Los sacerdotes alemanes anuncian que el 10 de mayo bendecirán parejas homosexuales, retransmitiéndolo en streaming.
RETRANSMITIRÁN POR STREAMING LA PROFANACIÓN DE SUS TEMPLOS. Ninguna autoridad eclesial dice nada al respecto.
AyL
Redacción
Agencias
Un grupo de sacerdotes católicos alemanes ha decidido establecer un día de bendición para todas las parejas LGBT+ el 10 de mayo. La decisión se produce tras el documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe que recuerda que no se pueden bendecir las uniones entre personas del mismo sexo. Roma calla.
“Lo hacemos bajo nuestra responsabilidad como pastores, prometiendo a las personas en momentos importantes de su vida las bendiciones que sólo Dios da” – afirman.
«Respetamos y apreciamos su amor, y también creemos que las bendiciones de Dios están sobre ellos», continúa la declaración, «no aceptamos que una moral sexual exclusiva y anticuada socave nuestra labor pastoral».
La web cuenta con un espacio para las solicitudes voluntarias del clero que quiera contribuir activamente a la causa. De hecho, rellenando un sencillo formulario, se puede designar la propia parroquia con la posibilidad de transmitir la bendición por streaming.
La “Santa Sede” bergogliana se ha sumido en un silenció absoluto sobre esta cuestión. Profanacion adelante. Consecuencias: cero. Vergonzoso.
Tanto en infocatólica, como en aciprensa, como aquí aparece esta devastadora noticia. A lo que ha conducido la POLÍTICA como la “forma más noble de “caridad””. Se busca agradar a la criatura y se rechaza al Creador.
Un ministro del Señor que quiera hacer POLÍTICA, ha de meterse en un partido o lobby, pero fuera de la Iglesia de Jesucristo Nuestro Señor, la católica apostólica. Es muy importante recordar, leer y meditar (solo si se es de Cristo Jesús, no del mundo, como esos rebeldes):
Rm 1, 24-32: Dios los declara reos de MUERTE, no cualquiera, sino DIOS mismo. No un papa, cardenal, arzobispo, obispo o sacerdote. DIOS TODOPODEROSO. ¿En quién creen esos rebeldes, en el de “no serviam”?
1 Co 6, 9-11: además recalcando el ¡no os engañéis!. No se puede ser más claro y no valen excusas del tipo “todo esto es alegórico, literario, parabólico o metafórico”. No, no hay excusas que valgan. Los homosexuales NO heredarán el Reino de Dios, salvo que se arrepientan y cambien de vida, como todo enemigo de Dios.
Ap 21, 8: Pobre del que desafíe a Dios Todopoderoso. QUE SE ESTÁN PASANDO 500 PUEBLOS con su POLÍTICA y su diplomacia del quedar bien ante un mundo que odia a Dios y a los suyos.
2 Tm 3, 1-5, ¿se cumple hoy? Si estos no fueran los últimos días, ¡cómo serán los últimos días verdaderos!:
1 Egoístas: siempre los hubo. Hoy más que jamás antes. El egoísmo hoy es descomunal. Cada vez menos matrimonios de Dios, cada vez menos hijos, cada vez más divorcios, separaciones, adulterios, promiscuidad, cada vez más hogares unipersonales, cada vez más locos y descerebrados, cada vez más drogados y enfermos sin ninguna consideración por los demás, y un sinfin de males.
2 Avaros: siempre los hubo, pero hoy NO hay temor a Dios alguno ni límite moral alguno. Se mata sin tasa con tal de ganar dinero. Tal cual. Nunca antes hubo menos recato.
3 Fanfarrones: siempre los hubo, pero hoy la egolatría, fuente, entre otros muchos males, de éste también, está más a la orden del día que nunca. Se presume de haber cometido todo tipo de mal, toda infracción contra la ley y correr todo tipo de riesgo inútil. El caso es ser el centro de atención en una desesperación ególatra creciente.
