Este Apostolado No Tiene Dueños: Solo Tiene Guerreros.
Apostolado de Adoración y Liberación
Querido hermano en Cristo,
A veces la vida va tan deprisa que corremos el riesgo de que lo urgente desplace a lo verdaderamente importante.
El engaño es pensar que ya habrá tiempo para Dios, para la oración, para la formación, para defender la fe… cuando se calme todo. Pero la realidad es que, si algo es importante, no podemos esperar a que el mundo se tranquilice para tomárnoslo en serio.
Te confieso algo: el trabajo en el Apostolado de Adoración y Liberación es, para mí, como una alerta silenciosa. Un recordatorio constante de que la batalla por la verdad católica se está librando ahora, y de que no podemos quedarnos mirando desde la grada.
Cada programa, cada artículo, cada vídeo, cada denuncia y cada oración que compartimos es un pequeño acto de fidelidad a Nuestro Señor y a su verdadera Santa Madre Iglesia. Y, al mismo tiempo, es un servicio humilde a tantas almas que nos escriben diciendo: “Gracias, porque decís lo que los demás callan”.
Pero todo esto solo es posible si existen almas que sostengan este Apostolado. No tenemos financiadores, ni apoyos institucionales. Vivimos de la Providencia y de la generosidad concreta de hermanos como tú, que entienden que la Verdad también tiene un costo: tiempo, recursos, medios técnicos, plataformas, servidores, ayuda a sacerdotes perseguidos, envíos de material, etc. Es por ello que siempre digo que más allá de Cristo y María, este Apostolado No Tiene Dueños: Solo Tiene Guerreros.
Por eso hoy necesito pedirte algo muy claro.
Si valoras que Adoración y Liberación siga siendo una voz libre, fiel a la fe de siempre, te pido que nos ayudes con un donativo, puntual o periódico. Lo que tú puedas: poco o mucho, pero hecho con amor a Cristo y a la Virgen.
Tu donativo será ese impulso que nos permita seguir defendiendo la doctrina católica sin rebajarla, acompañando a sacerdotes y fieles que sufren por mantenerse firmes, manteniendo la web, los canales, las retransmisiones y todo el trabajo diario del apostolado, y llevando consuelo, claridad y esperanza a muchas almas confundidas.
Si el Señor pone en tu corazón ayudarnos, hazlo ahora, sin dejarlo para “cuando haya tiempo”.
