Pentescostés II. Por Juan Cicconi
“Salvaos de esta generación perversa.” Hechos de los Apóstoles 2, 14- 41

Por Juan Cicconi
Para Adoración y Liberación
Pentescostés II 31 de mayo de 2023
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Entonces Pedro poniéndose de pie, junto con los once, levantó su voz y le habló lo que fue dicho por el profeta Joel: “Sucederá en los últimos días, dice Dios, que derramaré de mi espíritu sobre toda carne; profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas, vuestros jóvenes tendrán visiones y vuestros ancianos verán sueños. Hasta sobre mis esclavos y sobre mis esclavas derramaré de mi espíritu en aquellos días, y profetizarán. Haré prodigios arriba en el cielo y señales abajo en la tierra, sangre y fuego y vapor de humo. El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes de que llegue el día del Señor, el día grande y célebre.
Y acaecerá que todo el que invoque el nombre del Señor, será salvo.”
Con otras muchas palabras dio testimonio y los exhortaba diciendo: “Salvaos de esta generación perversa.” Hechos de los Apóstoles 2, 14- 41
Como vemos lo anunciado desde muy antiguo esta hoy presente, como también los consejos y exhortaciones ante un mundo que termina, por eso la gracia y la oración es la permanencia del Espíritu Santo en cada uno de nosotros.
El Espíritu Santo es la gracia, una realidad sobrenatural que informa nuestra alma, una realidad accidental no substancial proveniente de la presencia o el contacto con Dios en nosotros; que nos habilita a hacer todos nuestros actos buenos “Quién permanece en Mí y Yo en él, lleva mucho fruto, porque separados de Mí no podéis hacer nada.” Juan 15, 5
Sin embargo, y para estupor nuestro, la generación perversa en la que vivimos sostiene:
“El hombre puede hacer muchas cosas sin Dios.” De poco hoy vale refutar herejías como la de Macedonio que negó la divinidad del Espíritu Santo, cuando ahora niegan la divinidad de todo.
La desesperación actual no es la vieja desesperación pagana: es peor; la fe hace efectos de resistencia en muchos y sin el consentimiento a la gracia que hacemos colaborando con Dios es imposible en nosotros la presencia del Espíritu Santo, el cual nos recuerda todo, simplemente todo lo que Cristo dijo. ¿Por qué nos enseña todo lo que Cristo dijo? Porque una cosa es la voz exterior y otra la voz interior. Y esto lo podemos ver que en la vida de cualquier cristiano no hay milagros, pero puede ser que mirada en su conjunto no deje ser algo milagrosa. Vivió cristianamente, tropezó, cayó, se levantó, creyó, esperó, acabó y se fue; no dejo nada en la Historia; pero…. hizo lo que otros declaran imposible, perseveró en lo que otros tienen por locura, duró derecho a través de las vicisitudes de la vida, no perdió la línea y temblaba el suelo, fue una cosa igual a sí misma cuando en cada hombre hay tantos hombres diversos, y en el mundo tantos contrastes e incoherencias. Parecía que había una voz escondida en su fragilidad infinita, un Apoyo y un Co-estante; que eso significa en griego Parácleto: el que está junto.
Nota
1-Los Hechos de los Apóstoles fueron escritos en el año 63 DC por San Lucas; y él mismo confiesa que escribió acerca de todas las cosas desde que Jesús comenzó a obrar y enseñar, hasta el día en que fue recibido en lo alto, después de haber instruido por el Espíritu Santo a los Apóstoles que había escogido.
2-Es inaceptable que San Pedro cite al profeta Joel y no a Jesucristo en sus anuncios parusíacos. Ver Mateo 24/ Marcos 13 y Lucas 21.
Bibliografía consultada: El Evangelio de Jesucristo – P. L.Castellani