Los últimos códigos Ratzinger de Benedicto XVI y el arzobispo Gänswein (en Repubblica). Por Andrea Cionci
El Papa Benedicto nos dejó el último mensaje para hacernos comprender que siempre ha seguido siendo el único Papa existente, el único sucesor legítimo de San Pedro, hasta el final.

Por Andrea Cionci
Para Adoración y Liberación
Traducción autorizada Maria Luisa Perez Gherlone
Las últimas palabras del Papa Benedicto fueron “Jesús, te amo”.
Una de nuestras lectoras, Anna Maria A., captó en ellas un detalle fundamental: son las palabras de San Pedro en respuesta a Jesús (Jn 21 15-23).
El Papa Benedicto nos dejó el último mensaje para hacernos comprender que siempre ha seguido siendo el único Papa existente, el único sucesor legítimo de San Pedro, hasta el final. No en vano, será enterrado en el sarcófago que fue de Juan Pablo II. Nadie ha preguntado: pero si era abdicatario, ¿qué derecho tendría a ser enterrado en la cripta de los papas? Pero a estas alturas el pensamiento lógico es un lujo para unos pocos y todo el mundo se traga a cucharadas grandes la narrativa mainstream que insiste obsesivamente-compulsivamente en lo que debería haber sido el acto más importante de todo el pontificado de Benedicto XVI: su “dimisión”. Como bien ha señalado Giuseppe De Lorenzo en el sitio web de Nicola Porro, a nadie le importan las cosas enormemente significativas que ha hecho Benedicto XVI, pero todo el mundo insiste en la narrativa del Papa que abdica porque el diktat-velina que circula en las redacciones es: “proteger a Bergoglio a toda costa”. Si él se derrumba, también se derrumba todo el deep y buenas noches señores.
Desde cierto punto de vista, que la renuncia del Papa Benedicto haya sido el acto más importante de su pontificado es cierto, porque con su renuncia de facto al ministerium, a “hacer” de Papa, permitiendo que la sede romana fuera totalmente impedida (canon 335), el Papa Benedicto ha limpiado por fin la Iglesia de podredumbre y apostasía.
Ahora conviene hacer un rápido repaso de cómo funciona el Código Ratzinger antes de explicarles los últimos mensajes contenidos en la muy reciente entrevista del arzobispo Gaenswein en Repubblica. Este estilo de comunicación, que recurre a anfibologías, silencios elocuentes o malentendidos deliberados, sirve para ocultar una lectura “B” tras una lectura “A” fácil-fácil y bergoglianamente correcta. Por supuesto, el Papa Benedicto adoptó este estilo tanto porque, al estar impedido, no podía hablar con claridad, como porque quería “separar a los creyentes de los no creyentes” según una técnica de selección sobre la que ya hemos escrito: sólo los que tienen oídos para entender son “alistados” en su ejército. El Papa, como Aquel de quien era Vicario, te dejó la libertad de creer o no creer.
Por esta razón, vamos a enumerar una serie de frases típicas, utilizadas a menudo por el Papa Benedicto o por el arzobispo Gaenswein, que, en un primer momento, le parecen apoyar la fábula del abdicatario Benedicto y del legítimo Papa Francisco. Inmediatamente después ilustraremos lo que significan en una segunda lectura más profunda.
Luego, si la segunda lectura cansa demasiado a quien quiera conformarse con la “vía ancha bergogliana”, adelante.
“El Papa Benedicto, en 2013, renunció libremente a su ministerio y hoy es, sin ninguna duda, Papa emérito”.
Muy cierto: el Papa Benedicto, en 2013, renunció libremente a al ministerio-ministerium, (y no al ministerio-munus) que le envió en sede impedida, y hoy sigue siendo, sin ninguna duda, el papa emérito, es decir, el que merece ser Papa, el que tiene derecho a serlo (como emereo), aunque carezca del poder práctico.
“Nadie le obligó a dar este paso, lo pensó durante mucho tiempo y lo hizo con plena conciencia. Los que dicen que la renuncia fue forzada dicen una absurdidad”.
Por supuesto: nadie le obligó nunca a dar este paso, (la retirada del ministerium) mientras lo que querían era que abdicara a toda costa renunciando al munus. Lo pensó durante mucho tiempo, era un paso difícil pero necesario para purificar la Iglesia. Los que dicen que la renuncia fue forzada dicen una abdurdidad, ya que toda renuncia, al ser un “abandono voluntario de algo”, sólo puede ser libre.
“Benedicto sigue vistiendo de blanco porque era lo más práctico, ya que no disponía de otra ropa, pero sigue llevando la túnica blanca de una forma diferente a la del Papa”.
Correcto: no tenía un manto diferente porque no existe el manto de papa impedido, pero sigue llevando un manto blanco diferente del manto de papa clásico, sin el fajín ni la capa, para que se reconozca su nueva condición de papa impedido.
