AyL Redacción
Agencias
Mientras el Ejército israelí acompaña sus intensos bombardeos con un aumento declarado de sus operaciones terrestres -y por primera vez con una incursión desde el mar- y acusa al brazo armado de Hamas de tener su cuartel general debajo del Hospital Shifa en Gaza, el grupo islamista espera que las negociaciones para liberar a parte de los 229 secuestrados en su poder retrase la ofensiva por tierra a gran escala. En medio, la población civil.
Por un lado, 130.000 israelíes han abandonado sus casas ante los proyectiles e infiltraciones en las fronteras del sur y norte en un país en el que prácticamente no hay nadie que no tenga un conocido o familiar asesinado, desaparecido, superviviente o secuestrado en el atentado yihadista del pasado 7 de octubre. Por otro lado, 1,4 millones de palestinos desplazados desesperadamente en el enclave con cada vez más muertos y heridos y menos edificios, infraestructuras y servicios bajo los ataques, que este viernes fueron los más intensos y causaron el cese de comunicaciones e Internet.
Por primera vez desde el inicio de la guerra desatada con el ataque de Hamas que mató a 1.400 personas en Israel, la unidad de la Fuerza Naval Shayetet 13 realizó un raid en el sur de Gaza. “Las fuerzas atacaron una infraestructura terrorista de Hamas y un complejo de las fuerzas de su comando naval”, señaló el Ejército tras confirmar la segunda incursión limitada por tierra y antes de anunciar su ampliación por la noche. El objetivo declarado, “matar terroristas y preparar el terreno para la operación terrestre”, indica que estas incursiones serán una constante creciente a la espera de lo que suceda en las negociaciones lideradas por Qatar y Egipto para liberar rehenes (especialmente decenas de niños y ancianos) en manos de Hamas y Yihad Islámica. Informaciones sobre “avances” al respecto aparecieron en varios medios árabes.
El desenlace del dilema en el Gobierno israelí guiará el rumbo de la guerra: ofensiva terrestre para acabar con el brazo armado y el régimen de Hamas o dar tiempo a la cuestión de los secuestrados. Hamas espera que ésta sea su Cúpula de Hierro para evitar la entrada de miles de soldados, tanques y carros blindados o al menos recibir combustible para sus túneles. Su presión va dirigida a la opinión pública en Israel que, tras la conmoción y llamamientos de venganza al inicio, enfatiza ahora la importancia en la vuelta de los secuestrados. Según el sondeo del diario Maariv, el 29% de los israelíes cree que el Ejército debe entrar inmediatamente en Gaza mientras el 49% opina que hay que esperar.
