Viganò en Canale Italia: “estamos ante un golpe de estado de proporciones planetarias”
Queridos HERMANOS de Adoración y Liberación. El 16 de diciembre el arzobispo Carlo Maria Vigano grabó un discurso para Canale Italia. Les dejamos la transcripción del discurso, que es imperdible. Dios les bendiga y les guarde.

Queridos HERMANOS de Adoración y Liberación. El 16 de diciembre el arzobispo Carlo Maria Vigano grabó un discurso para Canale Italia .
La emisión del jueves 16 de diciembre de 2021, en directo desde el estudio 3 de Canale Italia, fue conducida por Vito Monaco con: Francesco Lamendola (filósofo), Claudio Daminato (abogado) Alberto Gava (empresario), Andrea Cometti (Accademia Nuova Italia), Antonietta Gatti (Bioingeniera), Francesco Fontana (abogado), Roberto Bonuglia (profesor-escritor), Angelica Lorica (empresaria).
Les dejamos la transcripción del discurso, que es imperdible. Dios les bendiga y les guarde.
Una vez más, al cabo de dos años de farsa pandémica, nos encontramos ante las aparentes incongruencias y contradicciones de una serie de medidas encaminadas a prevenir la propagación del covid 19. Y una vez más, es preciso reiterar algo que por mucho que se repita nunca será suficiente: que, las exigencias y objeciones sue planteamos a los responsables de la actual catástrofe sanitaria, social y económica, por muy sensatas que sean, son en esencia inadecuadas. En efecto, son inadecuadas, inapropiadas, porque dan por sentado que nuestros interlocutores actúan con honradez y buena fe y sus decisiones obedecen a una serie de sucesos imprevisibles y una emergencia en constante evolución.
La realidad es muy distinta: todas las decisiones que toman el Gobierno, las agencias e instituciones europeas y los organismos internacionales son plenamente coherentes con un mismo guión y un mismo director, y tienen por finalidad la destrucción deliberada del tejido social, político y económico –y obviamente también religioso– de las naciones con miras a instaurar el Nuevo Orden Mundial. O sea, una dictadura universal. Para alcanzar este objetivo criminal, que constituye un verdadero golpe de estado planetario, se ha provocado una emergencia –hoy pandémica, mañana ecológica– a fin de hacer posible el Gran Reinicio teorizado por el Foro Económico Mundial y que la ONU ha abrazado con el nombre de Agenda 2030.
Los intereses que están en juego saltan a la vista: derogación de la soberanía de las naciones, empobrecimiento de la población, precarización drástica del empleo, abolición de la propiedad privada, reducción de la protección al trabajador y el costo de la mano de obra y un control capilar e invasivo del desplazamiento de las personas. Todo ello, descrito con gran lujo de detalles por el Foro Económico Mundial, se está llevando a cabo ante nuestros ojos con la complicidad de los medios dominantes de información, el sometimiento de los gobernantes de casi todos los países, la corrupción de la clase media y un escandaloso abuso de poder por parte de las élites financieras internacionales. Lo cierto es que no hay órgano público ni privado inmune a la interferencia de esas camarillas de poder, entre cuyas numerosas ramificaciones se encuentran las compañías farmacéuticas y los fondos de inversión a los que éstas pertenecen.
Si nos damos cuenta de que asistimos a un golpe de estado del que se están sirviendo para implantar una dictadura, todas las aparentes contradicciones que estamos observando resultan lógicas y coherentes, desde la prohibición de ciertos tratamientos a los lamentables procedimientos dictados por los ministerios; desde los ineficaces confinamientos a las ilegítimas obligaciones de vacunarse y obtener el pasaporte covid; desde la cesión de la soberanía a la mafia europea hasta la liquidación de recursos estratégicos nacionales vendidos a multinacionales extranjeras.
Ante esta situación, se entiende bien el motivo por el que entran en acción todas esas cosas antes de la patologización y criminalización de la disidencia que caracterizan a los regímenes totalitarios imitando el modelo de la dictadura comunista china. Una operación sádica –precisamente ustedes estaban hablando de sadismo de estado– porque apunta deliberadamente a la marginalización social de los disidentes mediante chantajes o imposiciones legales. Igualmente sádica resulta en el plano sanitario, dado que expone a gravísimas consecuencias para la salud a personas sanas haciéndoles creer en un beneficio ilusorio, todo ello con vistas a provocar enfermedades crónicas y causar una drástica reducción de la población. Sádica también desde el punto de vista económico: pensemos en la ruina de tantas empresas y el aumento del desempleo o de los empleos mal remunerados. Y sádica por último en lo social, porque la revisión del valor de la vivienda y la proyectada adecuación ecológica de los inmuebles acabarán con un bien primario como es la propiedad de la casa, sustituida por una renta universal que convertirá a todos en esclavos de las autoridades.
Por estas razones, se hace indispensable una oposición firme y determinada por parte de las personas y de movimientos. Oposición que será tan eficaz como difusa, no institucionalizada, y que no esté monopolizada por nadie. La alianza antimundialista que he propuesto podría marcar las pautas en ese sentido, dejando libertad de acción a cuantos se adhieran a sus principios y volviendo objetivamente más complejas las formas de opresión que ya vemos en acción.
Es mi deseo que a medida que se intensifique esta desquiciada represión los ciudadanos de todos los estados entiendan que el problema radica en la subversión y en la traición por parte de las autoridades a las competencias que les son propias, así como en su sometimiento a los poderes supranacionales que son enemigos del bien común precisamente porque son enemigos de Dios y del hombre.
El Señor nos está haciendo ver el infierno que nos espera si no denunciamos y frustramos el mencionado golpe de estado. Dando valerosamente testimonio del Evangelio con nuestra vida, tenemos el deber de demostrar que un mundo obediente a la Ley de Dios no sólo es posible sino necesario si queremos poner fin a esta distópica pesadilla.
+Carlo Maria Viganò, arzobispo
Para que Viganó represente a alguien tiene que demostrar inteligencia cosa que hasta ahora no ha hecho.
Propuso una contraofensiva global por Internet cuando todo saben que es el medio en manos del NOM y después tuvo que rectificarse.
Hace poco salió a defender con un salvavidas de plomo al cardenal Müller de la acusación de antisemitismo realizando una defensa en la que nombraba sólo nombres judíos con lo que planteó el tema como si fuera por un lado libertinos y por el otro cabezas rapadas.
Ni una cosa ni la otra, Viganó, nosotros los católicos tenemos una moral y una religión, unos principios y valores que no se condicen con ninguno de los dos grupos mencionados.
A aquellos que pretenden usurpar la defensa de la Santa Virgen María y de Cristo Rey usando los métodos de Bergoglio del insulto y del atropello o por la supresión de comentarios les pregunto ¿a quíénes responden?
A un obispo del cuál no se sabe por qué no fue excomulgado, no porque debiera serlo sino porque es lo que haría Bergoglio si no le encontrara cierta utilidad en el sistema.
Les digo: ni tan calvo que se vean los sesos.
No pretendan inundarnos con un río de agua sucia que parece surgir de la boca del Dragón para ahogar a la buena Mujer.
No hay fuego enemigo ni fuego amigo porque somos más amigos de Cristo y la Verdad que de los que recién ahora después de diez años pretenden hacer gobernanza y empiezan mal y siguen mal.
Para nada estoy de acuerdo.
Monseñor Viganó tiene una mente clara. En mi opinión todos sus discursos y denuncias son para enmarcar.
Es un hombre valiente, coherente y auténtico.
¡Gracias Monseñor!