¡El enemigo está actuando muy fuertemente, hermanos! – HOMILÍA DEL PADRE TAMAYO, DIRECTOR ESPIRITUAL DE ADORACIÓN Y LIBERACIÓN, en el Primer Domingo de Adviento. ¡RESUMEN ESCRITO, Y VÍDEO COMPLETO!

En la sagrada liturgia, Nuestro Señor Jesucristo, da gloria a Dios Padre, en unión con toda la iglesia y además Cristo mismo continúa entregándose a la iglesia y a cada alma que viviendo  la liturgia adecuadamente, llega verdaderamente a vivir el mayor anhelo de Cristo: “que vivamos la Santidad”

Asi durante el año litúrgico, el Señor nos permite vivir cada una de las etapas de su propia vida. De su misterio como hijo de Dios que se hace hombre en el seno de María Santísima, “sin dejar de ser Dios”.

Jesucristo por su encarnación en el seno de María santísima se hace hombre, sin dejar se ser Dios.

Y una de las herejías que ha vuelto a repetirse de una manera muy sutil en algunos sectores de la iglesia dice que “Jesucristo no es más que un aparente Dios”. Y esta herejía viene desde los primeros tiempos  de la misma. Ya en tiempos del apóstol San Juan, decían que Jesús no es más que una apariencia de Dios y apariencia de hombre

Pero Jesús es ” realmente Dios y realmente hombre” sea quién sea aunque diga lo contrario y ante quién quiera que lo diga.

No se puede negar, la doble naturaleza en Cristo Jesús, Dios y hombre. Y desde que se hace hombre en el seno de María, Jesucristo comienza a enseñarnos como debe ser nuestra vida, si queremos vivir realmente unidos a él. Y se culmina especialmente en la santa misa.

Cuando cada persona participa de la Santa Misa celebrada por el sacerdote, no solo se celebra para pedir o dar alguna gracias , la santa misa se celebra para transformarnos en Jesús.
Participando del sacrificio de Cristo, que “no es un recuerdo ni memoria”, es Cristo que continúa sacrificándose cada día en el altar.

Así nos unimos a Él, en un sacrificio agradable a Dios en Cristo. Pero al recibirlo en la Sagrada Comunión, debemos comulgar siendo conscientes de que en ese mismo momento nos estamos transformando en Cristo. Por tanto al terminar la santa misa, no podemos salir igual que entramos. Tenemos que salir “viviendo en Cristo”

No puede el cristiano dejarse llevar por la angustia ante ninguna situación de su vida, si ha participado auténticamente en la santa misa.

Transformados en Cristo vivimos:
la fe,
la esperanza,
la caridad,
la sabiduría ,
la prudencia,
la justicia,
la templanza,
la fortaleza,
la pureza,
la comprensión, para con el prójimo….

Así el cristiano vive todas y cada una de las virtudes que se le infunden en el bautismo, se fortalecen en la confirmación y se vivifican cada vez que se le recibe en la sagrada comunión.

Hermanos:” vienen momentos sumamente críticos”, sumamente difíciles, especialmente para quienes queremos ser fieles a Cristo, en el seno de la única Iglesia Católica verdadera. Fundada por Cristo sobre los apóstoles. Van a venir grandes persecuciones, ya las están preparando. ¡¡El enemigo está actuando muy fuertemente, hermanos!! Por esto, su excelencia Monseñor Carlo María Viganò nos ha invitado a todos los sacerdotes a que celebremos la Santa Misa contra los perseguidores y enemigos.

Los enemigos de Cristo, están más despiertos que muchos católicos. Están siendo engañados por el demonio y creen que van a poder todo y van a triunfar ante los católicos que están dormidos y se dejan llevar por la indiferencia y el modernismo actual.

Pero el demonio y los perseguidores de la Iglesia no podrán destruirla jamás. Y ese “resto” de la iglesia , permanecerá, aunque tenga que permanecer oculta. Aún así la Iglesia ha de vivir la virtud de la fé, de la esperanza, la caridad. La iglesia tiene que vivir  la pureza, quien no viva la pureza estando bautizado es un cadáver ambulante. Es una virtud estimadísima por Jesús Nuestro Señor. Y si ésta se ha perdido, acuda a la confesión, y después viva la oración, la penitencia y la mortificación,  negándose a vivir en el espíritu del mundo.

Asi tenemos que vivir el Adviento y la Navidad. No se asusten, ni se angustien, por creer que no se van a poder celebrar con alegría la Navidad pues eso es un engaño. El católico que vive con alegría la fe, aunque no tenga fiestas de Navidad podrá vivir la alegría de la fé, de la esperanza, de la caridad…De todas y cada una de las virtudes auténticamente cristianas.

El tiempo de adviento no es una espera” pasiva” es un tiempo de preparación, fortaleciéndose en la vivencia de las virtudes. Tiempo de oración, de conversión, de penitencia, de fortalecimiento en la vivencia de las virtudes constantemente.

No tengamos miedo de manifestarnos miembros de la única Iglesia Católica, fundada por Cristo. Vivamos el Adviento y la Navidad, no como paganos, ni modernistas, sino como católicos, que no necesitan hacer cambios en su vivencia de la fe. Ni hacer cambios en su manera de vivir, de vestir, de comportarse, de trabajar, de estudiar, de su manera sana de descansar….

¡Es tiempo de Adviento! Tiempo de humilde transformación, de fortalecimiento en la santidad.

Este es el esfuerzo al cual les invito al iniciar este Adviento.

¡¡Pues ustedes hermanos tienen todo el derecho de llegar algún día al Reino eterno de Dios en Cristo Jesús!!

(Vídeo Completo de la Homilía)