Por Carlos Núñez
Para Adoración y Liberación
Inmaculada
De repente…,se abrieron en el cielo las nubes,
que -grisáceas y oscuras- presagiaban tormenta.
Y una luz deslumbrante, que a la vista hacía afrenta,
descendió hasta la tierra, entre bellos Querubes.
Por la Gracia, sin duda, -nuestros ojos cegados-,
vislumbraron en medio una Tenue Silueta:
Femenina y Hermosa, cual dijera el Profeta;
que en la luna Posaba, con sus Pies Apoyados….
Una estela de fuego Le nimbaba la Testa,
cual enjambre de estrellas
en redondo alineadas.
En el Pecho ,punzantes,
Siete Espadas clavadas;
y en sus Manos, unidas, la más bella floresta.
Carmesí era la Saya, y también la Jubona.
Y de azul, cual de cielo, el color de su Manto;
que ceñido a su Cuerpo, en abrazo muy santo,
añadía aún más gracia a la de esa Persona…
Bajo el Pie, la serpiente; sibilina y astuta.
Pero ya derrotada por El Hijo Triunfante.
En sus Ojos al Cielo, su Mirada adorante;
Suplicando “pro nobis”,que aún andamos en ruta…
Dios te Salve,Señora,por Gabriel Saludada
y por Juan Presentida desde el vientre materno.
Dios te Salve,María,que Portaste al Eterno
en tu Vientre Bendito, cual Sagrario y Morada.
Dios te Salve, mi Reina de los Ojos azules;
que tan bien se combinan con aquél de tu Manto.
Dios te Salve, Gran Madre; mi Esperanza…;mi Encanto…;
a Quien veo en los cielos, Revestida de tules….
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