En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial»
¿Cómo podríamos gustar a Dios si lo que deseáramos fuera quedar bien delante de los hombres?
Nuestro público es Dios. Está bien si los hombres ven obras que den testimonio; pero que no sea nuestro fin la vanagloria.
Nuestro fin es glorificar a Dios con nuestras vidas. Y el gusto por el aplauso y el reconocimiento no entra dentro de ese buen objetivo.
Vicente Montesinos
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