4 Soberbios: jamás con mayor intensidad que hoy. Dios ha sido descartado y excluido hasta de sus templos. La soberbia de creerse sabios e independientes de toda ayuda divina hoy roza lo esperpéntico. Políticos, “científicos”, intelectuales, etc., muestran una soberbia propia del mismo lucifer.
5 Difamadores: antaño una difamación era algo muy serio y podía costar un duelo a muerte al difamador. Las personas eran muchísimo más respetuosas unas con otras. Hoy, la difamación es el minuto a minuto de todo medio de comunicación no católico verdadero y de toda persona atea o idólatra.
6 Rebeldes a los padres: hoy los niños y niñas que no están malcriados son una excepción cada vez menos frecuente. Los niños y niñas han sido criados en el derecho a todo ya y sin esfuerzo, sin sacrificio, sin mérito y sin sufrimiento. La tolerancia a la frustración es nula, de ahí el nulo respeto incluso por los progenitores, desechados en residencias de ancianos cuando llegan a la vejez, algo impensable en el pasado aún no tan lejano.
7 Ingratos: jamás se gozó, de modo tan ampliamente extendido en todo el mundo, del nivel material de subsistencia actual y jamás hubo mayor ingratitud a Dios Nuestro Señor. La ruina física y moral del mundo es algo que ni un ciego puede dejar de constatar si la población sigue con esta dinámica.
8 Irreligiosos: es una de las más palpables señales. Hoy son irreligiosos hasta buena parte de los “ministros” del Señor, que han sustituído evangelización y apostolado por acción política.
9 Desnaturalizados: señal clave e inequívoca de nuestros tiempos. Jamás estuvo tan desnaturalizado el hombre y la mujer. Tanto que hoy hay una tiranía bestial y demoníaca a más no poder, de carácter LGTBI y de “género” que atenaza y esclaviza a toda criatura natural de Dios, hombre o mujer, conforme a su propia naturaleza por Dios mismo creada. La desnaturalización de la humanidad jamás se logró con la intensidad actual. Hoy gobierna el mundo el demonio sin lugar a dudas.
10 Implacables: siempre hubo implacabilidad, pero hoy, el “pensamiento único” es más implacable que ningún otro anteriormente, hasta tal punto que la convivencia no solo no es posible hoy, sino incluso indeseable (¿alguien verdaderamente católico quiere convivir con los demonios encarnados y futuros inquilinos del infierno?). Con muchas personas ya no solo no es posible razonar y debatir, sino tan siquiera hablar o trabajar en modo alguno. El mundo es hoy un infierno.
11 Calumniadores: jamás hubo tanta calumnia en todo ámbito social, no solo de los medios. Es descomunal el alcance de la mentira en nuestros días. Y, por supuesto, cuanto más católico es un sujeto, más calumnias caen sobre él o ella. La persecución con calumnias es tan extrema hoy día que de no salvarnos pronto el Señor, no se salvará nadie.
12 Disolutos: otra de las señales que anteriormente fue mucho más marginal y que hoy está tan extendida que lo extraño es no ser disoluto. Hoy se llega al extremo de ridiculizar y perseguir al casto con todo tipo de ataques. El enloquecimiento depravado de la mayoría de la población, aborregada y anestesiada, ha hecho ver a casi todos que lo malo y satánico es algo bueno y progresista, y que lo bueno y santo está ya pasado de época y que es una antiguaya. Típica estrategia del demonio y sus lacayos ateos todos.
13 Despiadados: no se respeta ni la vida de los niños y niñas no nacidos, ni la de los enfermos que piden eutanasia. El aborto es el extremo de la impiedad y la más satánica actitud inmisericorde. ¿Cuándo hubo infanticidio tan generalizado en el pasado?
14 Enemigos del bien: el odio al bien hoy, a todo lo bueno y santo, no se dio jamás con tanta intensidad en ningún otro momento de la historia. Incluso se trata de inculcar con sangre en colegios, institutos y universidades, para corromper hasta el extremo a toda la población. Hoy ya apenas se habla de Jesucristo y de la Santísima Virgen María, incluso en los centros católicos, todos invadidos desde hace décadas de la mundana, materialista y hereje doctrina social de la “Iglesia”, una mera “justificación” de los políticos e instrumentalización interesada de la Palabra de Dios, los Evangelios.
