El vaticano cierra un convento en Italia porque las monjas no se han vacunado.
La abadesa dio libertad a la monjas para que decidiesen si querían o no vacunarse, decidieron que no , y ahora desde el vaticano les llega el castigo de Bergoglio.

Ya está decidido, el monasterio de Santa Catalina en Italia será cerrado y las monjas trasladadas porque optaron por no vacunarse y la abadesa no las obligó. Ninguna de ellas ha enfermado en los dos últimos años, pero eso da igual.
Conocemos muchos sacerdotes y religiosas muy despiertos. Los hay y muy valientes , y estas monjas son prueba de ello . Muchos santos tuvieron que enfrentarse al sistema de su tiempo y este es un ejemplo más.
Pincharse es voluntario, nadie ni en el ejército, ni en la policía, ni en la Guardia Civil ni en la jerarquía eclesiástica puede OBLIGAR ni CASTIGAR a otro por tomar la decisión lícita de no participar en un experimento que, por otro lado cada día que pasa muestra su fracaso.
Están muriendo una media de 10 personas diarias por efectos adversos ante la pasividad de familiares, amigos y compañeros. Todos lo saben, pero es tabú decirlo.
Este convento de monjas tubo en febrero una visita apostólica inesperada. La madre Catalina explica:
«El visitante encontró todo en orden, excepto que no estamos vacunadas. Sabía de la visita del obispo Bassetti, pero no conocía los motivos. En el decreto se subraya mi comportamiento inadecuado: ¿debí obligar a mis hermanas a hacer algo que no querían hacer, a riesgo de una denuncia?»
El convento está en orden espiritual, económica y litúrgicamente. El único fallo es el empecinamiento de las monjas en no vacunarse y la negativa de la abadesa a obligarlas a hacerlo. Así lo confirmó la propia abadesa en Bussola:
«La visita apostólica tuvo lugar poco después de mediados de febrero, el informe se envió inmediatamente después y ahora estamos esperando la respuesta de la congregación para los institutos de vida consagrada».
Pero, ¿quién solicitó la visita?
No me lo dijeron. Me enteré por el cardenal Bassetti, arzobispo de Perugia.
¿Cuándo se enteró?
«Fui a verle para firmar un documento, pero me dijo que no podía firmarlo por mí porque había una visita apostólica en curso. Me quedé atónita. «¿Qué hemos hecho?», le pregunté.
«Cuando se les preguntó sobre la vacunación, enseguida dijeron que no, así que decidimos tomarnos un tiempo; en octubre, el problema volvió a aparecer. El médico del monasterio me volvió a preguntar y yo volví a decir que no».
¿Son todas ancianas?
No, no todas somos ancianas.
¿Y han tenido covid durante estos dos años?
No, siempre hemos gozado de una excelente salud.
Gracias hermanas por su ejemplo, y por ser fieles aa Cristo y no a Bergoglio.
Nunca ha sido papa. Solo un pobre hideperra argentino!