🇪🇸 COMENTARIO DE GIORGIO BERGAMASCHI DIRIGIDO A ANDREA CIONCI

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Comentario de Giorgio Bergamaschi a Andrea Cionci

 

Por Giorgio Bergamaschi

Para Adoración y Liberación

 

 

Mi COMENTARIO:

Estimado doctor Cionci, permítame confiarle que considero triste e incluso miserable el obstinado y empalagoso intento de embaucar a sus tenaces lectores “normodotados” (¿y que los “ceteros” —es decir, todos los “restantes” que han huido de sus “reprimendas”— serían unos imbéciles y, por consiguiente, unos infelices relegados al tercer nivel del deterioro mental?), mientras arroja sobre los infieles al *Verbum Cioncii* tóxicos chorros de hiel y de ácido sulfúrico.

Sí, contra esos personajes —no “personajillos”, como ciertos otros…— de auténtico peso: personas y figuras de relieve, no sometidas ni vulnerables, por diferencia de alma tanto como de señorío, y por eso mismo refractarias a los corrosivos y cotidianos ataques empalagosamente repetidos (lo llamaría “efecto Winchester”, pues los disparos se repiten puntuales, diariamente, ofensivos, sarcásticos y maliciosos): aquellos a quienes usted dispensa desde la cátedra hipotética sobre la que ha posado sus reales posaderas…

Ya se lo sugerí una vez (no se lo pedí). Pero hoy, siendo *dies Domini*, con el corazón desbordante de humana comprensión, me repetiré con grandeza de corazón. Obviamente, para su beneficio… Caballero.

Usted, tras haber intentado un acercamiento (de inmediato dejado caer por el Arzobispo) con el refinado monseñor Viganò y, en cambio, después de los mil aportes que le donó don Minutella —quien contribuyó ampliamente al éxito de su encomiable e instructivo “Código Ratzinger”—, tenga por fin, doctor Cionci, el corazón y también la decencia de usar los incisivos y (si fuera necesario) hasta los caninos para morderse la lengua (o los dedos), cuando vuelva a verse asaltado por una crisis de abstinencia que le empuje a arremeter a picotazos (o zarpazos) envenenados contra su Excelencia monseñor Viganò; pero, sobre todo, contra el más atacado y el menos defendido: don Minutella.

Sí, ese Gran Prelado que solo bien le ha hecho, y contra el cual usted no escatima sus miserables “cioncadas”.

Dios castiga siempre a quien escupe con desprecio en el plato que se le había ofrecido “de balde”, como diría un contable de antaño.
Reflexione sobre esto, Cionci. Reflexione…

Usted debería frenar los desbordantes flujos de su *super-yo*, así como reprimir, al mismo tiempo, esa manía de sentirse “maestrillo” y también “el primero de la clase”. Convengamos: son complejitos de poca monta.

Mejor, o más prudente, sería dejarlo estar. ¿Cómo reza aquella expresión del argot diplomático? Ah, sí: “Le ruego que me crea”. Que, por cierto, no es una invitación a responder cortésmente a una frase… Porque, traducida al pie de la letra, su significado real es en verdad taxativo y perentorio. Y es este: “Así es. ¡Hágase!”.

 

 

 

 

 

 

¡COSTA RICA, VERGÜENZA! Mi comentario a este video.

 

 

 

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