“Satán tendrá que reinar en el Vaticano. El Papa formará parte de su guardia suiza”
San Maximiliano Kolbe contra la masonería.

Por Alejandra Mesén
Corresponsal en Costa Rica
En 1917 (mismo año de la aparición de Nuestra Señora de Fátima) la masonería festeja en Roma el segundo centenario de su fundación. Se ven por doquier banderas y pancartas que representan a San Miguel vencido y derribado por Lucifer; en la plaza San Pedro se escucha el cántico: “¡Satán tendrá que reinar en el Vaticano, el Papa formará parte de su guardia suiza!”
El Hermano Maximiliano María Kolbe, franciscano conventual polaco, se encuentra en este momento estudiando teología en la Gregoriana de Roma.
Frente a las amenazadoras demostraciones contra la Iglesia, el Hermano se pregunta:
“¿Será posible que nuestros enemigos desplieguen tantas actividades para dominarnos, mientras que nosotros nos quedamos ociosos, abocados a lo sumo a rezar, sin pasar a la acción? ¿Acaso no tenemos armas más poderosas, siendo que podemos contar con el Cielo y la Inmaculada?”
Gracias a la meditación de las Sagradas Escrituras y de los Padres de la Iglesia; inspirándose en la doctrina de los grandes santos marianos como San Luis María Grignion de Monfort; considerando también el dogma de la Inmaculada Concepción y las apariciones de Nuestra Señora en Lourdes, como también el alcance práctico y social de estas grandes verdades, nuestro Hermano llegó a la siguiente conclusión:
“La Virgen sin mancha, vencedora de todas las herejías, no cederá el paso ante su enemigo amenazante si encuentra servidores fieles, dóciles a su mandato, Ella obtendrá nuevas victorias, más grandes de las que podríamos imaginarnos…”
De igual manera en 1917 se celebra en Roma otro aniversario, fecha de victoria de la Inmaculada: la conversión fulgurante del judío Alfonso Ratisbonne, gracias a la eficacia de la Medalla Milagrosa. A partir de este hecho el Hermano Maximiliano concibe la institución de la Militia Immaculatæ que tomará como signo de adhesión y de protección de sus “caballeros” la Medalla Milagrosa.
De esta manera el 16 de octubre de 1917, en la fiesta de la aparición de San Miguel en el monte Tombe, tres días después del milagro del sol de Fátima, el Hermano Maximiliano, junto a seis compañeros y con el permiso de sus superiores, funda la Milicia de la Inmaculada (MI). La ceremonia tuvo lugar en el altar de la Inmaculada, en la capilla del Colegio Seráfico.