La Pesca Milagrosa (Por Juan Ciccioni)
Este milagro se repite, cuando Cristo repite el gesto eso tiene misterio, y la segunda vez no significa lo mismo que la primera. Es un aviso a la inteligencia.

Por Juan Ciccioni
Para Adoración y Liberación
Este milagro se repite, cuando Cristo repite el gesto eso tiene misterio, y la segunda vez no significa lo mismo que la primera. Es un aviso a la inteligencia.
Los milagros de Cristo tuvieron por fin mostrar su poder, que es el poder de Dios, mostró su poder sobre las cosas inanimadas (caminó sobre las aguas), sobre los productos del hombre (multiplicó el pan y el vino), sobre las plantas (secó la higuera maldita), sobre los animales (los peces en este caso) y también sobre el cuerpo humano (curó enfermos), sobre los demonios (los exorcizó y dominó) y sobre la muerte (resucitó tres muertos y a Él mismo).
Sin embargo en la primera pesca milagrosa (1), el que luego sería pescador de hombres, sintió el pavor de la divinidad delante de él, que eso significa su extraño grito: “¡Apártate de mí, Señor, porque soy un pecador!”. Esta respuesta muestra el sentimiento profundo y primordial en el ser humano consistente en que delante de lo infinito, de lo divino, el hombre queda en un estado de inferioridad, indigencia y de anonadamiento; y constituye el fondo del sentimiento religioso.
En la segunda pesca milagrosa (2), Cristo resucitado aparece en la ribera, y las diferencias entre los dos milagros asombran: en la primera Cristo no les dice: “Echad a la derecha”, como en la segunda: la derecha es la señal de los elegidos como vemos en el Juicio Final; en la primera se rompen las redes y en la segunda no; en la primera llenan los botes con la pesca y en la segunda la arrastran a tierra firme; en la primera Pedro se espanta y en la segunda se arroja al agua apresuradamente para ir a Cristo; en la primera no se cuentan los peces y en la segunda Cristo los mandó contarlos muy cuidadosamente y el resultado son 153 peces grandes. Finalmente la primera tiene lugar al comienzo del ministerio de Cristo; y la segunda Cristo resucitado no esta más en la barca: esta en tierra firme.
Recordemos que la tierra firme en contraposición al mar significa siempre en los profetas lo divino con respecto a lo terrenal, la religión contrapuesta al mundo.
En ningún otro evangelio los signos son tan claros como en este: la primera pesca representa la Iglesia en este mundo y la segunda la Iglesia de la Parusía, la Segunda Venida de Cristo; 153 peces grandes, elegidos, escogidos y fieles.
Los milagros de Cristo, además de ser un beneficio para sus receptores son también y muy principalmente un símbolo, una parábola en acción. De manera que este doble milagro es también un signo de la Iglesia en sus dos estados, el comienzo y el final.
Pero él os dirá: “Os digo, no sé de dónde sois. Alejaos de mí obradores todos de iniquidad.” Allí será el llanto y el rechinar de dientes. (3)
Y el llanto y el rechinar de dientes no es mas que el infierno.
1- Lucas 5, 1-11
2- Juan 21, 1-14
3- Lucas 13, 22- 30