Bergoglio disuelve convento: ¡Monjas a la calle! Por Alejandra Mesén
Las monjas de Ravello recibieron una carta firmada por el propio Bergoglio, en las que se les informó de la liberación de sus “obligaciones de la ordenación sagrada”.

Por Alejandra Mesén
Corresponsal en Costa Rica
El Vaticano muestra un “puño duro” a dos monjas de Santa Chiara en Ravello (Italia), informa el 4 de febrero el sitio web Leggo.it.
Las monjas llevan dos años intentando salvar su comunidad. Eran tres, las hermanas Massimiliana Panza, Angela Maria Punnacka y Cristina Fiore, de 97 años, quien necesita cuidados. La orden de las Clarisas Pobres quiso vender el monasterio, pero las tres monjas lo donaron a la Santa Sede. Entonces, la orden expulsó a las monjas.
El valor del monasterio es de 50-60 millones de euros. Francisco aceptó la “donación” y firmó la orden de salida.
En junio pasado, el Vaticano quiso trasladar a las monjas a tres conventos diferentes, pero ellas se negaron.
Absurdamente, esperaban un “acto de caridad” de Francisco. En lugar de ello, el Vaticano disolvió por la fuerza (¡!) los votos religiosos solemnes de las hermanas Massimiliana y Angela -sin que ellas hubieran cometido ningún delito-, como si sus votos no se hubieran hecho a Dios, sino a algún burócrata vaticano.
Las hermanas Massimiliana y Angela fueron expulsadas el viernes sin tener adónde ir. Los habitantes de Ravello las despidieron con calor y afecto.
Tres hermanas de una nueva comunidad se han instalado en el edificio. Se ocuparán de la hermana Cristina, quien se ha quedado.
Éste es Bergoglio y su revolución de la ternura.