“¿Si el Papa Benedicto celebra misa en unión con el Papa Francisco? Nunca ha mencionado ningún otro nombre en el canon de la Misa, ni ha mencionado nunca su nombre”.
Sacrosanto: de hecho, la fórmula litúrgica recitada por el Papa es “en unión conmigo, Tu indigno servidor”. Así, el Papa Benedicto, celebrando en comunión consigo mismo, no mencionó ni su propio nombre, ni ningún otro.
“El Papa Francisco es hoy el único Papa reinante. Benedicto ha pasado más años como emérito que como reinante”.
Es cierto, Francisco ha sido el único papa reinante durante nueve años, aunque ilegítimamente: de hecho, debido a la sede impedida y la consiguiente usurpación del trono petrino, hemos tenido dos papas, uno legítimo-contemplativo (Benedicto) y otro ilegítimo activo, (Bergoglio) que está reinando. (Ver “ministerio ampliado” ). El Papa Benedicto ha vivido más años como Papa impedido que como papa reinante.
“Benedicto tenía una sincera amistad personal con Francisco.
Muy cierto. Era suya solo, “personal”, unidireccional, no correspondida, dando cumplimiento al mandamiento de Cristo ‘Ama a tu enemigo y reza por tu perseguidor’.
Llegados a este punto, si han calentado dus “oídos para comprender”, están preparados para entender las frases más significativas de la reciente entrevista de Ezio Mauro con el obispo Gaenswein.
D. Usted estuvo junto al Papa en L’Aquila en 2009, ante el relicario donde se conserva el cuerpo de Celestino V, el único pontífice que, como Ratzinger, hizo libremente la renuncia en 1294; y usted ayuda a Benedicto que se quitó el palio para colocarlo sobre el relicario de Celestino V. ¿Por qué ese gesto que parece una autoprofecía?
R. “Colocar el palio papal sobre la tumba de la destruida iglesia de Collemaggio fue un gesto de gran honor para Celestino. Pero no tenía nada que ver con un acto de renuncia que se haría realidad unos años más tarde. Excluyo una conexión”.
Este concepto también fue reiterado varias veces por el propio Papa Ratzinger: él no tenía nada que ver con Celestino V porque éste había abdicado, y obviamente él no lo hizo.
D. A las 11:46 la noticia (de la “dimisión” ed.) dio la vuelta al mundo. Y de alguna manera es lo absoluto lo que tiene que contar con lo relativo, lo universal lo que choca con la debilidad humana denunciada en público. En este sentido, es también la irrupción de la modernidad en una institución que tiene 2.000 años, con el Pontífice, representante de Cristo en la tierra, revelando su fragilidad ante el peso de sostener la Iglesia universal y también la responsabilidad que conlleva. ¿Está de acuerdo con esta lectura?
R. No es una explicación completa, pero estoy totalmente de acuerdo”.
No está completo porque Benedicto sólo ha renunciado a “ser” el Papa, pero no a “ser” el Papa.
D. ¿Por qué Benedicto eligió para sí la fórmula de Papa emérito, suscitando discusiones?
R. “Lo decidió así, personalmente. Creo que antes de una decisión tan excepcional convertirse en cardenal habría sido antinatural. Pero no cabe duda de que siempre ha habido un solo Papa, y se llama Francisco.
Ante la decisión de verse totalmente impedido de ocupar la sede al renunciar al ministerium, volver como cardenal no habría sido natural, en el sentido de que Benedicto conservara su naturaleza de papa. Sólo ha habido un Papa (Benedicto) y se llama Francisco. Atención: Gaenswein no dice “y es Francisco”, como nunca quiso decir papa Benedicto durante nueve años. El arzobispo dice “se llama”, lo que anfibológicamente puede significar “es Francisco” o “se llama Francisco”, “se identifica con Francisco”. Pero no es necesariamente así.
D. ¿No cree que tras la dimisión de Ratzinger lo sagrado se ha vuelto más humano?
R. “Lo sagrado es lo sagrado, y también tiene aspectos humanos. Creo que con su renuncia el Papa Benedicto ha demostrado también que el Papa, si es siempre el sucesor de Pedro, sigue siendo una persona humana con todas sus virtudes, pero también con sus debilidades”.
He aquí la confesión final: la renuncia al ministerium ha mantenido a Benedicto XVI como Papa: “Él es siempre el sucesor de Pedro.
¿No les convence? Buenísimo. Recordamos las palabras del Papa Benedicto-Gaenswein en Lumsa: “Pueden creer o no creer. Si no creen, la respuesta está en el libro de Jeremías, no les diré dónde’.
Y en Jeremías leemos: “Yo soy impedido”.
Entonces, si quieren considerarlo una coincidencia, adelante. Es eso lo que quería el Papa: o aquí o alla..