Mis oraciones de la mañana. Por Abraham García González (DESCARGA PDF)
Cada mañana antes de ponerme en marcha hago una serie de oraciones propias que me salen del corazón agradeciendo y pidiendo a Dios, a la Virgen, a los ángeles, a los santos y a las benditas ánimas del Purgatorio.

Abraham García González
Corresponsal de AyL en España
Cada mañana antes de ponerme en marcha hago una serie de oraciones propias que me salen del corazón agradeciendo y pidiendo a Dios, a la Virgen, a los ángeles, a los santos y a las benditas ánimas del Purgatorio.
Con el paso del tiempo las he ido ampliando y cambiando hasta ser como son el día de hoy, estando algunos fragmentos basados en fórmulas conocidas.
En ellas me refiero a María Santísima utilizando diversos títulos agregados a lo largo de los siglos que son bien conocidos gracias a las letanías lauretanas que se añaden habitualmente tras rezar los misterios del Santo Rosario.
He sentido que debía compartirlas y tengo la esperanza de que sean para bien de muchas almas.
Paso a exponerlas a continuación.
- Persignarse +++ · +
Contricción y desagravio
- Dios mío, perdóname (x3 veces) y/o [Señor mío Jesucristo].
- Te adoro y te desagravio, oh, Jesús Hostia, ahora y siempre, aquí y en todo lugar (x3 veces). (*1)
Agradecimientos a Dios Uno y Trino
- Gracias, Señor, por este nuevo día de vida. Gracias, Señor, por tu infinito amor, por tu divina misericordia y por tu perfecta justicia. Gracias, Señor, por habernos creado, redimido, hecho cristianos y conservado en esta noche. Gracias, Señor, por tantas gracias y favores recibidos inmerecidamente. Gracias, Señor, por tu paciencia con nosotros. Gracias, Señor, por darnos como Madre a tu Madre, María Santísima. Gracias, Señor, por todo lo que haces y no haces, por todo lo que permites y no permites, siempre por nuestro bien. Gracias, gracias, gracias.
Peticiones a Dios Uno y Trino con comunión espiritual
- Señor, no permitas que nos perdamos. Líbranos de una hora menguante, de un mal pensamiento y de quien mal nos quiera (*2). No permitas que caigamos en manos del maligno enemigo y líbranos de toda perturbación. Concédenos la gracia del martirio y ayúdanos a perseverar hasta al final. Aumenta nuestra fe, esperanza y caridad. No dejes que se endurezca jamás nuestro corazón. Amén.
- Ven, Espíritu Santo, guíanos por el Camino, la Verdad y la Vida (*3). Llena nuestros corazones con tus siete dones y nunca nos abandones. Ayúdanos a conocernos a nosotros mismos y llénanos con el fuego de tu amor. Amén.
- Señor, danos las gracias necesarias para amarte con todas nuestras fuerzas, con toda nuestra alma y con todo nuestro corazón. Ayúdanos a ser humildes y pacientes. Nunca dejes que el veneno del orgullo se apodere de nosotros. Amén.
- Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme (x3 veces [golpeándose el pecho cada una de ellas con la mano derecha]).
- Señor, danos la gracia de reconocer todos nuestros pecados y confesarlos debidamente. Señor, danos la paz. Ven a nuestras almas y nunca nos abandones. Ayúdanos a ser buenos y santos, como tú quieres, a vivir siempre contigo y en ti. Amén.
- [Comunión espiritual]. (*4)
- Señor, ayúdanos a soportar el peso de nuestra cruz, a no rendirnos nunca y a ser cirineos de nuestros hermanos. Amén.
Agradecimientos y consagración a la Santísima Virgen María
- Santa María, Madre purísima, gracias por dar tu fiat al Señor. Gracias por ser Madre de Dios y Madre nuestra. Gracias por tu ternura, por tantos milagros, por tantas gracias y favores recibidos de ti, por tantos detalles hermosos que tienes con nosotros. Gracias, Virgen gloriosa y bendita, por ser nuestra abogada. Gracias por todo, Reina del Cielo, gracias.
- Totus tuus, ego sum, María / Soy todo tuyo, María (*5). Madre mía, yo te ofrezco en este día, mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón, en pocas palabras, todo mi ser. Te ofrezco todo lo que tengo y todo lo que soy. Todo lo mío es tuyo: mis alegrías, mis tristezas, mis obras, mis trabajos, mi dolor y todo aquello que pueda darte para agradar a Dios. Praebe mihi cor tuum / Dame tu corazón (*6). Me pongo completamente en tus manos consagrándome enteramente a tu servicio en calidad de súbdito y esclavo para encender el fuego del amor divino por todas partes. Te doy todo lo que pueda darte para dar gloria a Dios, todo lo que pueda darte para bien de nuestras almas, para un día alcanzar el gozo de la eterna bienaventuranza, junto al Señor, junto a ti, junto a nuestros seres queridos y junto a todos los santos y ángeles del Cielo. En tus manos me abandono, y también pongo en tus manos a mis seres queridos, Virgen gloriosa y bendita. Virgen purísima, Madre de Dios y Madre nuestra, nunca nos abandones. Amén.
