Coronilla Marana Thá! Por Abraham García
Falsa Iglesia
Por Abraham García González
Corresponsal AyL
España
23 de mayo de 2025

El pasado 6 de mayo de 2025 se cumplieron 22 años del día en que mi abuela Inés que en paz descanse dejó este mundo. Ella era una persona creyente, de mucha fe, piadosa, con un corazón de enorme pureza lleno de amor hacia Dios. Tenía un amor extraordinario por la familia, de ella aprendimos muchas cosas buenas y la echamos mucho de menos.
El pasado 21 de enero de 2025, siendo su aniversario de cumpleaños, así como el cumpleaños de mi amigo y hermano en la fe, Vicente Montesinos, se me pasó por la cabeza algo en un paréntesis entre medias de mis oraciones diarias, y es la oración de una coronilla para pedir a Jesús que vuelva pronto.
Ya tenía ese deseo desde hacía poco, pero la inspiración de su composición me vino súbitamente ese día, me puse manos a la obra y la escribí. El hacerlo es algo que considero parte de una serie de vivencias gozosas con Jesús a finales de 2024 que aún no he testimoniado y para mi son las más extraordinarias que he vivido hasta el momento.
Comparto la oración con ustedes porque me vino inspirada en esta fecha con tan enorme significación en mi vida. Como digo, estaba en medio de mis oraciones diarias, y además, por la noche me sucedió algo asombroso que realmente creo que es una clara confirmación de lo que les digo. Esto me hace creer con más convicción de que se trata de algo realmente importante que debía compartir, y por lo tanto lo hago sin más dilación porque los momentos que estamos viviendo de la pasión de la verdadera Santa Madre Iglesia son críticos, y me parece más necesario que nunca que imploremos incesantemente con fe al Señor que adelante la segunda venida que tanto anhelamos todos los que le amamos y tratamos de serle fiel hasta el final. Lo sucedido, se lo cuento al final, después de lo más importante, que es compartir con ustedes la oración.
Con un rosario normal como con el que se reza la Coronilla de la Divina Misericordia o el Santo Rosario, hacemos las siguientes oraciones:
Coronilla Marana Thá!
- Nos persignamos.
- Sujetando la Santa Cruz: el Credo.
- Con la primera cuenta que sigue a la Santa Cruz: “Señor, no permitas que nos perdamos. Líbranos de una hora menguante, de un mal pensamiento y de quien mal nos quiera. (*1) No permitas que caigamos en manos del maligno enemigo y líbranos de toda perturbación. Concédenos la gracia del martirio y ayúdanos a perseverar hasta al final. Aumenta nuestra fe, esperanza y caridad. No dejes que se endurezca jamás nuestro corazón. Amén.”
- Con las tres cuentas que siguen, Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
- Con la siguiente cuenta comenzamos las 5 decenas, orando con Isaías 51,9-10, que repetiremos cada vez que comience de nuevo una decena (por lo tanto, esta oración en total 5 veces): “¡Despierta, despierta, revístete de poderío, oh brazo de Yahveh! ¡Despierta como en los días de antaño, en las generaciones pasadas! ¿No eres tú el que partió a Ráhab, el que atravesó al Dragón? ¿No eres tú el que secó la Mar, las aguas del gran Océano, el que trocó las honduras del mar en camino para que pasasen los rescatados?”.
- En las diez cuentas de la decena, oraremos sencillamente con la jaculatoria “Marana Thá! ¡Ven Señor Jesús!” de Apocalipsis 22:20.
