Plegaria al Inmaculado Corazón de María (Por Pequeño Cirineo)
"Dulce Corazón de María, sed la salvación del alma mía"

Por el Pequeño Cirineo
Oh, Corazón de María, el más amable y compasivo de los corazones después del de Jesús.
Trono de las misericordias divinas en favor de los miserables pecadores, yo, reconociendome sumamente necesitado, acudo a Vos, en quien el Señor ha puesto todo el tesoro de sus bondades, con plenísima seguridad de ser por Vos socorrido.
Tú María eres mi refugio, mi amparo, mi esperanza, por eso te digo y te diré en todos mis apuros y peligros:
“Dulce Corazón de María, sed la salvación del alma mía”.
Cuando la enfermedad me aflige, o me oprima la tristeza, o la espina de la tribulación llegue a mi alma:
“Dulce Corazón de María, sed la salvación del alma mía”.
Cuando el mundo, el demonio y mis propias pasiones, unidos para mí eterna perdición, me persigan con sus tentaciones y quieran hacerme perder el tesoro de la divina gracia:
“Dulce Corazón de María, sed la salvación del alma mía”
En la hora de mi muerte, en aquel momento de dolor de qué depende mi eternidad, cuando se aumenten las angustias de mi alma y los ataques de los enemigos:
“Dulce Corazón de María, sed la salvación del alma mía”
Y cuando mi alma pecadora se presente ante el tribunal de Jesucristo para rendirle cuenta de toda mi vida, ven Oh, Tú Virgen María, a defenderla y ampararla, y entonces, ahora y siempre os llamaré diciendo:
“Dulce Corazón de María, sed la salvación del alma mía”.
Estás gracias espero alcanzar de Vos, Oh Corazón amantísimo de mi Madre, a fin de que pueda veros y gozar de Dios, en vuestra compañía en el cielo.
Amén.
Que Dios te bendiga
PUEDES DESCARGAR LA PLEGARIA AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA EN PDF AQUI.