Oración de un joven piadoso; buen amigo, y mejor sacerdote
Un joven piadoso; buen amigo y mejor sacerdote; comparte conmigo esta oración, regalo del Señor; que yo quiero compartir con vosotros.
Señor mío y Dios mío.
No comprendo,
por qué sabiendo como me amas,
la tristeza me oprime.
¡Es tanto tu amor!
¡Yo soy tan poca cosa!
Soy una vasija de barro muy débil
que necesita el fuego del Espíritu Santo
para contener humildemente
tu amor misericordioso.
¡Son tantas las pruebas de tu amor!
Sólo deseo ser santo para, de este modo,
corresponder a tu amor misericordioso.
Pero, Señor, no puedo yo solo.
Tal vez, la tristeza sea porque todavía
no me he abandonado a tus brazos totalmente.
Señor, sólo deseo desde lo más profundo
de mi alma y corazón
amarte como tú te mereces,
y dejarme modelar por ti, ¡bendito alfarero!
¡Tómame Señor, tómame!
¡Soy todo tuyo y de María,
tu querida y mi querida mamá!
¡Madre, llévame al corazón
de tu querido hijo Jesús!
Amén. Gracias