Siguiente paso del genocidio: asesinar directamente a los “enfermos” de Covid
Nueva Zelanda aprueba la eutanasia para los pacientes de Covid-19 que lo soliciten

Ayl Redacción
Agencias
El Ministerio de Sanidad neozelandés confirmó que el derecho a una inyección letal en virtud de una nueva ley de eutanasia podría extenderse a los pacientes que “estuvieran muriendo” por Covid-19 o “sufrieran insoportablemente sus consecuencias”.
En respuesta a una petición de aclaración sobre la ley de eutanasia que entró en vigor el mes pasado, el gobierno declaró que «en algunas circunstancias una persona con COVID-19 puede ser elegible para la muerte asistida».
La admisión de que los pacientes con COVID pueden recibir una inyección letal se produjo después de que Henoch Kloosterboer, editor del sitio web antieutanasia The Defender, presentara una solicitud en virtud de la Ley de Información Oficial, el equivalente neozelandés a la Ley de Libertad de Información de 2000.
Afirmó que la política dejaba «la puerta abierta al abuso» de los pacientes ancianos y vulnerables, especialmente si el servicio de salud del país se veía sometido a la presión de una oleada de COVID:
«No sería difícil prever una situación en la que un aumento rápido y considerable de las hospitalizaciones por COVID-19 podría dar lugar a presiones para utilizar la eutanasia y el suicidio asistido como herramientas para resolver una crisis tan grave».
La Ley de Elección del Fin de la Vida de 2019 está considerada como una de las leyes de eutanasia más extremas de todo el mundo, y los críticos dicen que las salvaguardias son tan endebles que se pueden eludir fácilmente.
Permite tanto la eutanasia como el suicidio asistido a los adultos que padezcan una enfermedad que sea terminal en un plazo de seis meses, o que se encuentren en un estado avanzado de deterioro físico irreversible o que sufran de forma insoportable.
La ley, ratificada tras un referéndum en 2020, garantiza a todos los residentes el derecho a acceder a un médico que les mate en un plazo tan breve como cuatro días desde la recepción de la solicitud.
Los médicos reciben una tarifa gubernamental de 1.000 dólares más gastos por cada muerte por eutanasia que realicen.
En el Reino Unido, la baronesa Finlay de Llandaff, profesora de medicina paliativa, afirmó que la ley de eutanasia neozelandesa contradice el propósito fundamental de la medicina y los servicios sanitarios de curar a los enfermos:
«Es extraño que un país que ha tratado de proteger a sus ciudadanos confinándolos por completo por un virus del que la gente puede recuperarse totalmente… sugiera ahora que estos pacientes sean asesinados por sus médicos. Esto pone patas arriba la ética de la medicina».
«Realmente no se puede predecir la muerte al 100%», añadió. «Así que, ¿por qué no apoyarles mientras se están muriendo y dejar la puerta abierta por si están en el grupo que desafía todos los pronósticos y se recupera completamente?».
Es la consecuencia lógica pero no, por ello, menos inhumana de considerar al aborto, la eutanasia, la ideología de género, etc. como bienes y derechos y no como males; se van a implementar desde el Estado y de manera obligatoria a corto o mediano plazo.
En un primer lugar, estas leyes brindan la posibilidad de imposiciones obligatorias de las mismas a los pacientes porque se los presiona por distintos medios, se les reducen los calmantes y debilitados por la enfermedad y el dolor, se puede aprovechar esta situación para hacerlo firmar cualquier cosa y para aplicarles la eutanasia y se presiona a las mujeres para imponer el aborto y a los niños se les impone la ideología de género.
Después, en usa segunda etapa, la eutanasia, el aborto y la ideología de género serán aplicadas de manera obligatoria por el Estado de acuerdo con criterios discrecionales a la población.
Como dijimos varias veces si la eutanasia, el aborto y la ideología de género son considerados bienes y derechos y no males de ello se deduce que pueden ser impuestos de manera obligatoria por el Estado a personas que no lo solicitan e incluso que se oponen a su aplicación; apelando el Estado, para llevar a cabo esas medidas, al bien común político, la salud pública y una falsa necesidad de decidir quién muere para salvar al resto, la salvación del Planeta transformado en Madre Tierra que exige sacrificios humanos sobre argumentos de ecología y calentamiento global falsos algunos y otros discutibles, etc.
Con estas leyes se abren las puertas para que desde el Estado los políticos decidan sobre la vida y muerte de los ciudadanos como si fueran dioses los que gobiernan y como si fueran animales los ciudadanos e incluso los gobiernos pueden utilizar información falsa, argumentos falsos o discutibles como el Covid para llevar a cabo estas ejecuciones.
Esto no tiene nada que ver con el Estado de Derecho que será dejado de lado apelando a un falso bien mayor y a un estado de emergencia como sucedió durante el Covid
Esto es lo que se viene y los mayores perjudicados serán los más débiles: mujeres, ancianos y niños. Saludos
Deberían cambiarle el epígrafe a la foto de esta nota, porque la “Primera Ministra” es un hombre y él mismo lo ha dicho públicamente