Damián Galerón: la guerra es desinformación

Aquí cada uno cree lo que quiere creer y no se desmiente a nadie.
Si uno quiere creer que Putin es un santo a canonizar y que no tiene nada que ver con el NOM quién va a decirle que no lo crea.
Contra la necedad humana no se puede hacer nada.
Uno puede pensar que Putin fue el salvador de la humanidad y no Cristo y que ha evitado doscientas guerras nucleares y salvado a la humanidad doscientas veces y nadie le dirá nada.
Con respecto a lo que la prudencia y el sentido común exige en estos casos es no tomar partido por uno u otro lado, más aún si uno no está seguro que existan lados y que no se trate de una nueva puesta en escena para seguir con la política del Covid pero bajo la excusa de la guerra, a saber todo lo que sirva para endeudar y empobrecer a la población mundial, enriquecer a algunos ricos prebendarios y privilegiados y al mismo tiempos favorecer a los gobernantes del planeta que en uno u otro lado se presentan como los grandes salvadores y defensores de la vida y al mismo tiempo preparar las cosas para un gobierno global.
Que Putin pueda haber sido traicionado por la masonería que le dio la orden de avanzar y ahora lo deja solo contra el Mundo y contra la Iglesia no sería algo raro pues es política de conspiradores el conspirar entre ellos y de mentirosos el mentirse entre sí.
Bergoglio mismo y su jerarquía no tienen seguridad de nada y Putin menos.
No se consigue seguridad formando parte de una masonería sino que lo que se consigue es ser usado y descartado cuando sea necesario.
No podemos prever las consecuencias de esta guerra si se quedarán en la preparación del orden mundial y del gobierno mundial por medio del endeudamiento y empobrecimiento de la población que ya genera o si pasarán por medio de algunas bombas nucleares a buscar la excusa para la formación del nuevo orden mundial y del gran reinicio acelerando los tiempos.
Lo cierto es que Putin no es Blancanieves o Cenicienta y forma parte del NOM que ha seguido ordenes como las sigue Bergoglio y su jerarquía.
¿A qué fue Bergoglio a la embajada rusa en el Vaticano durante treinta minutos? ¿Se le dio la orden de hablar contra Putin y fue a pedir permiso?
¡Fue a ver de qué se trataba todo esto y cómo iba a terminar no sea que le bombardeen el Vaticano?
Pero lo cierto es que aquel que pertenece a un grupo de conspiradores y mentirosos no puede estar nunca seguro de que no terminará traicionado por más que obedezca, por más que suba de jerarquía dentro del NOM, por más que esté informado y en contacto y haya llegado a acuerdos.
No existe ningún orden en una organización que no tiene principios y sus miembros temen más a los miembros de la organización que al Mundo por eso obedecen.
Es una forma de esclavitud, se esclavizan a sí mismos unos a otros porque se negaron a recibir la libertad de Cristo.
Y como son locos y necios los que así actúan y uno puede comprobarlo con lo que hicieron con el Covid y la falsa pandemia no se puede estar seguro de nada.
El gobierno del mundo y de la Iglesia se dio a aquellos que son mentirosos y se mienten entre sí ¿qué verdad podrán haber en cada una de sus afirmaciones? ¿qué seguridad podrá encontrar la población? La mentira absoluta lleva a la demencia y necedad absoluta.
Estos creen que construyen el nuevo orden global y están construyendo el Apocalipsis, piedra por piedra construyen su propia tumba, ellos quisieran que los montes los taparan. De Dios nadie se burla.