Como evitar que te inoculen en España
La prescripción es una exigencia legal, al tiempo que un imposible metafísico.

AyL Redacción
Agencias
Como saben, dejarse pinchar no es una alternativa.
Quien sufra grandes presiones para vacunarse, debe pedir que se lo requieran por escrito. Y como no lo harán, debe mandar un burofax a la persona o entidad que lo presiona (si es un organismo público una instancia por registro), explicando que lo están requiriendo verbalmente para la vacunación (bajo amenaza de… -si es el caso-) y exigiendo que se le haga ese mismo requerimiento de vacunación por escrito, al tiempo que exige, como conditio sine qua non para negociarlo, la prescripción facultativa (art. 19.2 RDL 1/2015 del Medicamento) y el consentimiento informado escrito (art. 8.2 Ley de Autonomía del Paciente).
Normalmente, con esto bastará. Y además, gracias al burofax, tendremos munición de alto explosivo, por si llega el caso de un despido o sanción y no llegan a responder por escrito. Si el trabajador consigue demostrar la represalia –y para eso es el burofax-, su despido es nulo. Reingreso.
También puede ser útil alegar una más que probable alergia al producto. De hecho no hay ser humano que no lo sea a la proteína spike, al grafeno, o a la mayoría de supuestos componentes que los propios prospectos muestran.
Si consultamos estas vacunas en la página de la Agencia Española de Medicamentos, encontramos que todas ellas exigen la prescripción facultativa. VER AQUÍ.
Sin embargo, ningún médico se ha atrevido ni se atreverá a nunca a firmar la prescripción. ¿Por qué?
En primer lugar, porque el seguro de responsabilidad civil de ese médico no asume los daños producidos por esas “vacunas”, y si se producen estos daños habiendo prescripción, los deberá pagar el propio médico. A mediados de diciembre 2021 ya había registrados en la Agencia Europea del Medicamento más de 32.000 muertos y 3.000.000 de efectos adversos, por estas “vacunas”.
Y en segundo lugar, porque de la propia lectura de las fichas técnicas, elaboradas por las propias empresas fabricantes, se ve claramente que son sustancias tan inútiles como peligrosas.
Por ejemplo, en la ficha técnica de Pfizer, se encuentran joyas como estas:
–No se ha establecido la intercambiabilidad de Comirnaty con vacunas frente a la covid-19 de otros fabricantes. Justo lo contrario de lo que nos están diciendo políticos y periodistas.
-Contraindicaciones: hipersensibilidad al principio activo o alguno de sus excipientes. ¿A alguien, antes de inoculársela, le han dicho cuáles son estos productos y le han preguntado si es alérgico?
–Se han observado casos de miocarditis y pericarditis tras la vacunación con Comirnaty, con mayor frecuencia tras la segunda dosis y con mayor frecuencia en varones jóvenes. Los diarios están llenos, últimamente, de muertes repentinas de personas jóvenes. ¡Qué casualidad!
–Se desconoce la duración de la protección proporcionada por la vacuna. Es decir, que puede ser de 1 año, 1 mes, 1 día… o ninguno.
–La experiencia con el uso de Comirnaty en mujeres embarazadas es limitada. Es decir, que no se sabe los efectos que puede producir, pero mejor que se la pongan.
–No se han realizado estudios de genotoxicidad ni de carcinogenicidad. O sea, que si nos morimos todos de cáncer o sufrimos mutaciones genéticas graves, la empresa se lava las manos. Y los políticos y periodistas que la recomiendan o exigen, también.
Si un progenitor no quiere que el otro vacune a sus hijos, le mandará un burofax, indicándole su negativa y exigiéndole, como pasos previos a cualquier negociación, la prescripción facultativa y el consentimiento informado, y advirtiendo de la adopción de medidas legales en caso contrario. También conviene mandar una instancia por registro a la Consejería de Salud de la Comunidad Autónoma, en similares términos.
La prescripción es una exigencia legal, al tiempo que un imposible metafísico.
Quien precise más información puede consultar en la página de http://www.liberumasociacion.org, especialmente en las secciones “acciones legales”, “información científica” e “información legal”.
Todo esto, mejor hoy que mañana. Mañana puede ser tarde.
Y por favor, difúndanlo.
¡Mucho ánimo! Y un fuerte abrazo a todos los “negacionistas”.
La victoria es nuestra.
Los peligros de apoyar el uso de vacunas experimentales
Las vacunas y cualquier producto médico en etapa experimental no tendrían que ser aplicados a la población hasta que no se realicen estudios que garanticen la salud y la no existencia de consecuencias negativas en dichos productos para las personas.
Primera consecuencia necesaria de la vacunación experimental es que quienes la fomentan convalidan todas las medidas que los gobiernos quieran tomar en el futuro bajo la excusa de pandemia desde cuarentenas, confinamientos obligatorios similares a los encarcelamientos domiciliarios y sin juicio previo, restricciones a la circulación, cierre de locales, limitaciones de los servicios en locales, impedir el turismo, etc. No podrán decir nada.
Todo ello genera un enorme daño que reduce los ingresos y endeuda a la población hasta que muchas propiedades y negocios quedan en poder de las finanzas pero, por otra parte, genera enormes ingresos en específicas actividades que tienen característica oligopólicas y están en manos de pocos como farmacéuticas, Internet, bancos, etc.
