Italia impone la vacunación obligatoria para los mayores de 50 años
El Gobierno italiano ha decidido este miércoles implantar la obligatoriedad de la vacunación para los "grupos con mayor riesgo".

AyL Redacción
Agencias
El Consejo de Ministros de Italia ha aprobado este miércoles la vacunación obligatoria contra el coronavirus para mayores de 50 años.
El primer ministro Mario Draghi ha explicado, según Corriere della Sera, que con la implantación de la obligatoriedad de la vacuna el ejecutivo pretende “frenar el crecimiento de la curva de contagio y empujar a los italianos que aún no se han vacunado a que lo hagan” después de que el país haya registrado en las últimas 24 horas “un nuevo récord de contagios desde el inicio de la pandemia, con 190.000 nuevos casos”. Draghi ha añadido que la decisión de aplicar la medida en el grupo de edad que abarca a los mayores de 50 años se debe a que son aquellos “con mayor riesgo de hospitalización” y aspiran así a “reducir la presión sobre los hospitales y salvar vidas”.
La semana pasada, el Gobierno decidió que el certificado sanitario reforzado (que solo se obtiene cuando se está vacunado o se ha pasado la enfermedad) va a ser obligatorio desde el 10 de enero para acceder a los medios de transporte, además de a hoteles, ceremonias o festivales; mientras que por ahora se pide en el ocio y la restauración.
Draghi quería ampliar la utilización de este pasaporte reforzado a más actividades, como servicios públicos, de cuidado personal o centros comerciales, pero no ha sido posible este miércoles por la reticencias de algunas fuerzas de la coalición gubernamental, como la Liga, que lo interpreta como una vacunación obligatoria enmascarada para todo el mundo, según los medios italianos.
En cuanto a la campaña de vacunación, y según los datos del propio gobierno, el martes Italia superaba las 20 millones de personas vacunadas con la dosis de refuerzo (67,67% de la población diana) y este miércoles Sanidad comunicaba que el 86,07% de los italianos mayores de 12 años ha completado el ciclo de vacunación contra la COVID-19.
…en Italia, y en (casi) todo el mundo, también se “impone” circular por la propia mano y respetar los semáforos. (O sea, cómo confundir lógica con arbitrio).
¿Por qué seguimos llamando “vacuna” a lo que no lo es? No deberíamos usar los mismos términos que los del enemigo del mundo. Esto es un medicamento experimental que nunca ha sido aprobado, solamente “autorizado”. Y sus efectos desastrosos ya hace tiempo que están a la vista de quien quiera conocerlos.
No señor, no es obligatorio aunque una ley satánica en Italia o cualquier otro país lo diga. El libre albedrío NO puede ser vulnerado jamás y antes se obedece a Dios que a los hombres. Se puede matar al no inoculado, convirtiéndolo en mártir si estamos ante la marca de la bestia del Apocalipsis, pero no se puede retorcer la voluntad de un alma que ama a Dios por encima de todos y todo y esos satánicos políticos pervertidos lo saben bien, por eso no impondrán la obligatoriedad si no quieren morir escupiendo un caudal grande de sangre.
OBLIGATORIO era en España renegar de Jesucristo, pisar un crucifijo o escupir sobre una estatua del Señor, la Virgen María amputadas o una estampita, o blasfemar para salvar la vida de un pelotón de fusilamiento de milicianos rojos enloquecidos de odio a Dios, España y todo lo bueno y santo en los años treinta, en plena Cruzada. Y NO SE CONOCE UN CASO DE APOSTASÍA, a pesar de las decenas de miles de asesinados por ello. Y los católicos salieron vencedores y con un tributo de sangre que es ejemplo de toda nación que ama sinceramente a Dios.
OBLIGATORIO era en el imperio romano renegar de Jesucristo ante los tribunales de los emperadores degenerados que hubo desde Nerón hasta Diocleciano, que se autoproclamaron “dioses”, ÍDOLOS del pueblo romano. Y muchos prefirieron el martirio incluso ante las bestias del Coliseo romano. Y de su sangre mártir brotaron tantas conversiones y vocaciones que inundaron el imperio llevándolo a su sangriento fin.
OBLIGATORIO era en Méjico, a comienzos del siglo pasado, cerrar iglesias y prohibir el culto, y nuestros hermanos mejicanos cristeros defendieron la fe con el famoso grito católico ¡Viva Cristo Rey!, con tal pasión que el culto volvió a florecer en Méjico.
OBLIGATORIO era el ateísmo en Francia revolucionaria a partir de 1789, con ejecución masiva de curas y católicos por no someterse al ídolo de la ilustración jacobina satánica acaudillado por Robespierre, que tantos males traería al mundo a partir de entonces, pero los católicos se sobrepusieron y vencieron, guillotinando al verdugo en 1793 y volviendo al calendario cristiano.
OBLIGATORIO y oficial era el ateísmo en toda nación comunista y socialista desde el triunfo del anticristo en Rusia, en 1917. Pero ni el mismo anticristo rojo logró erradicar la Fe detrás del telón de acero. Y los católicos, inicialmente en clandestinidad, a partir del chispazo de San Juan Pablo II en la católica Polonia, hirieron de muerte el comunismo en el este de Europa, abriendo tan grandes fisuras en aquel infierno, que se vino abajo cual gigante con pies de barro.