Prelado del Opus Dei sobre Bergoglio: “En este mundo en el que la pandemia nos obliga a poner en discusión muchas cosas, su presencia paterna es más necesaria que nunca”
Fernando Ocáriz manifestó que: «Al Papa hay que quererle siempre y no criticarle, sea quien sea»

AyL Redacción
Agencias
El prelado del Opus Dei, Fernando Ocáriz, ha sido entrevistado por el medio croata Večernji list, y la propia página oficial del Opus ha traducido algunos extractos de la entrevista al español.
En cuanto al rol de Bergoglio, el prelado del Opus Dei asegura que “precisamente en este mundo en el que la pandemia nos obliga a poner en discusión muchas cosas, su presencia paterna es más necesaria que nunca”. Pone de ejemplo el momento extraordinario de oración de marzo de 2020 en la Plaza de San Pedro: “muchas personas me han comentado el impacto que les ha producido la imagen” de la plaza vacía y “el Papa confortando y dando la bendición a todo el mundo como vicario de Cristo”.
El entrevistador comenta que Bergoglio tiene críticos en la propia Iglesia y se pregunta si los católicos pueden criticar al Santo Padre. “La historia nos enseña que en todos los pontificados ha habido momentos de fuertes críticas, por un motivo o por otro”, indica Ocáriz. Sobre la legitimidad de las críticas, el prelado contesta: al Papa “hay que quererle siempre y no criticarle, sea quien sea”.
Respecto a la crisis del coronavirus, el prelado lo ve “como una llamada a vivir para los demás, con espíritu de solidaridad humana y de caridad cristiana”. “La pandemia, como enseguida dijo el Papa, nos recuerda que nadie se salva solo, que dependemos los unos de los otros y que todos tenemos algo que hacer en el trabajo común de cuidar el mundo”, indica el jefe del Opus Dei.
No se critica al papa, se critica la deriva mundana o política de la Santa Iglesia Católica Apostólica, la de Jesucristo Nuestro Señor, Dios verdadero. Se critica la diplomacia insincera, se critica la labor de un ministro de Dios haciendo el trabajo del los políticos, se critica el pecado, no al pecador. Porque si Dios lleva cuenta de todos nuestros pecados, ¿quién se podrá salvar? Por eso, y porque San Pedro negó al Señor tres veces, y porque los otros diez huyeron tras el prendimiento del Maestro, no es posible criticar al pecador, que somos todos, sino al pecado de no servir a Dios y sí al mundo, a la política, al quedar bien, a la diplomacia, a las ideologías, a limpiar la copa por fuera o ser sepulcros blanqueados en definitiva. Este hermano del Opus Dei debería tenerlo en cuenta. Y se critica el humo de satanás el la Iglesia y la pérdida de fe, porque necesitamos pastores, ministros de Dios, santos y no políticos y mundanos. Nada más. Y se critica el pecado (y no al pecador) porque son nuestros hermanos mayores y nos duele que se echen a perder. Si fueran demonios, al revés, ni un gesto tendríamos con ellos. ¿O acaso uno no haría lo posible por salvar a quien ama, aún a cuenta de violentarse y violentar al otro? Señores, seamos tenaces en la fe, no en la mundanidad, diga lo que diga el mundo y odie lo que nos odie.