Peticiones a la Santísima Virgen María y al Espíritu Santo
- Madre del buen consejo, ayúdanos a ser buenos y santos como el Señor y tú queréis. No dejes que nos perdamos y cúbrenos con tu manto. Auxilio de los cristianos, socórrenos y no permitas que caigamos en manos del maligno enemigo. Virgen poderosa, admítenos como parte de tu ejército y ayúdanos a ser buenos soldados con la Santa Cruz y el Santo Rosario, a vivir en Cristo, con Cristo y para Cristo, tu hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
- Madre de la divina gracia, ruega por nosotros para que crezcan en nuestros corazones la fe, la esperanza, la caridad, la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza. Refugio de los pecadores, ruega por nosotros para que cada día crezcamos en el amor hacia el Señor y hacia el prójimo. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que sea siempre el Espíritu Santo quien nos guíe y nos llene, para que todo lo que pensemos, hagamos y digamos sea siempre inspirado por Él. Amén.
- Ven, Espíritu Santo, Espíritu Creador, ven, desciende sobre nosotros, llena nuestros corazones con el fuego de tu amor (x3 veces).
Letanías y jaculatorias
- Santa María, ruega por nosotros. San José, ruega por nosotros. Santo padre Pío, ruega por nosotros. San Bernardino, ruega por nosotros. Santa Lucía, ruega por nosotros. Santa Faustina Kowalska, ruega por nosotros. Santa Teresa de Ávila, ruega por nosotros. San Benito de Nursia, ruega por nosotros. Santa Catalina Labouré, ruega por nosotros. Santo Domingo de Guzmán, ruega por nosotros. San Simón Stock, ruega por nosotros. San Luis María Grignion de Monfort, ruega por nosotros. Santa Mónica de Hipona, ruega por nosotros. San Agustín de Hipona, ruega por nosotros. Santo Tomás de Aquino, ruega por nosotros. Santa Bernardita de Lourdes, ruega por nosotros. Santos pastorcitos de Fátima, rogad por nosotros. San Pedro, martir, ruega por nosotros. San Pío V, ruega por nosotros. San Pío X, ruega por nosotros. San Benedicto XVI, mártir, ruega por nosotros. Santos papas, rogad por nosotros. Santos apóstoles, rogad por nosotros. Santos mártires, rogad por nosotros. San Miguel, San Gabriel y San Rafaél, rogad por nosotros. Todos los santos y ángeles del Cielo, rogad por nosotros. Ánimas benditas del purgatorio, rogad por nosotros. Ave María, purísima, sin pecado concebida.
- Santo padre Pío, ayúdanos a estar en gracia y a hacer siempre una buena confesión de nuestros pecados. Amén.
- Santiago Apóstol, patrón de España, ruega por nuestra nación y por toda la Hispanidad, para que seamos un ejemplo para el mundo todos unidos en Cristo, con Cristo y para Cristo, siendo buenos ciudadanos capaces de dar la vida por Él. Ángeles custodios de España y la Hispanidad, proteged a nuestras naciones y guiadlas por el buen camino. Amén.
- Oh, María sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a vos (*7). Amén.
Más peticiones a la Santísima Virgen María
- Trono de sabiduría, ruega por los sacerdotes, para que el Señor nos dé muchos que sean buenos y santos, y para que haya muchas buenas y santas vocaciones religiosas. Amén.
- Virgen fiel, ruega por los buenos sacerdotes, para que perseveren manteniéndose en el buen camino, y por los malos y los tibios, para que se conviertan, para que sean valientes, humildes, se abandonen completamente en el Señor y conduzcan a su rebaño hacia Él. Amén.
- Reina de los mártires, ruega por los sacerdotes para que abran los ojos, sean valientes y dejen de celebrar misas en comunión con falsos profetas y con herejes. Ruega muy especialmente por los sacerdotes… [específicos que se deseen nombrar]. Amén.
- Reina de los confesores, ruega por nosotros para que siempre tengamos a nuestro alcance sacerdotes fieles a Cristo. Amén.
- Reina de los apóstoles, ruega por los grupos de apostolado, y para que en ellos siempre haya unidad, humildad y verdad. Te pido que ruegues en especial por el grupo… [específicos que se deseen nombrar]. Amén.
