Desde Getsemaní (Por Pequeño Cirineo)
Hay muchos tipos de sufrimientos, pero el que pasó El Señor en su Pasión, engloba a todos los sufrimientos que la humanidad ha pasado, pasa y pasará.

Por el Pequeño Cirineo
En esta Semana Santa ,semana de Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, pongamos nuestros ojos en Gesemaní ,porque es allí donde descubriremos que el hombre es incapaz de salvarse a sí mismo y que sólo por la gracia de Dios somos salvados.
Hay mucho sufrimiento en el mundo, pero sólo de una forma podemos crecer dando sentido a nuestro dolor y es cuando unimos el sufrimiento a la Cruz del Señor.
El sufrimiento a secas , sin Cristo nos abate, nos hunde y nos lleva al fracaso.
Hay muchos tipos de sufrimientos, pero el que pasó El Señor en su Pasión, engloba a todos los sufrimientos que la humanidad ha pasado, pasa y pasará.
La experiencia de la oración en el huerto de Getsemaní, nos muestra cuánto padeció en sus propias carnes y en su propio espíritu ,El Hijo de Dios.
Todo ser humano pasa alguna vez en la vida por un Getsemaní particular ,por una experiencia de cruz, y en ese momento todas nuestras fuerzas mentales y físicas decaen , incluso desaparecen y nuestra única roca firme nuestro ,único consuelo y apoyo en esos momentos de oscuridad y dolor es Jesucristo.
Es en ese Gesemaní particular y personal de cada uno, dónde llenos de humildad y de fe podemos cederle las riendas de nuestra vida y abandonarnos total y absolutamente en Su Misericordia.
Miremos el ejemplo que Jesús nos dejó. El conoció la soledad más radical, todos le abandonaron, hasta sus íntimos amigos en poco tiempo le dejaron y tuvo que sufrir incluso la traición de uno de ellos.
Jesús se sintió radicalmente solo en Getsemaní y aunque necesitaba la compañía, el amor de sus discípulos, ellos se durmieron..
En muy poco tiempo ,fue hecho preso, torturado ,vejado y ejecutado. Asumió en todo su ser ,un sufrimiento terrible por amor a la humanidad ,que no fue capaz de entender la calidad y la importancia de su amor.
Hermanos en la fe, no dejemos sólo a Jesús en este Getsemaní, acompañemos al Señor, estemos a su lado, no le abandonemos, no nos dejemos llevar por el sueño como hicieron sus discípulos, Jesús necesita de la compañía de los que le aman.
Tomemos el ejemplo de los santos y los mártires que sufrieron en sus cuerpos y almas las llagas de la Pasión del Señor.
Unamos nuestros dolores a los dolores de los diferentes momentos de la Pasión, !No le dejemos solo! Meditemos en los latigazos de la flagelación , los salivazos, las humillaciones, los golpes, los insultos, los clavos en las manos y los pies, la asfixia de la agonía ,la lanza en el costado…
Seamos capaces de reconocer que no podemos nada sin Él, pidámosle perdón por nuestros pecados y unamos nuestros corazones al Señor en estos momentos de extremo dolor.
Nuestros dolores unidos al suyo se transforman en camino fecundo de encuentro con Dios Padre, y le damos un “nuevo sentido” a nuestra vida, porque aceptamos nuestro destino, que cambia para siempre , porque le ha sido entregado al Señor con humildad y amor.
Contemplemos a Jesús ,miremosle en profundo silencio, con el corazón abierto, acompañemosle en esta hora crucial de su pasión, con un vaciamiento total de nosotros mismos, con una entrega total de nuestra existencia a la voluntad de Dios.
Y con nuestro amor aliviemos su soledad y abandono.
“¡No habéis podido velar una hora conmigo…! ¡Orad…!
Mat 26, (40_41)
¡El nunca nos abandona…no lo dejemos solo!
Que Dios te bendiga
El pequeño Cireneo