Rai Due ataca a Don Minutella, fiel a Benedicto XVI, pero perjudicando a Bergoglio. Por Andrea Cionci
Una operación del programa de Milo Infante que proyecta una sombra inquietante sobre la televisión estatal. Pero, como siempre, resulta ser un boomerang.
Por Andrea Cionci
Para Adoración y Liberación
Traducción autorizada Maria Luisa Perez Gherlone
Una página incomentable del programa de Rai Due “Ore 14” de Milo Infante que proyecta una oscura sombra sobre toda la televisión estatal. El sentido de la operación pareció inmediatamente el de aprovechar el asunto Virgen di Trevignano, con su supuesta y discutida vidente Gisella, para desacreditar -el completamente ajeno al asunto- a Don Alessandro Minutella, el teólogo siciliano conocido en todo el mundo porque fue el primero en decir que Bergoglio no era el Papa.
BENEDETTO XVI NO ABDICÓ NUNCA
Don Minutella ha denunciado lo que luego comprobamos más allá de toda evidencia: Benedicto XVI nunca ha abdicado, sino que no ha hecho otra cosa que anunciar su propio destronamiento y colocación en la sede impedida. Invitamos a los lectores a conocer mejor estos dos breves documentales. “Dies Irae”: en éste (17 minutos) ilustramos la perfección de la dinámica canónica por la cual el papa Benedicto se hizo colocar en la “Sede totalmente impedida” para seguir siendo el verdadero papa y cismar así desde el principio al cardenal Bergoglio.
“Intelligenti pauca”: en el segundo documental, (16 minutos), se muestra cómo el Papa Benedicto, a lo largo de nueve años de impedimento, nos hizo comprender la situación canónica con una serie de mensajes inequívocos.
Ahora bien, que esta operación de Rai Due haya sido sugerida por “alguien” de más allá del Tevere es más que plausible, pues no se entiende el gratuito empecinamiento de la TV estatal italiana con Don Minutella y su centro “Pequeña Nazaret” en Carini en su compulsiva evasión del tema central de su relato: lo que dice de Bergoglio, que, periodísticamente hablando, es el tema de los temas, la cuestión del milenio.
Hace unos días, Milo Infante hizo inferencias gratuitas sobre la supuesta filiación de Don Minutella con el mundo de Gisella di Trevignano. ¿La prueba? Una fotografía que la mujer se había hecho con el sacerdote durante una de sus convenciones, como hacen miles de personas cada año.
Ya en aquella ocasión, Infante se había cuidado mucho de no tocar -ni siquiera de pasada- el tema por el que el padre Minutella es conocido y reconocido, a saber, el hecho de que sostiene que Bergoglio no es Papa.
Pero hace unos días, los de Ore 14 volvieron a la carga enviando a la periodista Arianna Giunti y a un operador a Carini.
Don Minutella habló tranquilamente con ellas a pesar de las insistentes y ofensivas preguntas de ambas que iban dirigidas a intentar averiguar algo SOLO sobre supuestos abusos en el edificio, sobre colaboradoras, sobre historias de agua que brota de un manantial dentro del centro. Un guión que ya hemos visto, cuando, hace años, le Iene y de nuevo la RAI intentaron montar un escándalo sobre el rancio tópico del cura-gurú-sancionador que maltrataba a las monjas (llegaron a decir que las azotaba) y se enriquecía a costa de los fieles. Un fracaso, entonces como ahora.
Ahora, atacar periodísticamente a Don Minutella (aunque sea una marramuciada dada la relación de fuerzas), también sería lícito, pero si se hace eludiendo por completo los temas por los que es conocido en el mundo, eso no es periodismo, SINO VERDADERO ACOSO MEDIÁTICO.
Es como ir a Julian Assange y pedirle detalles sobre su declaración de la renta, o por qué dejó a su novia, mientras se elude por completo el tema Wikileaks.
De hecho, el periodista Giunti, evidentemente respondiendo a instrucciones precisas, no aceptó en absoluto entrevistar al padre Minutella sobre la cuestión fundamental de su affaire por el que supuestamente fue excomulgado y reducido al estado laical.
Esto demuestra la intención claramente persecutoria contra el sacerdote, que tiene muy poco que ver con la ética profesional.
Totalmente previsible cuando, de hecho, Ore 14 evitó emitir la apacible conversación matinal que mantuvieron con el sacerdote y sólo emitió un interludio vespertino cuando volvieron a la carga y el don, ya definitivamente exasperado, levantó un poco la voz. Típica técnica.
El colmo del ridículo cuando la emisión de Infante censuró con el silencio algunas invocaciones de don Minutella “En el nombre de la Santísima Virgen”, “por Dios” (hasta Petrarca lo usaba como invocación “en el nombre de Dios váyanse” haciéndolas pasar por supuestas blasfemias.
Repitamos: si Infante hubiera estado animado por una sincera moción de crítica periodística hacia el padre Minutella, lo habría puesto bajo la lupa por lo que dice de Bergoglio, pero el hecho de que DE MANERA QUIRÚRGICA eludiera el tema tratando de despotricar a toda costa en busca del escándalo sugiere que esta acción persecutoria fue con toda probabilidad sugerida por “alguien” ajeno a la RAI.
Lo que es seguro es que el resultado final fue perjudicial para Bergoglio. Don Minutella es mucho más conocido y querido de lo que sospechan sus colegas, y la operación se mostró como lo que era: un nuevo ataque instrumentalizador.
El teólogo de Palermo es un j’accuse viviente para Bergoglio: baste decir que el jesuita Rupnik, amigo de Francisco, con pesadísimas acusaciones de violación y violencia psicológica sobre monjas LE HA SIDO REVOCADA LA EXCOMUNIÓN, mientras que Don Minutella, que tuvo la única “culpa” de decir que Bergoglio no era canónicamente el papa, ha tenido dos. (Un disparate, ya que la excomunión es necesariamente una sola). Si la elección de Bergoglio transcurrió sin sobresaltos, ¿qué habría que hacer para despejarle la cabeza poniendo a su lado al último de los canonistas? En cambio, abajo el apaleamiento. Además, hay poco que hacer: la cuestión canónica no es salvable.
Así que la pregunta surge espontánea: ¿por qué Milo Infante no investiga el escabroso y vergonzoso asunto del poderoso jesuita Rupnik, en lugar de rastrillar los tabiques de pladur del centro Carini y el agua bendita de Don Minutella?
