Sylvia Zamora
Responsable de oración
Consejo Directivo AyL
El 1 de mayo la Iglesia celebra la Fiesta de San José Obrero, patrono de los trabajadores. Esta celebración litúrgica fue instituida en 1955 por el Siervo de Dios, Papa Pío XII, ante un grupo de obreros reunidos en la Plaza de San Pedro en el Vaticano.
El Santo Padre pidió en esa oportunidad que “el humilde obrero de Nazaret, además de encarnar delante de Dios y de la Iglesia la dignidad del obrero manual, sea también el próvido guardián de vosotros y de vuestras familias”.
Pío XII quiso que el Santo Custodio de la Sagrada Familia, “sea para todos los obreros del mundo, especial protector ante Dios, y escudo para tutela y defensa en las penalidades y en los riesgos del trabajo”.
Por su parte, Juan Pablo II en su encíclica a los trabajadores “Laborem exercens” destacó que “mediante el trabajo el hombre no sólo transforma la naturaleza adaptándola a las propias necesidades, sino que se realiza a sí mismo como hombre, es más, en un cierto sentido ‘se hace más hombre’”.
Posteriormente, en el Jubileo de los Trabajadores en el 2000, el propio Juan Pablo II dijo: “Queridos trabajadores, empresarios, cooperadores, agentes financieros y comerciantes, unid vuestros brazos, vuestra mente y vuestro corazón para contribuir a construir una sociedad que respete al hombre y su trabajo”.
“El hombre vale más por lo que es que por lo que tiene. Cuanto se realiza al servicio de una justicia mayor, de una fraternidad más vasta y de un orden más humano en las relaciones sociales, cuenta más que cualquier tipo de progreso en el campo técnico”, añadió.
DE UN SOLO CLIC EL LIBRO “TODO SOBRE SAN JOSÉ”
ORACION A SAN JOSE OBRERO
Nos dirigimos a ti, Oh bendito San José, nuestro protector en la tierra, como quien conoce el valor del trabajo y la respuesta a nuestro llamado.
A través de tu Santa Esposa, la Inmaculada Virgen Madre de Dios, y sabiendo el amor paternal que tuviste a nuestro Señor Jesús, te pedimos nos asistas en nuestras necesidades y fortalezcas en nuestros trabajos.
Por la promesa de realizar dignamente nuestras tareas diarias, líbranos de caer en el pecado, de la avaricia, de un corazón corrupto.
Se tú el solícito guardián de nuestro trabajo, nuestro defensor y fortaleza contra la injusticia y el error.
Seguimos tu ejemplo y buscamos tu auxilio. Socórrenos en todos nuestros esfuerzos, para así poder obtener contigo el descanso eterno en el Cielo. Amén.
Mal, muy mal. San José, padre adoptivo queridísimo de Nuestro Señor Jesucristo y Patrón de su Santa Iglesia, la católica, NO fue un obrero. Un carpintero fue y es un artesano, o trabajador autónomo en términos actuales. San José no fue asalariado de ningún otro patrón, aunque hoy se trate de engañar con lo contrario. San Jusé fue un profesional independiente. Mentir y engañar por agradar a los políticos y sindicalistas comunistas y socialistas, todos ateos y enemigos de Dios, tendrá el “premio” de las llamas del infierno, por infidelidad a la Verdad. Haced lo que os plazca, pero sabéis bien que es así. Para Dios Todopoderoso no hay “clases” sociales, patronos y obreros, burgueses y proletarios, patricios y plebeyos, amos y esclavos. Las clases sociales son denominación de los que odian y excluyen a Dios.
Los guiños al MARXISMO haciendo una especie de “comunismo cristiano” no creo que hagan otra cosa que llenar de excrementos ultrajadores el buen y noble nombre del humilde santo que fue feliz esposo castísimo de la Santísima Virgen María y padre adoptivo de Nuestro Señor Jesucristo, además de maestro nuestro por su incomparable humildad, discreción, sacrificio, protección de la familia, catequista inicial del niño Jesús, esposo y padre bueno y santo, etc. Todo un ejemplo para todos los esposos y padres, pero no para dirigente sindical marxista.
El 1 de mayo es una fiesta atea, materialista, comunista y socialista instituida desde finales del siglo XIX por los ENEMIGOS DE DIOS, LOS MARXISTAS, una fiesta pagana del anticristo rojo que nada tiene que ver con el Cristianismo verdadero y sí con sus enemigos mortales, pero que los papas, haciendo hereje y mundana POLÍTICA, que no sirviendo a Dios de corazón y con sinceridad, marxistizaron para “santificarla”. Error que pagarán ante el mismo Dios el Día del Juicio Final, pues no es tarea papal “santificar” lo satánico. El día del “trabajo” se celebra trabajando, y no vagueando o incitando al odio sindical, político y ateo. Las fiestas han de ser santas, y no anticristianas.
Antes del siglo XIX no hubo fiesta de San José “obrero”. Esa hereje denominación es propia de marxistas que se hacen pasar por católicos tratando de convencer de que el movimiento obrero marxista, comunista y socialista, es “bueno” para los “pobres”, con lo que conducen al infierno a innumerables almas con todo tipo de mentiras políticas. Hoy, por desgracia para todos los católicos, predominan este tipo de consagrados y no consagrados, y con mayor intensidad con el actual papa progresista argentino.
Es una incongruencia extrema criticar al papa argentino ecologista y progresista actual, que afirmó que comunismo y cristianismo es lo mismo, sustituto del fiel a Cristo, el alemán Benedicto XVI, y luego aceptar la paganización al anticristo marxista del buen nombre de San José, Patrono de la Santa Iglesia católica, la de Jesucristo Nuestro Señor, que no la del movimiento obrero de Karl Marx.
Y con respecto al deber, que no fiesta, de trabajar, nadie trabajó más que Nuestro Señor Jesucristo, también trabajó, y mucho, la Santísima Virgen María, los apóstoles, los santos y santas, los mártires y todos los que sirven a Dios. El trabajo es un deber no del obrero, sino de todo hombre y mujer, criatura de Dios: “Ganarás el pan, con el sudor de TU frente” (no con el de la de los demás, como hacen no pocos políticos y sindicalistas obreros liberados y no liberados) y el “Quien no trabaje, que no coma”.