Sordo, ciego, mudo. (Por Pequeño Cirineo)
No podemos caminar solos y mucho menos sordos ,ciegos, y mudos porque el camino está lleno de peligros, de amenazas constantes, el maligno susurra a oído sus mentiras y engaños, y no cesa en su intento de hacernos caer y apartarnos de Dios, necesitamos al Espíritu Santo que nos guíe, que nos de confianza, y fortaleza.

Por el Pequeño Cirineo
Muchas personas hoy día viven perdidas en la vorágine del mundo y no tienen ni tiempo, ni necesidad de hacer algo más que sea mirar a sus propios intereses, a su propio ego, tal y como la sociedad actual nos tiene acostumbrados.
El culto exagerado al cuerpo, la búsqueda del placer inmediato sin más, el desinterés por las cosas del espíritu.
Pocos son los que se interesan por el prójimo de una manera evangélica sincera y amorosa, incluso hemos llegado a ver cómo se deja de lado a los miembros de la propia familia, porque cada vez vivimos más centrados en nosotros mismos.
Aún estando viviendo en estos días graves y oscuros donde se nos amenaza con pasar por una guerra nuclear, el hombre sigue sordo, ciego y mudo, encerrado en sí mismo y en la búsqueda de todo tipo de placeres que satisfagan el gran vacío existencial que padece.
El descuido de la vida espiritual ,la ignorancia de todo lo que Dios nos da en su Palabra, hace que cada vez nos alejemos más y más de la verdad de una vida digna y llena de sentido.
Nos hemos olvidado del compromiso cristiano, nos hemos olvidado de los dones que Dios nos da a cada uno y que deben de estar disponibles para todos aquellos que lo necesiten ,haciendo lo que podamos aunque sean pequeñas cosas.
En la oración, en el servicio, en el ofrecimiento de nuestras obras y cruces al Señor iremos creciendo en santidad.
Pero desgraciadamente hoy día la santidad es una palabra que está denostada, muy alejada de los cristianos, porque pocos son capaces de decirse “no” a sí mismos para decirle “si” a Dios.
No podemos caminar solos y mucho menos sordos ,ciegos, y mudos porque el camino está lleno de peligros, de amenazas constantes, el maligno susurra a oído sus mentiras y engaños, y no cesa en su intento de hacernos caer y apartarnos de Dios, necesitamos al Espíritu Santo que nos guíe, que nos de confianza, y fortaleza.
Caminamos hacia la luz, hacia el sol de Dios, Él sólo espera que le amemos , le miremos , le escuchemos y confiemos en Él.
No olvides que eres peregrino en esta vida y no sabes que largo o corto va a ser tu viaje, jamás permitas que el maligno te aparte del camino que lleva a Dios porque esa es su tarea.
Que Dios te bendiga