ABRIRNOS A LA LUZ
Redacción
Adoración y Liberación
En estos tiempos de tanta oscuridad es importante que nos abramos a la luz, que nos dejemos llevar hacia ella para finalmente morar en ella.
El centro de la mayor y auténtica luz es nuestro Señor Jesucristo.
Uno de los mayores ejemplos de la luz de Dios se nos materializa en el relato de la “zarza ardiente que no se consumía”.
La persona de Moisés, un judío nacido en Egipto, que salvó de la esclavitud al pueblo de Israel, fue un hombre escogido por Dios para una tarea titánica.
Caminar en la oscuridad es muy difícil, pero si nuestra meta es la luz de Dios con su ayuda llegaremos a ella.
Dios mismo llevo a Moisés hasta la zarza, Dios mismo estaba en la luz que la zarza despedida, la zarza ardía sin consumirse y Dios dijo a Moisés” Yo soy el que soy” (Ex 3_14)
Y Moisés supo y entendió la llamada de Dios desde el primer momento en que lo envío a subir al monte Horeb y le dijo que se descalzara las sandalias porque estaba en terreno sagrado.
Dios nos salva y libera de la esclavitud del pecado por medio de Su Hijo Nuestro Señor Jesucristo. Hijo de Dios Altísimo que nos lleva al Reino.
Nuestro Señor Jesucristo nos acerca el padre de una manera íntima y personal y por medio de Él podemos sentir y recibir su cuerpo y su sangre cuando comulgamos, en el sacramento de la Sagrada Eucaristía allí nos encontraremos con esa cercanía y ese contacto directo con Dios.
Jesucristo Hijo único del Altísimo, entra en nosotros y nos ilumina con una luz que ni siquiera podemos imaginar.
En ella se encuentra toda la belleza, todo el amor, toda la bondad de Dios mismo que se instala en nuestro corazón cuando le abrimos la puerta.
Jesucristo es para nosotros como el aire para el pulmón cuando necesita respirar, Jesús lo es todo ,Jesús la mayor fuente de luz que podamos imaginar.
Busquemos la luz hermanos , reposemos nuestra alma en la luz, caminemos juntos, aún en medio de la más absoluta oscuridad, llenos de fe y esperanza en que algún día la luz del Señor invadirá perpetuamente toda nuestra alma todo nuestro ser por siempre junto a Él en la eternidad.