- Cogiendo la medallita, tras finalizar las 5 decenas, diremos: “Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío. Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía. San José, ruega por nosotros. San Benedicto XVI, ruega por nosotros. Santísima Virgen de Guadalupe, ruega por nosotros. San Juan Bautista, ruega por nosotros. San Lázaro de Betania, ruega por nosotros, para que nuestros seres queridos difuntos sean resucitados entre las primicias y para que nosotros también lo seamos si el Señor nos llamase antes de su venida en gloria y majestad. San Martín de Porres, ruega por nosotros para que el Señor nos conceda la gracia de ser siempre humildes. Santa Inés Corderita (*2), ruega por nosotros para que el Señor nos conceda la gracia del martirio y la perseverancia final. Todos los seres queridos que ya os fuisteis, rogad por nosotros y que el Señor os tenga en la gloria. Amén.”.
- De nuevo utilizando las tres cuentas iniciales y golpeándonos el pecho con la mano derecha, decimos, “Dios mío, perdóname, Dios mío, perdóname, Dios mío, perdóname”.
- Nos santiguamos.
La forma de referirse a la oración es “Coronilla Marana Thá!”.
Volviendo a lo que les decía al principio, lleno de gozo les relato lo que me sucedió esa noche. Fue utilizando mi ordenador personal y no es la primera vez que tengo una vivencia similar. La señal fue maravillosa y sin duda providencial porque siendo 21/1 y exactamente las 21:01 horas, se pusieron a parpadear durante unos pocos segundos los LED azules de un switch USB 3.0 que tengo sin ni tan siquiera rozarlo. Esto es imposible que suceda si uno no toca un botón que tiene por la parte trasera porque es un simple dispositivo cableado de commutación (switch) que sirve para poder compartir el uso de dispositivos USB en un par de ordenadores a la vez. Es absolutamente imposible de manipular a distancia, 100% independiente, y es algo que sólo puede ser explicado aceptando que fue una intervención sobrenatural para darme un claro mensaje. Al suceder esto, sonaba la notificación de desconexión y conexión de teclado y ratón del sistema operativo, que es la misma que suena cuando uno conecta o desconecta físicamente por ejemplo una memoria USB o un pequeño reproductor de audio o cualquier otro dispositivo. ¿Se dan cuenta? El 21/1 a las 21:01, exactamente misma numeración de fecha y hora.

Si se dan cuenta, 21/1 es una fecha bellísima, y a mi me traslada rápidamente a Apocalipsis 21:1, que es el bellísimo y esperanzador versículo que dice “Después vi un cielo nuevo y una tierra nueva, pues el primer cielo y la primera tierra habían desaparecido, y el mar no existe ya.”.
¡Hasta el Cielo no paramos! ¡Santos o nada! ¡Viva Cristo Rey y la Santísima Virgen de Guadalupe!
Abraham García González, a 23 de mayo del año del Señor de 2025.
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(*1) La parte “Líbranos de una hora menguante, de un mal pensamiento y de quien mal nos quiera.” de la jaculatoria del punto 3, la aprendí de mi abuela Inés que en paz descanse, ya que es algo que decía con frecuencia. La rezo prácticamente todos los días como parte de mis oraciones de la mañana. ¿Por qué la incluyo en la coronilla? Por ser el aniversario de cumpleaños de mi abuela Inés y porque me sentí empujado a hacerlo.
(*2) Inés fue una santa mártir de notable belleza que murió degollada como los corderos el 21 de enero del año 304 por negarse a rendir honores a los dioses romanos tras haber rechazado ser esposa del hijo del precepto de la ciudad de Roma. Su martirio ejemplo de su enorme amor hacia el Señor fue parte de la última y más cruenta persecución de Roma a los cristianos, decretada por el emperador Diocleciano en 303, un año de profundo significado profético que tantos santos mártires ha dado a la Santa Madre Iglesia. Según la Santa Tradición Inés era una jovencita de 12 años que quería vivir enteramente para Jesús sirviendo a los pobres. Ella obtenía fortaleza de la Eucaristía, que en aquellos tiempos de persecución celebraban secretamente en alguna casa al ponerse el Sol, una forma de actuar como la relatada en Hechos 2:42: “Acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la comunión, a la fracción del pan y a las oraciones.”.
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