RESUMEN HOMILÍA XIV DOMINGO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS REVERENDO PADRE TAMAYO 29 DE AGOSTO 2021
Muy queridos hermanos en el Señor:
¿Qué nos dice el Señor en la lecturas de hoy?
En síntesis nos dice que en todo el mundo sucede algo sumamente preocupante en vistas a la trascendencia del Reino de Dios al cual estamos llamados todos y hacia el cual muy pocos se dirigen.
Estás lecturas son retrato fiel de lo que sucede en el mundo actual y el mundo carece de la vivencia de la fe.
Si hubiera Fe, habría respeto a Dios y los que dicen ser católicos frente a Dios no tendrían esa actitud de indiferencia y de manipulación como se ve en muchos sitios, sino que sería por el contrario una actitud de adoración y vivencia de las demás virtudes.
Junto con la Fe, se viviría la esperanza que enfocaría al ser humano hacia la trascendencia del Reino, que está después de la muerte.
La muerte no es pérdida de la vida, es un cambio de estado de vida, de la temporal a la eterna y en esa vida eterna habrá sólo dos formas de vivirla ,una será el castigo del infierno para los que vivieron sin fe y otra será el premio del cielo del Reino de Dios ,para aquellos que vivieron la fe y la esperanza ,pues sabían que les esperaba la vida eterna viviendo de acuerdo con los mandamientos de la ley de Dios.
También vivieron la caridad, con la cual se pone al amor de Dios sobre todas las cosas y sobre todos los seres humanos.
Caridad que poniendo a Dios en primer lugar, enseña al ser humano a amarse a sí mismo como Dios quiere que se ame y debe de ser cuidando de su salud y de su propia dignidad como hijo de Dios.
Que rescatado por Cristo y por el amor al prójimo vive como Dios quiere que le amemos, de una forma auténticamente cristiana, ayudando a que el prójimo viva con dignidad y buscando el Reino de Dios, así cumplimos con la verdadera Caridad teologal.
Además de estas tres virtudes también Pablo en su carta a los Gálatas hace mención por ejemplo a la pureza tan poco estimada hoy en día.
Quién vive la Fe, la Esperanza y la Caridad también vive las demás virtudes, entre estas no podemos olvidar la prudencia, la sabiduría… invocándola continuamente para poder usarla como Dios quiere ,no como el mundo nos la ofrece.
La justicia es otra virtud muy importante, ya que vivida cristianamente, será está persona justa con Dios y con el prójimo, tanto en lo material como en lo eterno y tendrá la equidad y todas las virtudes que el Espíritu Santo le permita ir recibiendo en la vida.
Esta es la vida que debemos vivir conforme a lo que Dios le pida a cada uno y conforme a una confesión verdadera y es importante tener un buen director espiritual.
No busquen a cualquiera ,hay que buscar los que son recomendados por Dios, su sacerdotes santos, que son verdaderamente formados en santos seminarios y no son simples psicólogos ni trabajadores sociales.
Hay que tener conocimiento y vivencia de una auténtica vida en Cristo; el ambiente de hoy día es de pecado total y de materialismo modernista. El ser humano no es llamado por Dios para vivir en la miseria, pero si en la humildad. Miseria y humildad son extremos totalmente opuestos.
Hay que llevar una vida humilde y sencilla pero no miserable, una vida sin buscar lujos ni comodidades que el mundo ofrece. Si un sacerdote busca lujos y comodidades es mal confesor y mal director espiritual.
Si un católico vive sólo en lujos y comodidades rechazando todo lo que le permite vivir la cruz en unión con Cristo crucificado es mal católico.
No busquemos ni aceptemos lo que el mundo nos ofrece, aceptemos todo lo que dentro de la sencillez y humildad nos permite vivir con dignidad ,para poder llevar la cruz de Cristo que no es miseria, ni fracaso, sino que es “dignidad y triunfo”.
Busquemos llevar con sencillez y dignidad, en esfuerzo por vivir correctamente como Dios quiere y ayudar al prójimo a vivir de la misma manera, para procurar establecer el Reino de Cristo en nosotros mismos y en el prójimo que nos rodea y en toda la sociedad.
Cristo debe reinar en el tiempo y en el espacio, para reinar en la eternidad y en el universo entero. Cristo no reina en la miseria. Él vive y reina en la sencillez.
Oremos para que los sacerdotes sean los primeros en vivir así y lleven a las almas a la unidad en Cristo.
Los que pretenden vivir en el mundo y son corruptos llevan a las almas al infierno, por tanto sigamos a los que nos muestran el camino de Cristo, camino de cruz, de verdad, de sinceridad, haciendo que Cristo ocupe el centro, camino de apostolado verdadero, el apostolado de la Cruz, de sacrificio, de Cristo en la Santa Misa ,para que todos alimentados del Cuerpo y Sangre del Señor unidos al sacrificio perpetuo seamos capaces de vivir la vida que Él quiere para nosotros en esta tierra.
Hagamos vida en Cristo, vida en sencillez, vida en la verdad, vida en la dignidad y en la santidad, pero no en la falsa Iglesia, sino en la iglesia auténtica, en la iglesia remanente que busca el camino de la cruz y de la verdad, viviendo esto llegaremos unidos en la verdad al Reino Eterno de Jesús.
Amén
Rvdo. Padre Tamayo