No pueden quejarse los que fomentaron la vacunación que los gobiernos persistan en las medidas que han tomado en los años subsiguientes y de manera indefinida mientras ellos mismos entiendan que es conveniente con lo que ponen la vida y el patrimonio de las personas en manos de pocos que actúan de manera discrecional.
Segunda consecuencia necesaria de la vacunación experimental es que dañan gravemente los derechos del hombre a no ser vacunado o tratado con productos o métodos médicos experimentales sin consecuencias económicas en materia de daños y perjuicios y/o de prisión para el que los fabrica y para los gobiernos que las imponen o permiten como si se tratara de vacunas seguras y sin efectos colaterales graves a corto o largo plazo.
No está de más señalar que muchas de estas vacunas experimentales son importadas de países que no han tenido muchas preocupaciones por los derechos humanos lo que agrava el problema.
Tercera consecuencia necesaria de la vacunación experimental es que al eliminar las responsabilidades a futuro de las empresas y los Estados los que promueven estas medidas fomentan o facilitan la producción de vacunas con poca o ninguna efectividad a elevados precios o, incluso, dañinas para la salud ya que cualquiera con espaldas anchas puede lanzar al mercado lo que le parece más conveniente sin los estudios necesarios para asegurar la bondad de los resultados y sin garantías de ningún tipo. No podrán decir nada.
En definitiva, la salud se deja en manos de empresarios prebendarios y los políticos de turno. Se están haciendo combinaciones en las vacunaciones por lo que se ponen dos vacunas de un tipo y la tercera de otro tipo en ciertos países como una manera de eliminar cualquier demanda civil y comercial, administrativa y/o penal a futuro.
Es lógico que los gobiernos y las empresas sigan con las vacunas experimentales todo el tiempo que sea posible ya que generan gran rédito político a los gobiernos que se presentan como salvadores y le dan gran poder para controlar la población y, por el otro lado, hay algunas empresas que obtienen ganancias millonarias sin responsabilidad y consecuencia de ningún tipo lo que induce a la producción de baja calidad, bajos costos y elevados precios y sin los necesarios criterios éticos, jurídicos y de salud que se aplicaban con anterioridad.
Se cierra así un negocio multimillonario sin grandes inversiones y esfuerzos para conseguir una vacuna y se promueve la creación de vacunas de baja calidad o incluso dañinas porque nadie se hace cargo de las consecuencias y nadie promete o asegura ningún resultado. Cuanto mayor sea la cantidad de vacunas experimentales que se obligue a poner a la población mayores serán las posibilidades de daños por la falta de previsión y de seriedad en la confección y los procesos de prueba.
Cuarta consecuencia necesaria de la vacunación experimental es que al ser aplicada a gran parte de la población y, en especial, a los pequeños con todos los peligros que eso implica para la especie humana, basta con que una sola de las vacunas experimentales que circulan tenga efectos negativos para que el daño ocasionado se multiplique en millones de seres humanos en la presente y las próximas generaciones si es que hay. No podrán decir nada.
Quinta consecuencia necesaria de la vacunación experimental es que sienta un grave precedente jurídico y político en materia de salud pública. De aquí en más las causas de muchos problemas quedarán sin investigar por los laboratorios por estar relacionadas con consecuencias no queridas de una vacuna experimental y ello afecta la capacidad de información de la población y las posibilidades de investigación de los científicos.
Es más si alguna vacuna experimental tuviera efectos negativos los mismos no serán dados a conocer para no perjudicar la vacunación y la introducción de productos experimentales a futuro.
Por otra parte, quién puede lo más puede lo menos, se sienta un precedente en materia de experimentos humanos y más aún cuando dichas vacunas han sido producidas con células de fetos abortados, todo ello, abre la puerta para mayores experimentos humanos sin las medidas correctas preventivas y de cuidado de la salud y sin consecuencias económicas ni de ningún tipo para quiénes los lleven a cabo. No podrán decir nada.
Todo ello tiende inevitablemente a la desvalorización de los derechos humanos y de los derechos de los ciudadanos y de la vida humana frente a los gobiernos y frente a las empresas.
Sexta consecuencia inevitable de la vacunación experimental son las inconsistencias en la información y en los mensajes que se recibirán de los medios de comunicación, académicos y políticos generará una gran disonancia cognitiva en la población incapaz de analizar con seriedad la información que recibe y de razonar de manera crítica.
Por ejemplo, que un millón de personas se reúna para el funeral de Maradona y, luego, esas personas vuelvan al confinamiento no tiene nada de contradictorio para un pensamiento con disonancia cognitiva así como que se aplique medidas de cuarentena en una parte de una ciudad cuando hay otras partes de esa misma ciudad que por ser villas miserias son de imposible control para las autoridades.
Tampoco ven la disonancia cognitiva de quejarse de los políticos que no cumplen con las medidas porque lo que se debería deducir como conclusión necesaria es que las medidas restrictivas y de control no sirven para nada cuando sacan la conclusión errónea y en vez de pedir libertad salen a pedir que los políticos cumplan las mismas y se convierten en verdaderos inquisidores de una nueva caza de brujas. Contra la necedad no se puede hacer nada.