15 Traidores: si la hay hasta en la Iglesia católica, la de Jesucristo Nuestro Señor con los católicos ejemplares del pasado, como Franco en España, para qué considerar cualquier otro grupo o institución humana. Además de los hijos de satanás, los judas iscariotes mercaderes hoy están embolsándose sus emolumentos en monedas de plata en medio de la hora más oscura y sin el más mínimo escrúpulo moral. El ateo vende hasta a su madre por un plato de lentejas.
16 Temerarios: la conducta de la inmensa mayoría hoy es propia de auténticos lunáticos o de personas que han perdido por completo todo temor a Dios Todopoderoso, como si el infierno no existiese en absoluto. El respeto a la Palabra de Dios y a las revelaciones de santos y santas es inexistente. Jamás en el pasado, salvo en el caso de los tiranos ególatras, se tuvo tanta insensatez colectiva (quizá por abundancia de estímulos que anestesian la capacidad de discernimiento y de reacción del ser humano, algo que debería ser estudiado por quienes sirven a la Verdad. Hoy, la inmensa mayoría de la población se medica, ¿no serán los propios fármacos los que anulen al ser a cambio de limitar su dolor ante tan baja tolerancia al mismo de las actuales generaciones?).
17 Infatuados: la demanda de atención egocéntrica en redes sociales es indicativa del grado de locura y enfermedad actuales. La discreción hoy es hasta mal vista en la empresa y el trabajo. Se ha llegado a decir que quien no está en las redes sociales no existe. De locos no, lo siguiente. Y además peligrosos en grado sumo.
18 Más amantes de los placeres que de Dios: señal inequívoca de los tiempos actuales más que en ningún otra época histórica anterior. Hoy la pobreza, castidad y obediencia es considerada cosa de locos hasta en las mejores familias. La crisis de vocaciones religiosas verdaderas es indicativa de hasta qué punto hoy está mucho más presente que en el pasado esta desgracia conducente simple y llanamente a la autodestrucción de toda la humanidad o de los hijos de las tinieblas si Dios se apiada de nosotros. El estilo de vida católico no es atractivo en este mundo. Los valores católicos de modestia, frugalidad, discreción en el vestir, consumir y poseer, el rechazo a la ostentación y la egolatría, la vida como milicia y servicio a Dios para su Gloria y no la nuestra, la aceptación de la cruz salvadora y el sacrificio, la tenacidad y firmeza en la fe en Jesucristo, el rechazo a la superficialidad, el rechazo a una vida disoluta y sin sentido, la castidad, el amor a Dios sobre todos y todo, el amor a la patria y sus santos y santas, el amor a la familia, el matrimonio, la maternidad, la paternidad, la donación desinteresada por amor a Dios, al prójimo, al otro miembro de la Iglesia e, incluso, al enemigo, son valores fuertemente rechazados y vilipendiados por todos los que rechazan a Dios, por el mundo.
19 Aparentarán tener piedad, pero en la práctica renegarán de su eficacia: esto solo se da hoy de modo generalizado en todo ámbito: político, económico, laboral, social, etc., por parte de partidos políticos, medios de comunicación, funcionarios y burócratas, jueces, policías, sindicatos, patronales, ongs, asociaciones de vecinos, logias masónicas, clubes deportivos, etc. La hipocresía farisea es una forma de vida hoy y no en el pasado. La propaganda y la “caridad” a la vista de todos para ser alabado públicamente es la norma, mientras que la caridad hecha de modo que no sepa nuestra mano izquierda lo que hace la mano derecha, es claramente rechazada. Prima el interés mundano frente al deseo de agradar a Dios.
Realmente resulta difícil encontrar un período histórico anterior en los que todas estas maldades se den tan amplia e intensamente como actualmente en toda la tierra. Si éstos no son los últimos días, cuesta imaginarse cómo serán realmente los últimos días.