vivo; pronto lo verán por última vez.