- Reina de la paz, ruega por los políticos, para que los buenos reciban las gracias necesarias para perseverar en el bien, y para que los malos y los tibios se conviertan. Te pido que ruegues en especial por la conversión de… [específicos que se deseen nombrar]. Amén.
- Reina de todos los Santos, ruega por la conversión de toda la humanidad y para que pronto triunfe tu Inmaculado Corazón. Amén.
- Puerta del Cielo, ruega por las benditas ánimas del Purgatorio, y muy especialmente por aquellas de las que nadie se acuerda y más sufren, para que se libren pronto de su sufrimiento y alcancen la eterna bienaventuranza. Amén.
- Madre del Salvador, ruega por las almas de nuestros seres queridos que ya se fueron, para que el Señor tenga misericordia de ellas y descansen en paz. Te pido que ruegues muy especialmente por… [específicas que se deseen nombrar]. Amen.
- Madre del Creador, ruega por nosotros para que el Señor nos cuente entre sus elegidos para gozar algún día del triunfo de tu Inmaculado Corazón en los nuevos Cielos y la nueva Tierra preparados para los que le aman. Amén.
Peticiones a la Santísima Virgen María y a San José
- San José, ruega por todos los padres del mundo, para que sean siempre buenos padres y te tomen a ti como ejemplo. Te pido que ruegues en especial por… [padre y/o suegro si aún viven]. Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por todas las madres del mundo, para que sean siempre buenas madres y te tomen a ti como ejemplo. Te pido que ruegues en especial por… [madre y/o suegra si aún viven].
- Reina de la familia, ruega por todos los matrimonios católicos del mundo, para crezcamos/crezcan en santidad, y siempre vivamos/vivan unidos en Cristo, con Cristo y para Cristo. Te pido muy especialmente por… [conyuge] y por mi, para que nuestro matrimonio crezca en santidad, para que estemos cada día más unidos en Cristo, con Cristo y para Cristo. Ruega para que los matrimonios no católicos se conviertan y sean verdaderos y santos matrimonios. Ruega por los hijos de todos los matrimonios del mundo. Te pido que ruegues en especial por nuestros… [hijos o ahijados específicos que se deseen nombrar]. Ruega por la unidad de todas las familias en Cristo, nunca nos dejes y cúbrenos siempre con tu manto, Madre de Dios y Madre nuestra. Te pido que ruegues en especial por… [matrimonios/familias específicos que se deseen nombrar]. Amén.
- Santa María, San José, rogad por nosotros para que nunca nos falte el trabajo y que sea digno, para que siempre estemos en paz y armonía con nuestros jefes y compañeros de trabajo. Amén.
Más peticiones a la Santísima Virgen María
- Salud de los enfermos, ruega por nosotros, por nuestra salud física, mental y espiritual, y para que siempre podamos valernos por nosotros mismos. Amén.
- Consuelo de los afligidos, ruega por los que más sufren: por los enfermos, por los desamparados, por los más necesitados, y para que cesen los abominables crímenes que se cometen contra tantos no nacidos, ancianos y desvalidos. Te pido que ruegues en especial por… [específicos que se deseen nombrar]. Ruega por aquellos que se quieren quitar la vida, para que no lo hagan, y por aquellos que se la quitan, para que reciban a tiempo la gracia del arrepentimiento y el Señor tenga misericordia de ellos. Te pido que ruegues en especial por… [específicos que se deseen nombrar]. Amén.
- Estrella de la mañana, ruega por la conversión de los incrédulos, de los que están alejados de Dios, de los que no quieren saber nada de Él, de los que son tibios, de los que tienen creencias malas, de los que están atrapados en sectas y son esclavos del mal. Te pido que ruegues en especial por… [específicos que se deseen nombrar]. Amén.
- Madre purísima, ruega por la conversión de todos aquellos que realizan o tienen el deseo de realizar prácticas antinaturales y abominables contrarias a los mandamientos de Dios. Te pido que ruegues en especial por… [específicos que se deseen nombrar]. Amén.
- A los seres queridos que ya os fuísteis, a tí Virgen María Santísima, a todos los santos y ángeles del Cielo, pido vuestra intercesión para que el Señor nos bendiga, nos guarde, nos dé salud, nos ayude a salir adelante y nos conduzca a la eterna bienaventuranza. Os pido que roguéis en especial por [específicos que se deseen nombrar no mencionados anteriormente]. Gracias por todo, gracias. Amén.
Oraciones finales
- [Padrenuestro], [Avemaría (x3 veces)] y [Gloria].
