Nuestros santos ángeles de la guarda

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Hoy celebramos con gozo a nuestros santos ángeles de la guarda, los santos ángeles custodios.
Hemos de intentar superar el olvido al que a veces sometemos a estos seres creados por Dios para acompañarnos desde el día de nuestro nacimiento y hasta la hora de nuestra muerte.
Por tanto no olvidemos que cada persona tenemos un ángel de la guarda, que es nuestro guardaespaldas del cielo, y que hoy, 2 de octubre, celebramos la festividad de todos ellos.
Ángel de la guarda, dulce compañía, no me dejéis sólo, que me perdería…
 
 
Dios ha asignado a cada hombre un ángel para protegerle y facilitarle el camino de la salvación mientras está en este mundo. 
 
Afirma a este respecto San Jerónimo: “Grande es la dignidad de las almas cuando cada una de ellas, desde el momento de nacer, tiene un ángel destinado para su custodia”.
 
En el nuevo testamento se pueden observar muchos sucesos y ejemplos en los que se ve la misión de los ángeles: el mensaje a José para que huyera a Egipto, la liberación de Pedro en la cárcel, los ángeles que sirvieron a Jesús después de las tentaciones en el desierto…
 
La misión de los ángeles custodios es acompañar a cada hombre en el camino por la vida, cuidarlo en la tierra de los peligros de alma y cuerpo, protegerlo del mal y guiarlo en el difícil camino para llegar al Cielo. 
 
Se puede decir que es un compañero de viaje que siempre está al lado de cada hombre, en las buenas y en las malas. No se separa de él ni un solo momento. Está con él mientras trabaja, mientras descansa, cuando se divierte, cuando reza, cuando le pide ayuda y cuando no se la pide. 
 
No se aparta de él ni siquiera cuando pierde la gracia de Dios por el pecado. Le prestará auxilio para enfrentarse con mejor ánimo a las dificultades de la vida diaria y a las tentaciones que se presentan en la vida.
 
Muchas veces se piensa en el ángel de la guarda como algo infantil, pero no debía ser así, pues si pensamos que la persona crece y que con este crecimiento se tendrá que enfrentar a una vida con mayores dificultades y tentaciones, el ángel custodio resulta de gran ayuda.
 
¿Y tú, vas a prestar atención en adelante a tu ángel de la guarda? ¿Vas a rendirle el honor que merece?
 
 

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