Miércoles de Ceniza: bendición del Padre Tamayo, indicaciones, ayuno, abstinencia, Ofrecimiento Diario, y homilía del Padre Ramón
Inicio de la Cuaresma 2022. Con homilía en audio y Oración de Ofrecimiento

PINCHA EN LA IMAGEN PARA ESCUCHAR LA HOMILIA DE HOY MIÉRCOLES DE CENIZA DEL 2022
Y para el rezo diario:
ORACIÓN DE OFRECIMIENTO
Señor Jesús:
Te entrego mis manos para hacer tu trabajo.
Te entrego mis pies para seguir tu camino.
Te entrego mis ojos para ver como tú ves.
Te entrego mi lengua para hablar tus palabras.
Te entrego mi mente para que tú pienses en mí.
Te entrego mi espíritu para que tú ores en mí.Sobre todo te entrego mi corazón para que en mí ames a tu Padre y a todos los hombres.
Te entrego todo mi ser para que crezcas tú en mí, para que seas tú, Cristo, quien viva, trabaje y ore en mí.Amén.
The Wanderer ha presentado otro de sus artículos descaminados de Eks que se llama “El triunfo de la voluntad”.
El mismo parte del error de querer oponer obediencia a caridad y discutir cuál es la mayor entre las dos virtudes para establecer cierto orden en la obediencia.
Pero el artículo debería oponer la prudencia a la obediencia, es decir, no hay obediencia que obligue a lo contrario de lo que la prudencia manda como bueno y prohíbe como malo que sea correcta, o sea, que sea acto virtuoso y no pecado.
La jerarquía de las virtudes naturales que son prudencia, justicia, fortaleza, templanza y de las sobrenaturales que son caridad, fe y esperanza.
Todo ello, nos muestra una graduación en orden de importancia que no puede ser dejada de lado sin grave daño para la persona teniendo presente que las otras virtudes no pueden ocupar el lugar de estas siete virtudes fundamentales salvo la humildad.
La obediencia debe ser enfrentada con la prudencia. La obediencia es virtud siempre que se realice en el orden de la virtud de la prudencia.
La prudencia es la que establece que es lo bueno que debe hacerse y lo malo que debe evitarse.
Es decir, ningún católico puede ampararse en la obediencia debida a un superior o a la jerarquía de la Iglesia para obrar en contra de la ley natural, del derecho natural y de la ley divina.
Tampoco un no católico puede ampararse en la obediencia debida para no cumplir con los mandamientos, es decir, no puede invocar la obediencia como excepción frente a los absolutos morales, no existe esa excusa válida que pueda ser presentada desde la obediencia para no cumplir con los absolutos morales pues la persona no puede dejar de lado su conciencia y su prudencia al obrar sin cometer un grave pecado.
Hay otros errores en el artículo mencionado como el de negar todo valor a los actos no realizados por caridad sin tener presente que aún el hombre caído que no posee la virtud sobrenatural de la caridad y no poseer la gracia puede realizar actos buenos pero no siempre y no de manera perfecta.
Con todo, agradecemos a Wanderer la oportunidad para repensar este tema y realizar este planteo lo que demuestra que Dios puede por inspiración sacar del mal un bien.
La única obediencia que sería válido realizar sin prudencia sería la que se funda en una imposibilidad absoluta del subordinado de conocer la bondad o maldad intrínseca del acto que se manda realizar.
Estamos ante el acto realizado, a semejanza de la conciencia invenciblemente errónea, con una conciencia que padece una ignorancia invencible sobre la bondad o maldad del acto que se manda realizar por un superior.
Los actos incluidos en estas situaciones sería muy pocos y no podrían incluirse aquellos que contrarios a los mandamientos y a la ley divina y siempre quedaría la posibilidad de pecado incluso grave y, por ello, deberían estar seguidos estos actos de un pedido de perdón por las culpas ignoradas o pecados ignorados por motivo de la propia ceguera espiritual.
Con lo que vemos que los actos en que puede mencionarse válidamente la obediencia en oposición a la prudencia no existirían y aquellos en que puede mencionarse la imposibilidad de ejercicio de la prudencia por parte del subordinado para conocer la bondad o malicia del acto mandado por el superior serían muy pocos.
Esto está relacionado con la obediencia a la jerarquía de la Iglesia si la misma manda lo contrario a los mandamientos ya sea como Iglesia ya como Estado del Vaticano.
Saludos en la Santa Virgen María y en Cristo Rey