- [Oración a San Miguel Arcángel].
- [Oración al ángel de la guarda].
- [Salve Regina].
- Sagrado Corazón de Jesús, ten misericordia de nosotros (x3 veces [golpeándose el pecho cada una de ellas con la mano derecha]). Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
- [Credo].
- Santiguarse +.
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(*1) Jaculatoria del Opus Cordis Eucharistici (en español, Obra del Corazón Eucarístico), obra fundada en 1982 por el reverendo padre José Pablo de Jesús Tamayo, director espiritual del apostolado de Adoración y Liberación. Le fue inspirada y nos recomienda realizarla muchas veces a lo largo del día.
(*2) Palabras que aprendí de mi abuela materna Inés que en paz descanse, una persona religiosa y piadosa de enorme fe que hacía dicha jaculatoria tan personal, que se me quedó grabada en la mente y me agrada añadir en mis oraciones al pedir al Señor que nos libre de un cruce de cables, de malos pensamientos y de las malas intenciones del prójimo.
(*3) Nuestro Señor Jesucristo nos dice a través del Santo Evangelio según San Juan 14:6 «Yo soy el camino la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mi». Se lo dice en respuesta al apóstol Tomás tras preguntarle «Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?».
(*4) La comunión espiritual es un gran tesoro de la Santa Madre Iglesia que conviene realizar a diario porque puede dar muy buenos frutos espirituales y es especialmente deseable cuando la comunión sacramental es imposible. Hay diversas fórmulas, y una de las más conocidas es la de San Alfonso María de Ligorio (1696-1787), un gran santo y doctor de la Iglesia fundador de la Congregación del Santísimo Redentor, que dice así:
«Creo, Jesús mío, que estás realmente y verdaderamente presente en el Cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar.
Os amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, venid al menos espiritualmente a mi corazón. Y como si ya os hubiese recibido, os abrazo y me uno del todo a Ti.
Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén.»
(*5) Fragmento de una oración muy conocida de San Luis María Grignion de Monfort popularizada por su santidad el papa San Juan Pablo II, que la utilizó como lema de su pontificado. San Luis María fue un gran santo francés canonizado en 1947 por Pío XII. Fue teólogo, misionero y escritor y es muy conocido por su enorme devoción a la Santísima Virgen María. Su obra más importante fue un tratado sublime de enorme profundidad y belleza publicado durante los últimos años de su vida llamado «Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen» a modo de guía con un método para consagrarse a Jesús a través de ella remarcando que ser devoto suyo es necesario y que es el camino más seguro hacia Él. A día de hoy millones de personas de todo el mundo se consagran a Jesús por María con su obra a través de los cursos online de los Heraldos del Evangelio. El papa Juan Pablo II abrió durante una causa para fuera declarado doctor de la Iglesia.
(*6) Fragmento que es continuación de la oración indicada en el punto (*5). La oración completa de San Luis María Grignion de Monfort dice así:
«Totus tuus ego sum et omnia mea tua sunt. Accipio te in mea omnia. Praebe mihi cor tuum Maria!
Soy todo tuyo y todo lo mío es tuyo. Te pongo al centro de mi vida. ¡Dame tu corazón, oh María!»
(*7) Oración presente en el anverso de la Medalla Milagrosa, que es un conocido e importante sacramental con un diseño basado en las apariciones de la Virgen María en 1830 a santa Catalina Labouré en París (Francia), una hija de la caridad (monja de la «Compañía de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl», fundada en 1633 con el fin de dedicarse al servicio corporal y espiritual de los pobres enfermos). En una de las apariciones la Virgen se apareció dentro de un marco con forma de elipse, de pie sobre un globo y pisando una serpiente. Ella portaba numerosos anillos adornados con gemas irradiando algunas de ellas rayos que alcanzaban el globo sobre el que se hallaba. La imagen luego rotó y mostraba un círculo de doce estrellas con una gran letra M bajo una cruz y el Sagrado Corazón de Jesús rodeado de espinas junto al Inmaculado Corazón de María atravesado por una espada. La Virgen encomendó a Catalina llevar las imágenes a su padre confesor diciéndole que debían ser impresas en medallas declarando «Todo aquel que las lleve recibirá grandes gracias». Tras esta experiencia las primeras medallas fueron elaboradas en 1832, las utilizan millones de personas en todo el mundo y se le atribuyen numerosas curaciones y conversiones que llevaron a la gente a llamar Medalla Milagrosa al sacramental. Tras una investigación por parte de las autoridades de la Iglesia finalmente fue declarado el origen sobrenatural de la medalla en 1836. Se dice que si una persona atea acepta una Medalla Milagrosa como regalo y uno reza por él,
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