El Milagro de Empel. Por F. L. Mirones
El almirante Hohenlohe-Neuenstein dijo después “Tal parece que Dios es español al obrar tan grande milagro”.
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Por Fernando López Mirones
“Los infantes españoles prefieren la muerte a la deshonra. Ya hablaremos de capitulación después de muertos”, respondió el Maestre de Campo Arias de Bobadilla, empapado como sus 5.000 hombres en la Isla de Bommel, en Países Bajos (¿por qué nunca se habla de que Holanda perteneció al imperio español igual que Perú?).
Era el 7 de diciembre de 1585, estaban rodeados por los 30.000 hombres del almirante rebelde Van Hohenloe, que abrió entonces los diques inundando a los Tercios españoles, que se refugiaron en una pequeña isla llamada Empel.
Cavando una trinchera, un soldado español encontró una tablilla con la imagen de la Virgen María que, de inmediato limpiaron y a la cual rezaron dispuestos a morir.
Esa noche cambió el viento y las aguas del río Mossa se helaron, permitiendo a los españoles caminar sobre el hielo y atacar por sorpresa consiguiendo una victoria imposible. El almirante Hohenlohe-Neuenstein dijo después “Tal parece que Dios es español al obrar tan grande milagro”.
Ese día, hoy, se declaró a la Inmaculada Concepción patrona de los Tercios de Flandes y de Italia, y en el Siglo XVIII, “de España, de las Indias y de todos sus reinos” .
Es una historia épica que, como todas las del Imperio Español, será juzgada con ideas modernas al contrario de lo que se hace con las anglosajonas, vikingas, mesoamericanas o de cualquier otra parte, en las cuales nadie se plantea dilemas morales viendo solo la parte romántica.
Sea como fuere hoy es fiesta en muchos países en conmemoración de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, ojo, llamada “la madre de Dios” muchos siglos antes de que el feminismo hiciera falta.
Hoy, este día es más importante que nunca, pedidle a la Virgen María que nos ayude a vencer al mal representado por la Agenda 2030, el NOM y los demonios de Bruselas, Washington y el resto del mundo. No pueden vencer.
Un aullido.
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