Firma invitada: ¿Los mexicanos confían en la Iglesia?
Padre Hugo Valdemar
La semana pasada se dio a conocer la encuesta “Mexico, confianza en las instituciones”, realizada por la prestigiosa encuestadora Mitofsky de Roy Campos. Las instituciones mejores calificadas, consideradas de confianza alta, son tres, Las Universidades, 7:4; la Iglesia 7.2; y El Ejército 7. Las peores evaluadas con un puntaje de 5.1 son La Presidencia, los Diputados y los Partidos.
El puntaje más alto que tuvo la Iglesia en la última década fue en el año 2008 y 2009, que alcanzó 7.9, y el más bajo lo obtuvo en 2006 con un 6.9. En relación a la encuesta realizada en octubre de este año llama la atención que la evaluación más favorable de la Iglesia se da en el ámbito rural, 7.8, siguiendo los niños con un 7.7, sorprende muchísimo el dato de los jóvenes que entre 19 y 29 años le dan 7.4; los adultos de 30 a 49 años otorgan un 7.2, y es sorprendente que sea entre los adultos mayores de 50 quienes dan la menor aprobación con un 7.1 de confianza.
Sin perder de vista que para la Iglesia las encuestas son solo un referente, llama poderosamente la atención que a pesar de los constantes escándalos de abusos sexuales de sacerdotes a menores de edad y de otros escándalos de inmoralidad del clero, los católicos mexicanos sigan firmes en su confianza y reconocimiento a la Iglesia, este es un tesoro inestimable en medio de una sociedad que cada vez confía menos en las instituciones; incluso, la Iglesia Católica en otras latitudes mantiene una confianza por los suelos después del terremoto de les escándalos de abusos a menores, como sucede en Irlanda o Chile donde literalmente el prestigio de la Iglesia se desplomó.
Existe la errónea percepción, incluso entre los sacerdotes y los obispos, de que los jóvenes ya no confían en la iglesia y todavía más, piensan que la rechazan, pues bien, los datos de la encuesta no solo desmienten este prejuicio sino que muestra un sector que junto con los niños son quienes muestran un alta valoración de la Iglesia, así mismo sorprende que los adultos mayores de 50, quienes podríamos pensar son los que más confían, son de hecho los que dan una menor valoración.
La Iglesia, tiene ante sí el reto de preservar esta confianza, poniendo especial atención en el cuidado y la protección de los niños y los jóvenes, en proyectos pastorales en favor de ellos, en dar un verdadero testimonio de cercanía y brindar un acompañamiento que haga presente a una Iglesia que se ocupa de ellos, que les abre espacios, y los hace sentir en casa, debe hacer un esfuerzo por atenderlos y entenderlos imitando a Jesús Buen Pastor, para conducirlos a Dios, Bien supremo al que todos debemos aspirar.