❤️ Nuestros abuelos… Y aquellos tiempos. Por Karin Becker
Eran tiempos de coherencia, de respeto, de saber estar, incluso diría que de elegancia (y la elegancia no necesariamente es sinónimo de riqueza material, sino una forma de estar y de ser, de respeto a uno mismo y a los demás).

Por Karin Becker
Para Adoración y Liberación
Un día más, hoy, estuve revisando los cientos de recuerditos que mi abuela materna, recientemente fallecida, guardaba en muchas cajas.
Todas las cartitas y tarjetas que sus nietos e hijos le escribíamos, por navidad, cumpleaños, pascuas, día de la madre…
Cientos y cientos de fotos de todas las épocas de su vida, en blanco y negro, en color, de todos los tamaños… De todos los eventos importantes que se quedan en el corazón.
Cientos de estampitas de primera comunión de todo el mundo… Recetas… Y… Cientos de libritos y más estampas de santos, oraciones, la Virgen, el Sagrado Corazón de Jesús.
He tomado unos cuantos de esos tesoros, nuevamente, y los guardaré en mi propia caja de objetos sentimentales. Al igual que ella, soy incapaz de deshacerme de ese tipo de cosas, y no deseo hacerlo.
También en sus agendas veía sus apuntes de gastos diarios, de algún evento o sentimiento especial.
Asimismo, guardaba recortes de periódicos donde aparecemos sus hijos y nietos, sea por cuestiones de cultura, o en un evento social de antaño, o incluso de un primo mío, que de pequeño hacia de modelo de ropas Lacoste en Paraguay 😅 Quiero decir con esto que ella le daba valor a todo lo que hacíamos sus nietos, sea un programa de radio, sea participar de un concurso literario, sea posar para una marca. Todos teníamos para ella el mismo valor 🥹
Todo esto me recuerda y reconfirma que ella era sensible, buena, cariñosa y ordenada, y que daba todo por su familia.
Me acordé también de mi otra abuela, quien, cuando éramos niñas, a mis primas y hermanas “nos hacía rezar el rosario”, cada noche, sumado a un montón de pedidos a Dios, para que cuide de absolutamente todos nosotros. Uno por uno nombraba a hijos, hermanos, nietos… También recuerdo que nos hablaba de las profecías de Fátima… Y de los terribles peligros que corríamos si nos descuidábamos en la vida. Sin duda, era consciente del mundo en el que vivimos.
De ella aprendí una oración, que, según me decía, debía repetirla cuando sintiera miedo alguna vez. “Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero”. Muchísimas veces en mi vida, y hasta ahora, la rezo cuando tengo miedo en alguna situación.
Y así, todo esto quedó en mi mente y corazón. Aunque, como suele suceder, la vida después nos lleva por caminos muy distantes, pero al final, volvemos al inicio. A esas verdades que nuestros abuelos sentían, pensaban y sobre las cuales actuaban. A su fe católica.
Eran tiempos de coherencia, de respeto, de saber estar, incluso diría que de elegancia (y la elegancia no necesariamente es sinónimo de riqueza material, sino una forma de estar y de ser, de respeto a uno mismo y a los demás).
Eran tiempos de papeles, de notas a mano, de fotos reveladas en formato físico. De agendas, de calendarios, de pasaportes escritos a mano…
Tiempos de buena música, de coches y electrodomésticos que duraban decenas de años.
Qué maravilla haber conocido a nuestros abuelos. Qué razón tenían en todo. No olvidemos, no borremos su memoria, y conservemos los tesoros que nos han dejado. ❤️
9 AGOSTO. ¡VICTORIA DE LA FAMILIA, VICTORIA DE DIOS, EN PARAGUAY! ¡HISTÓRICO REPORTAJE KARIN BECKER! – AYL.TV
¡ESTRENO DE ALCANCE EN AYLTV! ABUSO INFANTIL: ¿POR QUÉ SATANÁS QUIERE A LOS NIÑOS? CON SONIA MAGALI – AYL.TV