Suma y sigue: Muere la futbolista italiana Vittoria Campo, de 23 años, de un paro cardíaco; dos meses después de fallecer su hermano, de 25, también futbolista.
Cruel e "inexplicable" suma y sigue de muertes de personas jóvenes y sanas, "sin causa conocida". La delantera del equipo italiano ha muerto a los 23 años sin patologías previas. Su hermano Alessandro de 25 años murió en circunstancias similares el pasado 1 de septiembre

AyL Redacción
Agencias
Luto en el fútbol italiano. La jugadora Vittoria Campo, de 23 años, ha fallecido de un paro cardíaco. Su club, el Palermo, lo ha anunciado a través de sus redes sociales.
“Ninguna palabra podrá explicar el dolor y la consternación por la pérdida prematura de una joven mujer y futbolista. Los pensamientos del club están con sus padres, quienes deben convivir con este nuevo e inconmensurable dolor. Vittoria estará siempre en nuestros corazones. Gracias por las emociones que nos has regalado”, dice el comunicado del club.
Vittoria había sufrido la pérdida de su hermano, también futbolista, apenas dos meses atrás. “Una tragedia que nos deja boquiabiertos”, ha dicho el presidente del club italiano.
El virus chino comunista MATA.
La mascarilla o bozal MATA, a largo plazo, pero MATA. Especialmente a los pobres niños y niñas, que como no han sufrido muertes con el virus, han de ser inoculados con a saber qué sustancia de laboratorios demoníacos.
La “vacuna” MATA también, como todo medicamento que presenta síntomas leves en un alto porcentaje y patologías graves en un porcentaje menor (si 1 de cada 10000 puede morir de un infarto con un medicamento corriente y la dosis adecuada, no se puede esperar que no mueran miles al inyectar a millones de personas. Si no han muerto es que Dios está salvando a la población porque no quiere la muerte ni del malvado, sino su conversión). La “vacuna” no protege, ni impide la muerte del inyectado (aunque no sienta dolor en los pulmones), ni impide la transmisión del virus de inyectados a no inyectados.
También nos pueden matar de muchísimas maneras que mejor no pensar en ellas. El que no cree en Dios es un peligro extremo para toda la humanidad. Ya lo dijo Santa Teresa de Calcuta, legalizado el aborto, legalizado el homicidio indiscriminado. Y hoy hay eutanasia, no se olvide esto. Con esta moral imperante, poco bien cabe esperar.
Las MENTIRAS satánicas, continuas, interminables, descaradas, desvergonzadas y desenmascaradas MATAN cuerpo y alma EN MASA. Pero se sigue confiando en los que mienten, siendo el demonio homicida y padre de la mentira. De hecho se incita a asesinar inyectando con la MENTIRA de que son los no inyectados los que mueren. Si esto fuese así no quedaba ya un niño o niña menor de 20 años en toda la tierra. Y siguen y siguen y siguen las MENTIRAS. Y sigue y sigue y sigue la confianza en los MENTIROSOS, hijos de satanás.
Y en esta tribulación, ¿qué hacer? Pues está justamente más claro que nunca: ¡Jesús, en Tí confío! ¡Sagrado Corazón de Jesús, en Tí confío! ¡Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía! Si todavía hacen falta ya más plagas, sellos, copas, desgracias, lamentos, muerte y calamidades para que la humanidad deje de blasfemar o de dar la espalda a Dios y se vuelva a Él a pedir ayuda humildemente, con corazón contrito, es que la enfermedad del alma ya está en grado de metástasis o posesión demoniaca irreversible.