RESUMEN/HOMILÍA PADRE TAMAYO: No busquemos falsos pastores que pretenden implantar una simple “fraternidad humana
Sylvia Zamora
Responsable de formación, oración y espiritualidad.
Consejo directivo Adoración y Liberación


Muy queridos hermanos en el Señor:
El evangelio de hoy nos habla del buen pastor, preguntémonos quién es el verdadero buen pastor.
En el versículo del aleluya se nos dice reconocerá a su pastor en el partir el pan.
En el misterio eucarístico de Cristo nuestro Señor, principio centro y cumbre de toda la vida de la Iglesia
La Iglesia sin Cristo eucaristía sería un “cadáver ambulante” porque la eucaristía no es un recuerdo, ni un símbolo, es Jesús el buen pastor verdaderamente presente y oblacionado, sacrificado continuamente y entregado en nuestro lugar.
Dios Padre en Su infinita Misericordia y Justicia, no acepta en Su Presencia a quien no está unido a Jesús.
La única forma de unirse a Jesús es viviendo continuamente el misterio eucarístico, y ahí le experimentamos como el buen pastor.
El Señor dice: “El mercenario, el que no es propio pastor, viendo venir al lobo, abandona a las ovejas y huye, y el lobo las arrebata y dispersa el rebaño”.
Esto es lo que está sucediendo hoy día en la Iglesia.
¿Quién es el lobo?
¿Quién está arrebatando las ovejas y dispersando al rebaño?
Pues es el demonio que se vale de los hombres que le han entregado su alma o que no viven la fe y se infiltran dentro de la iglesia para dividir al rebaño.
La Iglesia hoy día está viviendo un cisma no declarado. Por un lado están los que siguen al buen pastor y por otro, los que siguen al lobo, con sus instrumentos humanos que se hacen pasar por pastores, pero que en realidad son lobos infiltrados en la Iglesia.
Hay que estar por tanto muy abiertos a la acción del Espíritu Santo, que nos ilumina y nos permite ver quién es el verdadero vicario de Cristo sobre la tierra.
Jesús sigue diciendo en el Evangelio: “Las cuales debo Yo recoger y oirán Mi voz y serán un solo rebaño y tendrán un solo pastor”
No hay dos pastores, hay uno solo y uno solo es el verdadero.
Es sumamente delicada la situación que actualmente vive la Iglesia, por tanto el resto fiel, ha de estar muy despierto y alimentarse de los sacramentos, pero no de los falsos, sino de los únicos y verdaderos que Cristo nos da. El sacramento verdadero del sacerdocio del bautismo, de la confesión y de la eucaristía.
Busquemos por tanto a Cristo que actúa muy fuertemente a través de los sacramentos en este momento crítico que vivimos.
No busquemos falsos pastores que pretenden implantar una simple “fraternidad humana”, sino busquemos a los verdaderos pastores y el pastor único vicario de Cristo.
Vivamos unidos a Él, vivamos los sacramentos, la verdad teologal, moral, teológica y la fidelidad a Jesucristo Dios y hombre que se entrega en la Santa Misa para darnos vida y el ánimo y la valentía para poder ser fieles a Cristo en el seno de su iglesia
Aunque seamos un resto pequeño como el tronco de un árbol recién cortado.
Seamos miembros de esa iglesia, aunque vivamos rechazados por el mundo y las falsas iglesias, incluso por nuestra propia familia.
Vivamos aquí y mantengamos a la Iglesia, la que no será jamás destruida.
Para que cuando el Señor lo quiera, esa iglesia vuelva a resurgir para dar testimonio de Cristo y pueda darle nuevamente la gracia de la salvación temporal y eterna a todos aquellos que quieran volver a ser miembros verdaderos de ella.
Y también, para aquellos que nunca han sido miembros, pero que Cristo quiere atraer a ella , pues son ovejas que están en otros rebaños.
Y atraerlos hasta esta preciosa y maltratada y perseguida Iglesia católica.
Amén.